05/13/2008 por Marcelo Paz Soldan
Ensayo sobre Cuando Sara Chura despierte de Juan Pablo Piñeiro de Miguel Esquirol

Ensayo sobre Cuando Sara Chura despierte de Juan Pablo Piñeiro de Miguel Esquirol

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Cuando Sara Chura Despierte
Por: Miguel Esquirol Ríos

Sara Chura busca a un detective para que encuentre al cadáver que respira. Esta imposible entidad será la que permitirá que ella despierte.
La novela boliviana, ambientada en la fiesta del Gran Poder escrita por Juan Pablo Piñeiro, muestra una ciudad caótica, una ciudad chola. A medio camino de las culturas indígenas de las influencias de la modernidad.
Otros personajes acompañan al detective en esta búsqueda. Un inventor y su ayudante “puntocom”, un loco que quiere ser presidente, una ciega que puede ver (ver la ciudad entera, ver a los vivos y a los muertos), y un personaje cuya vida se conforma de retazos literarios. Escondido en sus experiencias encontraremos a un Hamlet andino, a un Bartleby paceño, siempre leyendo los clásicos desde la transgresión de la fiesta popular.
Sara Chura es algo más que una mujer, la personificación de la fiesta o los mismos cerros donde se asienta La Paz. Sara Chura se encuentra más debajo, y aún así en todas partes. Ella es el imaginario social de La Paz, o la posibilidad del surgimiento de este imaginario paceño. En medio de la fiesta (espacio que vuelca las relaciones y confunde la verdad), a partir de diversos personajes, o más bien en la transformación animal (liminar) de estos y sobretodo anunciando un cambio social que invertirá todas las relaciones, en esa enumeración escandalosa que es el capítulo El Bolero Triunfal de Sara.
Para Castoriadis el cambio social “implica discontinuidades radicales que no pueden ser explicadas en término de causas deterministas o presentadas como una secuencia de acontecimientos”. Este cambio social al que él se refiere es la llegada de Sara Chura, la secuencia de acontecimientos es irracional e imposible. Y ella misma es el magma significante que se mueve debajo de la ciudad y en todas partes al mismo tiempo.
La primera vez, y quizás la única, que en la novela la vemos corpórea, es una gigantesca mujer de tres metros, totalmente borracha y que no habla con su propia voz sino a través del propio detective. Ella, en ese instante, es únicamente exceso surgido directamente de la imaginación (y la boca) del detective que al usar disfraces es todos los paceños a un tiempo.
El otro enigmático individuo es el muerto que respira. Su historia nos muestra como de estar vivo un día, se encierra en si mismo, pierde todos los sentidos y contactos con el exterior. Se convierte en un ser cerrado en si mismo, una especie de cuerpo sin órganos (según Deleuze) que aunque se va abriendo al exterior, nunca logrará una relación fluida entre el interior y el exterior. De allí el Muerto que respira.
¿Cuál es su importancia para que Sara Chura despierte?. El muerto que respira es lo abyecto por excelencia, (en el sentido de Kristeva). Un día parte de nosotros, pero ahora externo, es alejado de la sociedad y convertido en un obrero, en un productor (aunque nunca de sentidos). No es ni objeto ni sujeto, no está muerto, pero tampoco vivo.
Cuando Sara Chura Despierte, que habla del despertar a la conciencia de lo Paceño a través de su imaginario, pero también al cambio de las estructuras tradicionales, es una compleja obra encerrada en si misma y que es necesaria diferentes herramientas para interpretar. Nosotros, como el detective de mentira, el pajpaku hablador, tenemos que utilizar diferentes pieles teóricas para acercarnos a la obra y presenciar sin encandilarnos a Sara Chura dormida que amenaza en cualquier momento con despertar.
Fuente: ecdotica-6413e4.ingress-bonde.easywp.com