11/04/2008 por Marcelo Paz Soldan
Reedición de Jonás y la Ballena rosada

Reedición de Jonás y la Ballena rosada

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“No todas mis novelas han sido aventuras de mi espíritu”
Por: Liliana Carrillo

Su psiquiatra le había reprendido y él sabía que estaba en lo cierto: “Uno no debe echar la culpa de sus problemas a otros, la cura empieza cuando uno mismo asume la responsabilidad de sus actos; siempre les repito eso a mis pacientes”, reafirma el escritor cruceño Wolfango Montes. A la salida del consultorio de su colega, sin embargo, se engendró el inicio de Jonás y la ballena rosada, su más famosa novela: “Un sucio día descubrí que mi mujer era culpable del fracaso de mi vida”.
A 21 años de aquel episodio, el psiquiatra radicado en la ciudad brasileña de Pelotas, confiesa que desde entonces busca detonantes en la cotidianidad para construir sus novelas. Montes fue invitado al V Encuentro de Escritores Iberoamericanos en Cochabamba y llegó con una flamante novela (La Habana, nunca más), la promesa de una nueva trama erótica y la reedición de Jonás y la ballena rosada.
¿Cómo ve a Jonás… después de 20 años y en miras a su reedición?
Jonás… fue una novela que nació en una llama de inspiración y tuvo un éxito prematuro. En el fondo, yo lo que hice fue sublimar una serie de cosas mías para crear un personaje que quiere ser artista y siente que el trabajo le friega. Un tipo que no logra hacerse un camino ni en la vida ni el sexo. Así se armó el retrato de una familia cruceña durante la época de la dictadura. Va a ser bueno que se reedite porque muchos han visto la película que hizo Juan Carlos Valdivia, pero no todos han leído la obra.
¿Le gustó la adaptación cinematográfica de Valdivia?
Me halagó que hicieran una película pero no me pareció fiel a la novela, que tenía otro perfil… Bueno, el cine es otro arte.
¿Por qué cree que ninguna de sus cinco novelas posteriores alcanzó el éxito de crítica y público que tuvo Jonás …?
Me parece que fue algo mío. Yo tuve un periodo de unos 10 años que fueron muy ricos en experiencias, en felicidad pero literariamente quedé en una especie de letargo del que salí cuando escribí Sagrada arrogancia, que es una de las obras que me gusta. Por otro lado nunca más quise escribir nada como Jonás… y al buscar algo diferente corté la comunicación con un caudal interior. Yo soy una persona que necesita escribir todos los días y en esos años salieron muchos textos, no todas mis novelas han sido verdaderas aventuras de mi espíritu. Las ficciones son como sueños: los hay pequeños de cada día y hay el gran sueño donde todo se ilumina que, como la obra, es extraordinario. Uno no puede estar siempre en esas alturas.
Entonces, ¿por qué publicar todo lo que uno escribe?
Uno como escritor, no tiene dimensión del valor de su obra mientras está en el proceso de creación. No sé del valor de lo que estoy escribiendo pero en cada libro, inspirado o no inspirado, yo siempre me he comprometido. Por ejemplo, recientemente han incluido en una propuesta de canon de las 10 novelas fundamentales de Bolivia, mi primera obra: Pateando la luna, que durante años yo rechacé y aunque fue muy leída en Brasil, a mí nunca terminó de gustarme, hasta me daba vergüenza y nunca pensé que en Bolivia gustara. Si hasta Cervantes creía que Segismunda era su obra maestra.
El erotismo, una veta constante en su obra, ha evolucionado de Jonás… a La Habana nunca más ¿Cómo fue este proceso?
El erotismo en mí tuvo una serie de fases. Cuando empecé, la literatura erótica era un acto político. Yo agarré la colita de la revolución sexual que se vivió en Bolivia de refilón, a escondidas. El mundo cambió y ya lo erótico dejó de ser un discurso y frente al cine, por ejemplo, me di cuenta que lo mío era muy casto. Entonces, empecé con un erotismo más sutil, que nace de los personajes, como en desnúdese el desnudo y La Habana nunca más, que es la historia del amor de un mal escritor en una sociedad autoritaria, donde los únicos actos de la voluntad son ir al cine o cometer adulterio,
¿La novela que ahora escribe retoma lo erótico?
Ésta va a esperar un poquito para su publicación. Trata de un autor de cine pornográfico que está preso. Está ambientada en Brasil y en Santa Cruz.
Fuente: La Razón