01/23/2008 por Marcelo Paz Soldan
Músicos que rebuscan en la intimidad de la poesía

Músicos que rebuscan en la intimidad de la poesía

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Músicos que rebuscan en la intimidad de la poesía
Por: Javier Badani Ruiz

Escudriñan su textura, analizan su métrica y se internan en su intimidad textual con el único objetivo de vestirla de melodía. Desde la Edad Media, los músicos se han apropiado de los versos de una poesía para devolverlas a la vida transformadas en una canción. Y este año, ese intenso trabajo de musicalización tocará, a través de dos proyectos distintos, los versos de Adela Zamudio, una de las poetas más importantes de la literatura boliviana, y el trabajo de Benjamín Chávez, Premio Nacional de Poesía 2006.
Bajo el impulso del intelectual Luis ´Cachín´ Antezana —pionero de trabajos multimedia como La Bodega de Jaime Saenz y de La Pascana de Gladys Moreno—, los músicos Óscar García y Juan Carlos Orihuela asumieron el reto de dotar de un nuevo lenguaje musical a cuatro poesías de Zamudio: Epitafio, Nacer hombre, Tristeza y Fin de siglo. Este trabajo engalanará un CD interactivo dedicado a la escritora cochabambina que saldrá próximamente.
Por su parte, el cantautor Luis Rico —que ya trabajó en la poesía de Coco Manto y Marcelo Urioste— tiene previsto iniciar este 2008 la musicalización de los versos del orureño Benjamín Chávez. ´La meta es la de visibilizar el trabajo de los escritores contemporáneos´, explica.
Ambos emprendimientos se suman a la larga lista de trabajos musicales en el país que han musicalizado a poetas de la talla de Óscar Alfaro, Jaime Saenz y Matilde Casazola. Pero la semilla fue sembrada siglos atrás en el Viejo Mundo de la mano de narradores artísticos como los juglares, quienes ponían música a las historias y leyendas orales.
´La poesía nació unida a la música y la música (entonces) servía para que se grabaran en la memoria de los miembros de la comunidad los valores morales´, escribe la española Blasina Cantizano en la investigación ´Poesía y música, relaciones cómplices´.
A partir del siglo XX, los cantautores españoles iniciaron una ola de homenajes a los escritores más importantes de la literatura castellana, poniendo música a sus poemas. Los más prolíficos en esta labor fueron Paco Ibáñez y Joan Manuel Serrat. Este último se centró en los escritos de Antonio Machado (1835-1939), entre ellos, los poemas He andado muchos caminos y La saeta.
La influencia del trabajo de Serrat pronto recaló en sus pares latinoamericanos. ´En Bolivia, los cantautores intentamos seguir sus pasos musicalizando a nuestros poetas. Para ello tuvimos que alejarnos del enraizamiento musical hacia nuestra cultura y apegarnos a la tendencia de la música de autor´, recuerda Luis Rico, quien destaca la labor realizada por el tarijeño Nilo Soruco con la lírica de Óscar Alfaro.
La chuquisaqueña Matilde Casazola es otra de las autoras nacionales cuya obra ha sido musicalizada en más de una ocasión. Entre otros, su talento inspiró al reconocido compositor Cergio Prudencio, quien adaptó orquestalmente el poema Cantar en el camino en ritmo de tango para la película El Atraco, del cineasta Paolo Agazzi.
Además de poeta, cantautora, la artista de 66 años —que hasta ahora no ha puesto música a ninguno de sus versos— asegura que existe grandes diferencias a la hora de encarar la composición de una poesía o trabajar en el texto de una canción.
´Yo hago obra poética y por el otro lado canción y ambas no tienen mucho que ver. Para hacer una canción, el texto debe necesariamente que ser más elástico y debe adaptarse a la música. La poesía, en cambio, tiene en sí misma una musicalidad, un ritmo y un lenguaje que es saboreado por el lector de forma íntima´, señala Casazola, quien musicalizó poemas de Federico García Lorca y César Vallejo, entre otros.
Sin embargo, a pesar de que la poesía posee musicalidad, transponerle melodía a través de los instrumentos musicales y dotarle de una voz es un trabajo que requiere de una ardua labor.
´La poesía es más metafórica que el texto de una canción y tiene una cadencia y métrica que debe mantenerse en la esencia de la canción´, explica Luis Rico, quien tiene como uno de sus proyectos para este año —celebrando sus 40 años de vida artística— la incorporación de música a la obra de los vates contemporáneos del país. Los versos del joven poeta Benjamín Chávez serán los primeros.
El compositor y productor musical Óscar García señala que si bien no existe requisitos, a la hora de elegir un poema para su musicalización es necesario que los versos tengan ritmos bien definidos y que inviten a la música.
´Los textos que son muy largos, que tienen puntos suspensivos o signos de interrogación son difíciles de musicalizar. La poesía es ritmo; el problema está en imponerle uno nuevo. Si se hace mal, se provocará un choque fuerte de ambos ritmos que será perceptible para el oyente´.
Otro de los desafíos es el de transponer al lenguaje musical la intencionalidad propuesta en el texto. ´En Nacer hombre (poema de Adela Zamudio) utilizamos un tratamiento textural y rítmico reiterativo cuya base melódica incluye una técnica minimalista que es repetitiva, pero no aburrida´, explica. A esto se sumó el trabajo vocal en diversos planos sonoros realizado por la soprano Carla Casanovas, quien le dio voz al texto de la literata.
Al final, los cuatro poemas de Zamudio tienen un tratamiento musical distinto, delimitado por el discurso textual. En Fin de siglo un aire de cueca fue necesario para dar vida al soneto. En cambio, la brevedad de Epitafio invitó al dominio de la percusión.
´Musicalizar un poema es una sensación única. En este caso nos obligó a redescubrir a Zamudio, una poeta sensacional del siglo XIX, pero que fue olvidada por su posición \’feminista\’, que en realidad era un pensamiento mucho más profundo. Y eso se ve en lo que ella dejó escrito´, manifiesta el también poeta Juan Carlos Orihuela, quien junto a Óscar García y Pablo Muñoz musicalizaron en los años 80, con Cantos Nuevos, la poesía de García Lorca. Una década después, esa experiencia impulsó la aparición de Memoria del destino, trabajo donde se puso melodía a destacados poetas bolivianos.
Una de las claves para encarar la adaptación de una rítmica musical a los textos poéticos es la apropiación de los versos. ´Antes de su musicalización necesito leer una y otra vez el poema, dejar que cada palabra me inspire una melodía. Si no, no lo hago´, dijo a La Razón el cantautor ítalo-argentino Gianfranco Pagliaro, durante su visita al país el 2005. Y esa conexión se hizo sentir en La Paz cuando Pagliaro cantó su adaptación de Balada de Claribel, poema de Franz Tamayo.
Los primeros emprendimientos
En la Edad Media, los juglares —que viene del latín jocularis, bromista— fueron los encargados de difundir la llamada ´mester de juglaria´, un conjunto de poesía épica y lírica.
Los juglares cantaban o recitaban los ´mester´ para recreo de la nobleza, de los reyes y del público en general. Los épicos recitaban, entonces, poesía narrativa, mientras que los líricos se dedicaban a cultivar versos sentimentales y difundir composiciones poéticas como serranillas y coplas que eran compuestas por trovadores.
Personajes de humilde origen, los juglares eran diversos: desde el cantor de tabernas hasta el adornado con paños costosos que subía a los palacios y acompañaba a los nobles en sus viajes.
La poesía adquirió después, durante el siglo XIX, una nueva funcionalidad a través del lied (canción), utilizado en la música clásica europea. Acompañado de un piano, el intérprete daba vida al texto literario a través de su voz. Uno de los compositores que impulsó el lied fue Franz Schubert, quien escogió los selectos escritos de Johann Wolfgang von Goethe, Wilhelm Müller y Friedrich Schiller para insertar tramas imaginarias a sus obras. Con datos de www.recmusic.org
LOS VERSOS
´Nacer hombre´
Adela Zamudio
Cuánto trabajo ella pasa
Por corregir la torpeza
De su esposo, y en la casa,
(Permitidme que
me asombre).
Tan inepto como fatuo.
Sigue él siendo la cabeza.
¡Porque es hombre!
Fragmento del poema musicalizado por Orihuela y García.
´La saeta´
Antonio Machado
¿Quién me presta una escalera, para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el nazareno?
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en
las manos, siempre
por desenclavar!
Fragmento de la pieza trabajada por Joan Manuel Serrat.
“Balada de Claribel”
Franz Tamayo
En la desolada tarde,
Claribel,
Al calor de un sol que no arde, Claribel,
me vuelve el amante alarde
Aunque todo dice
´es tarde Claribel´.
Lleva en sus alas el viento, Claribel, tu nombre como
un lamento, Claribel…
Obra musicalizada por Pagliaro.
´Idilio muerto´
César Vallejo
Que estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí; ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita la sangre, como flojo cognac, dentro de mí
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita planchaban en las tardes
blancuras por venir…
Fragmento de la obra
musicalizada por Casazola.
Fuente: www.la-razon.com