06/13/2008 por Marcelo Paz Soldan
En memoria de Enrique Kempff Mercado

En memoria de Enrique Kempff Mercado

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En memoria de Enrique Kempff Mercado
Por: Pedro Shimose

Aún lo recuerdan navegando los ríos Beni y Mamoré, contemplando las rompientes del río en Cachuela Esperanza, recorriendo las calles de Riberalta, disfrutando de la brisa portuaria de Guayaramerín y evocando la gesta de los cruceños intrépidos que conquistaron para Bolivia aquellas tierras vírgenes tan bellamente descritas en el libro En busca de Eldorado, del historiador cruceño Hernando Sanabria Fernández. Hace 20 años, más o menos, y en compañía de Hernando García Vespa y Carlos Saavedra Weise, recorrió aquellas tierras del norte boliviano como un acto de homenaje a los pioneros cambas que dejaron la impronta del progreso y la civilización en aquel lejano jirón patrio: los Suárez, los Molina, los Mercado, los Rivero, los Oyola, los Saucedo, los Ribera, los Aponte, los Castedo, los Égüez, los Antelo, los Monasterio, los Soruco, los Chávez y tantos otros.
Aquél a quien Otero Reiche llamara “privilegiados de las musas y sembrador de estrellas” ha muerto, a los 88 años, en su ciudad natal. Abogado, diplomático y escritor, autor de 10 libros, miembro distinguido de una dinastía de artistas e intelectuales, descendiente directo de guerrilleros de la independencia, científicos, empresarios industriales y filántropos, Enrique Kempff Mercado (Santa Cruz de la Sierra, 11/02/1920–ídem, 21/05/2008) ha muerto en su ciudad natal que él amó, cantó y describió con fina prosa y verso pulcro cincelado entre el modernismo y las vanguardias.
Miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua y miembro correspondiente de la Academia Colombiana, presidente de la Sociedad Dante Alighieri de La Paz, su obra literaria es personalísima y supera el encasillamiento en el que le confinó la crítica boliviana. Kempff Mercado es mucho más que un escritor costumbrista y regional. Pertenece a las vanguardias. La Alcaldía de Santa Cruz ha anunciado que auspiciará la reedición de la novela Pequeña hermana muerte para ser distribuida en escuelas y colegios del departamento. Hace bien, pero también sería recomendable la difusión de su extraordinaria obra cuentística y, si se puede, la publicación de una antología de su obra poética. Maestro en el cuento, el poeta Kempff Mercado es precursor en nuestras letras de la épica social inspirada en Neruda y su Canto general. En 1946, Kempff Mercado publicó Tierras interiores, libro en el cual se registran poemas telúricos y épicos –“Poema del camba”, “Camino del camba” y “Canto de amor de América”– que la crítica no supo valorar debidamente y que deberían ser rescatados del olvido.
Inició su andadura literaria con el libro de versos Cruz del sur (1940), prologado por Otero Reiche. Exigente consigo mismo, Enrique se negó a reeditarlo y se negaba a hablar de aquellos versos que él consideraba “un pecado de juventud”. Pese a ser laureado en Cochabamba, a los 20 años de edad, abandonó el verso porque se consideraba un poeta menor. “La poesía exige perfección, una perfección que yo no alcanzaría. De modo que corté por lo sano y dejé de escribir versos definitivamente”, le confesó a su amigo Carlos Saavedra Weise en una entrevista publicada en EL DEBER (Brújula, 20/04/2002). Como un mentís a su autocrítica implacable, su poesía permanece. En Kempff Mercado hay, además de un poeta amatorio y social, un poeta introspectivo, metafísico, que mira hacia adentro y encara su condición humana. Ahora que ha muerto, deseo recordar unos versos del soneto titulado “Destino”: “En ti, mirando adentro, la noche y la locura…/ En ti, la sangre rota sin paz ni sepultura…/ Yo sé del maleficio de la carta postrera…/ Mas, antes que la inútil jugada se repita/ y vuelva a torturarte la irremediable espera/ te llegará la muerte para cumplir su cita”.
Pues bien, la cita se ha cumplido, pero su magna obra literaria –léanse, por favor, sus cuentos y relatos de Gente de Santa Cruz (1946) y Otoño intenso (1961)– le sobreviven por su alta calidad estética, por su valor ético y porque expresan la verdad y la belleza de una tierra hermosa y altiva. // Santa Cruz de la Sierra, 13/06/2008.
Fuente: http://www.eldeber.com.bo/2008/2008-06-13/vernotacolumnistas.php?id=080612215608