Por G. Munckel
¿Qué estamos haciendo con la tecnología? ¿Y qué hará la tecnología con nosotros y con lo que hagamos de ella?
En estos ocho cuentos, Paz Soldán trabaja una ciencia ficción que a veces resulta inquietante por lo cercana, por lo posible: son cosas que podrían pasar demasiado pronto, incluso mañana.
En estos cuentos hay un culto a la Inteligencia Artificial como un nuevo dios que se acerca. Hay una criptomoneda que se utiliza para encandilar a los trabajadores de una empacadora de bananas, una compañía dirigida por un holograma. Hay un museo de ufólogos en La Matanza, donde cada tanto se avistan luces extrañas. Hay un creciente negocio de venta de androides cada vez más realistas, pero que coquetea con la piratería y ciertas modificaciones inescrupulosas. Hay una estación espacial donde las redes sociales cumplen un rol que por momentos parece más importante que el trabajo real, y donde un astronauta empieza a percibir cambios extraños en su memoria. Hay una pareja separada por una brecha de edad que el hombre intenta compensar apoyándose en la realidad virtual. Hay una sociedad hipervigilada que lucha contra una epidemia de drogadicción que está mermando la población. Y hay un campus universitario donde funciona un sincrotrón que modifica la realidad a su alrededor y permite el “traspaso” a un otro lado, y donde el encargado de los doctorantes les ofrece “medicina de precisión” que los hace más eficientes en su trabajo como mano de obra gratuita: “Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, los chicos estudian y trabajan y se sienten felices haciéndolo. Terminan reventando en el hospital”.
En todos estos cuentos se tocan problemas actuales, desde el fanatismo religioso hasta la explotación laboral, pero transformados por el efecto de la tecnología al entrar en contacto con ellos. Y, sin embargo, en todos estos cuentos, el enfoque está puesto sobre lo que sienten sus personajes, sobre la condición humana.
Mis favoritos: “Las calaveras” (quizás el cuento de Paz Soldán que más me ha gustado hasta ahora), “La vía del futuro” y “En la hora de nuestra muerte”.
Fuente: Ecdótica