10/09/2019 por Marcelo Paz Soldan
Mónica Velásquez: ‘La poesía del siglo XIX deja de ser leyenda’

Mónica Velásquez: ‘La poesía del siglo XIX deja de ser leyenda’


Mónica Velásquez: ‘La poesía del siglo XIX deja de ser leyenda’
Por: Naira de la Zerda

Dos libros, coordinados por la creadora y literata paceña Mónica Velásquez, escudriñan en la escritura poética boliviana del siglo XIX para tentar la curiosidad de los lectores actuales. La antología Vibra aún el arpa muda hace accesibles otra vez textos ocultos en el tiempo, para desmitificar su mala fama y permitir nuevos juicios e interpretaciones. En paralelo, el compendio de ensayos La crítica y el poeta: poesía del siglo XIX marca posibles caminos de lectura para hacer accesibles aquellas obras cuya forma y contenido se enmarcan en parámetros diferentes a los de ahora. Ambos libros fueron editados y estudiados por un equipo de trabajo, que forma parte de una nueva generación de investigadores, formados gracias al proyecto La crítica y el poeta, que la autora viene trabajando desde hace nueve años.
¿Cómo nace el proyecto La crítica y el poeta?
El proyecto nace en 2010 con dos objetivos: formar investigadores en poesía boliviana y actualizar la crítica sobre poetas de nuestro país. Tuvo hasta ahora cuatro etapas: los clásicos —Saenz, Cerruto, Camargo, Wiethuchter, Jaimes Freyre y Tamayo—, poetas que son hitos culturales —Zamudio, Campero Echazú, Otero Reiche—, los actuales (Mitre, Shimose) y, ahora, poesía decimonónica. Con ellas se han formado ya cuatro generaciones. Además, para cada volumen han sido invitados autores no provenientes de la literatura, que han escrito sobre cada autor. Así contamos con contrapuntos a nuestras lecturas como equipo.
¿Por qué se eligió estudiar la poesía del siglo XIX?
Por tres razones: la primera es la poca accesibilidad a ese corpus y los juicios generalmente lapidarios hacia ella, que hablaban de una “mala poesía”, criterio que quisimos comprobar. La segunda, por enmendar una deuda con la tradición; y, por último, porque queríamos probar si esa poesía todavía tenía algo que decirle a los lectores del siglo XXI.
¿Quienes participaron en ambos libros?
En el primer libro, la antología Vibra aún el arpa muda, participaron Mary Carmen Molina, Bernardo Paz, Juan Pablo Vargas, Pablo García, Susane Centellas, Carla Mogrovejo, María José Richter, Wara Varela, Inés Ramírez, Andrés Ramírez y Trilce Chávez. En el segundo libro, que es un volumen de ensayos, — La crítica y el poeta: poesía del siglo XIX— no escriben todos pero sí la mayoría de los miembros del equipo, más los colaboradores: Virginia Ayllón y Fernando van de Wyngard.
¿Qué creadores se eligieron para la antología?
Son 48 poetas. Entre ellos, se confirman nombres como José Bustamante, Ricardo Mujía, Adela Zamudio, Josefa Mujía y otros. Se añaden hallazgos como el poeta popular Cañoto, el quechuista Carlos Felipe Beltrán o José M. Loza, quien escribía en latín… o escritoras de gran talla y poco conocidas, como Natalia Palacios o Mercedes Belzu.
En el libro de ensayos se abordan temas transversales a través de la obra de varios escritores: el sentimentalismo, la presencia del paisaje, la poesía religiosa y la de ocasión, los temas y los lenguajes que construían la idea de patria, el humor, entre otros. La idea es que el primer volumen ponga a mano del lector o lectora un corpus poético y el volumen de ensayos proponga maneras de leer ese corpus.
¿Qué elementos tienen en común estos poetas?
Varios escriben con lo que podría llamarse tópicos de la época; la fuerte presencia de la muerte, las emociones, la idea o el ideal de patria, los amores, lo cotidiano, el advenimiento de la ciencia y del “progreso”. Muchos escriben manteniendo estructuras clásicas, hay mucho soneto, por ejemplo.
¿Cuál es el aporte de estas obras a la historia de literatura nacional?
Lo primero es que la poesía del siglo XIX deja de ser leyenda. Ahora los lectores pueden ver por sí mismos y juzgar con sus parámetros esta producción. Además, tienen también a la mano ejemplos de cómo leer un corpus que puede parecer difícil a un lector contemporáneo. En ese sentido, tanto la extensa introducción a la antología como los ensayos ayudarían a un profesor que quiera enseñar con estos poemas o al lector común que desea situarse en la época y en esa, la manera de hacer literatura, para leerlos adecuadamente.
Fuente: Tendencias