12/26/2009 por Marcelo Paz Soldan
El perseguidor de Julio Cortázar en la Biblioteca de ecdótica

El perseguidor de Julio Cortázar en la Biblioteca de ecdótica


El perseguidor de Julio Cortázar en la Biblioteca de ecdótica
Esta obra está llena de las imágenes puestas en palabras de Bruno, un escritor que hace la biografía de un gran Jazzista, Johnny Relata de tú a tú, sin olvidar descripciones y hasta olores del ambiente, de vivencias junto a este personaje y sus extraños y diferentes compañeros. Algunos parte del quinteto de Jazz.
Dentro la obra, que parece ser parte de otra obra, se describe parte de la personalidad de Johnny: como muchos, un artista perdido en su talento, la filosofía espontánea y la compañía de la droga. Tenía una obsesión por el tiempo, no lo consideraba como algo donde tenían que intervenir los números. Para él era algo más que eso. Tal vez es algo que en cierto modo todos los artistas sienten, sobre todo los de las artes temporales como la música y el teatro. Dentro el escenario, existen momentos, que parecen ser eternos donde hay algo oculto, casi místico, que oculta las razones de esa eternidad fabulosa o por lo contrario totalmente aburrida. Pero dentro la obra Johnny va más allá de su propio arte, habla de una imaginación bombardeada con una lluvia de recuerdos, donde tal vez cada recuerdo era una gota infinita. Sin embargo, toda esa multitud de imágenes duraban sólo 2 minutos en el tiempo de alguien que de más importancia a la organización de las horas en números.
Él vivía en una pieza casi miserable de hotel junto a Dédee, una más de la cadena de amantes. Ella lo cuidaba, pero no podía contra las peticiones del jazzista de satisfacer sus deseos de marihuana, con la que poco a poco se destruye introduciéndose en mundos de urnas e irrealidades, pero sin desconectarlo de su música en el momento. Eran imágenes que él mismo las sabía irreales, pero las relataba como si realmente fuera un espacio existente perteneciente a una realidad, quizá más real que su propia existencia.
Otros que acompañan la vida de Jhonny son: Lan, la mujer que él extrañaba en sus recuerdos, donde aparecía con vestidos de colores. Con ella tenía hijos, de los cuales muere la menor dejándolo con una tristeza que lo llevó a decir “ <...> ella era como una piedrecita en mi mano. Y yo no soy nada más que un pobre caballo amarillo, y nadie , nadie limpiará las lágrimas de mis ojos”. La marquesa es una mujer que se encargaba de ayudarlo económicamente, y a veces lo socorría con la idea de su escapar de su realidad junto a Dédee, regalándole algunas noches de deseo. También está Tica, que al final regresa con él a Nueva York –seguidos de otros- y lo acompaña en el delirio de la marihuana. Marcel y Art son los compañeros de grabación y desdicha en la frutración económica que suele estar presente en la vida de algunos músicos y los principales afectados con los ataques de irrealidad de Jhonny.
Bruno, es el escritor correcto, que al haber escrito una biografía sobre el famoso artista, traducida a diferentes idiomas, acaba inmiscuido dentro de todo su mundo, a pesar de pertenecer a una realidad diferente–que al igual que Jhonny, prefería pensar que no era una realidad verdadera-. Cuando sale el libro de la biografía, Johnny lo critica comparándolo y toma la metáfora del espejo, que lo muestra desde afuera, como algo lejano y casi perfecto, sin mostrar la verdadera esencia y la humanidad llena de faltas que lleva por dentro.
Fuente texto/reseña: http://es.shvoong.com
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El cuento ha sido tomado de boomerang