11/09/2007 por Marcelo Paz Soldan
Sobre el uso incorrecto del lenguaje

Sobre el uso incorrecto del lenguaje

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Noticias jocoserias
Por: Pedro Shimose

Impregnados de surrealismo, realismo mágico, absurdo y literatura fantástica, los periódicos nos deparan momentos de solaz. Basta con hojearlos para saber que, en la V Feria de Cotoca, ‘la jalea se vendió como pan caliente’. Bien sé que se trata de una licencia poética, pero como camba melero, músico meloso y poeta melifluo me gustaría que la jalea se vendiese como jalea. Al pan pan y a la jalea jalea. Mucho mejor si es jalea real. (EL DEBER, 09.07.07).
En un novísimo diario español se publica una entrevista al científico japonés Susumu Tonegawa (Premio Nobel de Medicina 1987), a su paso por Madrid. El padre de la inmunología molecular, hoy reconvertido en neurobiólogo, declara que los científicos no saben qué es el ser humano, lo cual es grave porque el hombre de a pie sí lo sabe. Por ejemplo, cuando alguien llama a otro ‘macaco mayor’. En otro acápite, Tonegawa confiesa no saber cómo funciona el cerebro humano. “Mucha gente en la calle cree saberlo, pero nosotros los científicos aún no lo sabemos” dice y añade que la comunidad científica no entiende “qué le ocurre al cerebro de Bush para tomar las decisiones que toma…” (Público/ Madrid, 07.10.07).
Poco antes, el biólogo estadounidense James Watson (Premio Nobel de Medicina 1962), descubridor de la estructura del ADN, había escandalizado a la opinión pública mundial al sostener que los blancos son más inteligentes que los negros y que las mujeres deberían tener derecho a abortar si la madre preñada descubre que su futuro hijo va a ser homosexual. Como se ha comentado en la prensa europea, con esa lógica ‘científica’ no habrían nacido muchos artistas, científicos, políticos y diplomáticos de talla mundial.
Varios científicos estadounidenses publicaron, no hace mucho, un artículo en la revista ‘Nature Neuroscience’, en el que proclaman la diferencia de la estructura cerebral en un conservador y un progresista. Robert Solé, columnista del periódico Le Monde, se preguntaba en plan festivo: “De acuerdo, pero ¿qué pasa en el cerebro de un centrista?” Añado, ¿qué pasa en el cerebro de los tránsfugas, ‘pasapasas’ y ‘chaqueteros’?
Pasmado quedé, el otro día, al leer que un toro de más de mil kilos y 32 meses de edad, presentado este año en la Fexpo de Santa Cruz, se llamaba Aristóteles. ¡Qué bajo ha caído la filosofía en Bolivia! (ED/ 17.09.07). Sólo falta que a ese torazo lo paseen de exposición en exposición, en el más puro estilo de la escuela peripatética, con Liceo incluido.
Una subteniente de policía, de 22 años, enloquecida de amor, se suicidó en el Comando Regional de Policía de El Alto de La Paz, descerrajándose un tiro en la cabeza. Todo muy triste. Lo curioso es el texto de la noticia redactado en estos términos: “El coronel R.P., de Seguridad Ciudadana, su esposa, el teniente V., posiblemente el enamorado, y la subteniente fallecida se reunieron (sic) en el Comando”. (La Prensa, 20.10.07). Se trata, como ya habrán advertido ustedes, de una pieza antológica del realismo mágico. Si la suicida estaba muerta, ¿cómo pudo asistir a la reunión en el Comando Regional de El Alto? Como Condorito, ¡exijo una explicación!
Leo un titular insólito: “En Paraguay hallan cocaína que cruzó (la) frontera boliviana”. ¡Como si la cocaína caminara por sí sola! Consulté este fenómeno con varios científicos y ellos confirmaron mi certeza de que la cocaína no tiene patas. ¿Cómo pudo entonces, la cocaína, cruzar la frontera con el Paraguay? (La Prensa, 20.10.07). La noticia era ésta: las autoridades paraguayas incautaron 147 kilos de cocaína proveniente de Bolivia. Los ‘camellos’ o ‘mulas’ fueron apresados y puestos a disposición de la justicia paraguaya. Como ven, el título era, sencillamente, surrealista.
[Fuente: www.eldeber.com.bo]