11/25/2014 por Marcelo Paz Soldan
Noticias sobre las Obras Completas de Edmundo Camargo

Noticias sobre las Obras Completas de Edmundo Camargo

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Noticias sobre las Obras Completas de Edmundo Camargo
Por: Rubén Vargas


(Texto publicado en La Mariposa Mundial Nro. 7/8, en agosto del 2002)

Un día de 1954 –teniendo apenas 18 años –, Edmundo Camargo escribió estos versos: “Yo se que he de morir un día/ en que no encuentre mi soledad junto a mi sombra, / habrá un olor a casas barbadas por el musgo / y un aire lleno de rostros olvidados”. Diez años después, el atardecer del 27 de marzo de 1964, el poeta murió. “Se extinguió en su casa –escribio entonces otro poeta, Jorge Suarez–, clavada al centro de un añoso huerto, y en momentos en que por las calles de la ciudad la procesión católica trasladaba la sangrante imagen de Cristo. Era Viernes Santo y el valle se veía cubierto por el dombo infranqueable de un cielo gris. Los datos del vaticinio se habían cumplido rigurosamente”.
A la hora de su muerte, Camargo no había publicado sino algunos textos dispersos. Entonces, Suarez, amigo del poeta desde su adolescencia, compiló sus poemas manuscritos o mecanografiados, los ordenó y les puso un título – Del tiempo de la muerte– y los mandó a la imprenta. Así empezó su camino, que fue silencioso y casi secreto, uno de los libros más importantes de la poesía boliviana contemporánea. Con los años, Del tiempo de la muerte se convirtió en una muestra de la constancia de una paradoja; ningún crítico podía dejar de destacar el lugar central de la poesía de Camargo y, al mismo tiempo, los lectores no podían accedera esta porque en los hechos, el libro dejó de circular apenas salió de la imprenta.
Una vida breve cortada por la enfermedad. Una poesía intensa cuyo signo más profundo es, precisamente, el presentimiento de la muerte. Un solo libro, póstumo, inaccesible, cuyos ejemplares cada vez más escasos circulaban por años de mano a mano. Todos estos elementos estaban llamados a configurar una leyenda: la del poeta muerto joven y con una obra casi secreta.
Pasaron casi 40 años para que este círculo se rompiera. La publicación de las Obras completas de Edmundo Camargo (Nuevo Milenio 2002) volvió a poner la escritura de Camargo en su lugar: las manos y los ojos de los lectores. Esta edición, preparada por Eduardo Mitre, incluye no solo la poesía de Camargo sino también su prosa, casi desconocida, salvo por el cuento “La escalera” publicado varias veces. Junto a este relato están otros -como “30 de abril”–;textos breves –“Plan”, “Bajo astros”–; aforismos –“La poesía”-; reflexiones estéticas –“El retrato de mi propio yo” –e incluso un texto –“Introducción” –que Mitre sospecha un inicio de novela. Estos textos en prosa son un complemento ahora indispensable de la poesía de Camargo, porque sus temas y sus sentidos se entretejen plenamente con la cosmovisión del poeta.
Pero las novedades más notables vienen, sobre todo, del lado de la poesía. Mitre, restituye la obra poética de Camargo siguiendo los manuscritos originales y propone un libro que en muchos puntos difiere del compilado por Suarez, que para los lectores significó, hasta ahora, el canon de la poesía camarguiana. “Suarez tuvo que enfrentarse, en varios textos, a un verdadero puzzle poético, resuelto con una sensibilidad y una sagacidad dignas de encomio –escribe Mitre en la presentación de las Obras completas–. Sin embargo, no es menos evidente que el celo del compilador intervino, por momentos, de manera un tanto excesiva en la elaboración del libro, al punto que podría sospecharse que, cautivado por la poesía de Camargo, Suárez, excelente poeta él mismo, quiso de algún modo hacerla también suya”.”No me refiero tanto a las omisiones de algunos versos –continua–, explicables por la prisa con la que se preparó esa primera edición, sino a las variaciones o modificaciones que Suárez introdujo en varios versos de Camargo y, sobre todo, a la supresión de algunas estrofas. Si bien admirables por no desmerecer en nada original, los cambios son, en uno que otro poema, tan radicales que resultan inadmisibles”. Si esto es así, la publicación de las Obras completas no sólo devuelve al público un texto largamente esperado sino que también abre la posibilidad de un nuevo y sugerente campo de lectura.
Fuente: Maripos Mundial Nro. 7/8