03/02/2010 por Marcelo Paz Soldan
Ficciones de Jorge Luis Borges

Ficciones de Jorge Luis Borges


Ficciones y la experiencia de lectura
Por: Magdalena González Almada

En Ficciones de Jorge Luis Borges (1944)(1), se encuentran una serie de relatos y cuentos que son considerados por la crítica especializada como uno de los mejores de la literatura universal. Tal aseveración podría resultar ambiciosa y exagerada. Sin embargo, cuando se aborda la lectura de los textos, no deja de sorprender el diseño de las estructuras literarias y las diferentes estrategias que se entrelazan, manifestando una pluralidad de posibilidades de lectura. Ficciones no es sólo un hecho literario, sino una manifestación lúdica del lenguaje.
En “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, Borges hace uso de ciertas estrategias de verosimilitud que apoyan la lectura del texto. Se trata de una investigación bibliográfica, de una muestra de erudición, vasta y exhaustiva. Sin embargo, tras una lectura profunda y analítica, no se trata más que de estrategias. Mascaradas. De la búsqueda de mecanismos que permitan que la narración funcione como una estructura sólida y concisa. Ejemplos de estrategias de verosimilitud son el nombrar personajes históricos conocidos (Bioy Casares había cenado conmigo esa noche…(2)), obras literarias de supuesto valor indiscutible (como The Anglo-American Cyclopedia), el nombrar las páginas de dicha obra, mencionar lugares geográficos, etc. Estas estrategias tienen el propósito de establecer una doble relación con el lector. Por un lado, se trata de legitimar la obra otorgándole un aura de verosimilitud que no desaliente al lector y provoque que éste abandone la lectura. Y por otro, se trata de establecer un juego de inteligencias con el mismo. Sabido es que Jorge Luis Borges representa uno de los talentos literarios más destacados de la literatura universal, no sólo por su plasticidad lingüística, sino también por su erudición. Al pensar en el lector modelo borgiano, se imagina que éste debe gozar de cierto grado respetable de erudición. Y es allí donde se funda el juego de inteligencias. Es una partida de ajedrez entre el autor y el lector (quizás una de las más interesantes posibilidades de lectura que se hayan presentado en la historia de la literatura universal). Y como buen jugador, Borges se adelanta a las partidas de su oponente (el lector).
Asimismo, a partir del análisis de Ángel Rama(3), es posible establecer una lectura más aún. En el marco de nuestras literaturas regionales de la época, Borges con Ficciones logra un avance sin precedentes, dirigiendo la literatura latinoamericana a un nivel de alcance dialéctico con las literaturas europeas. Se trata de establecer una perspectiva cosmopolita y universal(4). De este modo, el salir del regionalismo y su encorsetamiento para encarar temas de sustrato teórico de tono universal y específicamente europeo en sus abordajes, posibilita una apertura en lo que hace al desarrollo de las literaturas latinoamericanas de la época.
Finalmente, Ficciones no es más que lo que asevera el título de la obra; un compendio de historias, de narraciones que son ficcionales aunque el autor cuestione al lector y provoque, quizás, que éste tenga que recurrir a su propio bagaje de lecturas y apelar a su propia investigación literaria para poder estar a la altura de una experiencia de lectura fascinante y altamente seductora para aquellos que aman el hecho y la experiencia literaria.
Notas
(1) BORGES, Jorge Luis: Ficciones, Emecé, Bs As, 1996.
(2) Op. Cit: pág. 431.
(3) RAMA, Ángel: Transculturación narrativa en América Latina, El Andariego, Bs As, 2007.
(4) Op. Cit: pág. 61.
Fuente: Ecdótica