03/12/2012 por Marcelo Paz Soldan
Reseña de El Huésped de Gary Daher Canedo

Reseña de El Huésped de Gary Daher Canedo


El Huésped de Gary Daher Canedo
Por: Marcelo Paz Soldán

El Huésped es una novela escrita por Gary Daher Canedo (1956) y publicada por Ed. La Hoguera el año 2004. En ella, el autor busca las claves que explican la naturaleza misma del ser humano, tratando de esta forma de descifrar su propia existencia. Las preguntas en las que gira la novela son hasta hoy válidas y no tienen una única respuesta o una definitiva y concluyente: qué hacemos en el mundo, qué hago yo en el mundo, es la muerte el fin de la vida, o no es más que la continuidad de la vida, o, simplemente, otra forma de vida.
Para tratar de explicarnos los motivos, o explicárselo a él mismo, Daher crea varios mundos que existen simultáneamente a los que denomina colmena, asignándoles, para diferenciarlas, un número, pudiendo una persona ser transferido de una colmena a otra.
Las colmenas más importantes son la 922 y la 1211. La 922 es, aparentemente, el mundo que conocemos y vivimos en la que se tiene esposa e hijos y la 1211 es una colmena más avanzada. Las personas van gradualmente pasando de colmena a colmena y no dan saltos grandes. El paraíso es la colmena 7777.
El personaje central, Rodríguez, se encuentra en un viaje laboral y cree que está en Kiev, Ukrania. Sin embargo, pronto se da cuenta que al hotel al que supuestamente ha llegado, un edificio interminable y vacío, no tiene entrada ni salida y que ha sido trasferido de la colmena 922 a la 1211 (no se entiende cómo Rodríguez ha podido ser transferido de una colmena que no sea la 1210). Rodríguez, de quien inicialmente sospechaban los misteriosos habitantes del hotel es un ilegal (que transita de colmena en colmena), descubren que es un legal que ha reemplazado a Margus, antiguo compañero sentimental de Irene.
La colmena 1211 está gobernada por un Comité, dirigida por Oldcrome, en la que existe un grupo de subversivos liderados por Danaris, al que rápidamente se integra Rodríguez en busca de respuestas. Los subversivos se reúnen en el bar clandestino Santo y Seña, hacen contrabando de quesos y tienen escuelas de mística, lo que está prohibido y condenado por el Comité, así como los libros de fantasía y poesía ya que las consideraban la cosa más absurda y negligente, pues uno de los alojados escribió sobre la mortalidad, lo que aparentemente en esa colmena no ocurre, sino que los individuos son transferidos a otro mundo/colmena, a la inmediata superior.
La colmena 1211/hotel está dominada por las transferencias, las voces interiores y el sistema de abastecimiento, como las luces que son indestructibles e incontrolables (menos el bar, refugio que carece de energía desde siempre).
La historia se vuelve más compleja cuando Rodríguez descubre que su padre había visitado la colmena en la que él ahora se encontraba, siendo que éste había muerto diez años atrás.
Este continuo recorrer de Rodríguez por los pasillos del hotel se relaciona con la figura de Escher que ilustra la portada, reconocido por la creación de obras que dan la sensación de infinito, que continúan, que están inconclusas, aunque sabemos que no es así. En la colmena 1211 sus habitantes son guiados por voces interiores, las que les indican el camino. Nada más cómodo, es decir, si tuviéramos una voz interior que nos diga dónde debemos ir, nos evitaría cometer muchos errores, ser más perfectos, menos humanos, más máquinas. Pero la desesperación que le causa a Rodríguez vivir en un mundo guiado por voces interiores, hace que éste busque la salida (o las respuestas) de la colmena, como queriendo regresar a su mundo, aparentemente inferior; luego a Rodríguez le implantarían en la Congregación de Salud la voz interior.
Rara vez uno se encuentra con este tipo de novelas filosóficas en la que el protagonista puede ser uno mismo y su búsqueda interminable de respuestas, tarea que probablemente esté condenada a un rotundo fracaso.
Queremos encontrarnos, queremos descubrirnos, queremos hallar respuestas a nuestra presencia en este mundo que posiblemente se encuentren en el viento, como canta Bob Dylan cuántas muertes sucederán hasta que él sepa que mucha gente ha muerto. La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento (how many deaths will it take till he knows that too many people have died? The answer, my friend, is blowin’ in the wind).
Fuente: Ecdótica