06/25/2020 por Sergio León

Edición en tiempos de Coronavirus – Entrevista a Marcelo Paz Soldán, Director de Editorial Nuevo Milenio

Por Romané Paredes

¿Cuál es la situación de Editorial Nuevo Milenio en tiempos de coronavirus?

Muy mala. No somos parte, evidentemente, de los que producimos productos de primera necesidad y el libro nunca lo ha sido ni lo será. Nuestras ventas en los últimos dos meses fueron nulas y no tenemos posibilidades de vender libros impresos, por lo menos hasta que pase la cuarentena. Nuestras principales formas de llegar a los lectores nos han sido cortadas: presentaciones de libros, ferias del libro nacionales e internacionales y la venta por librerías.

Detrás de Editorial Nuevo Milenio existen trabajadores, escritores, editores, imprentas, etc., que necesitan percibir ingresos al contar con familias ¿Cómo están manejando la situación?

Pues muy mal. Si esto continúa el sector del libro en Bolivia va a colapsar o, lo menos, va a entrar en crisis. Nadie está pasando por un buen momento. Estamos, por lo pronto, tratando de mantener buen ánimo y viviendo (o, mejor, sobreviviendo) lo mejor que podemos. No estamos publicando nada, ni contratando imprentas y el trabajo de edición lo hacemos únicamente con los editores de planta por quienes hacemos un esfuerzo para cumplir nuestras obligaciones.

Los conflictos del año pasado han afectado a diferentes empresas que cuando empezaban a recuperar sucedió lo del Covid-19. ¿Esto los sigue afectando?

Lo del paro cívico del año pasado nos afectó en gran manera ya que tuvimos que suspender varias presentaciones de libros y así también la impresión de varios de nuestros libros que estaban pendientes. Esto nos obligó a postergar varias de nuestras actividades, pero nuestras obligaciones se mantuvieron y tuvimos que cumplirlas. Te puedo decir que a finales de enero del 2020 recién estábamos poniendo al día con nuestras obligaciones del 2019. Estamos arrastrando una severa crisis que está poniendo en peligro a todo el sector.

¿Se ha cuantificado la perdida que se tiene o se puede tener con esta situación?

Es muy temprano para saberlo, pero lo que si te puedo mencionar es que un mes de paro en el sector librero no significa necesariamente que la editorial se va a recuperar en un mes de trabajo que compense el mes perdido. Un mes de paro significa que nos va a tomar mucho tiempo recuperarnos (si lo hacemos). Así que a medida que vayan pasando los meses y se siga manteniendo la cuarentena, la recuperación será más lenta y dificultosa, al menos para el libro impreso.

¿Qué proponen para que la situación no los afecte de sobremanera?

Estamos cambiando nuestra orientación de negocios de lo impreso a lo digital. Nuestro trabajo se hace por videoconferencias y estamos potenciando nuestra librería digital: www.ecdotica.com La estamos robusteciendo, mejorando nuestros certificados de seguridad, base de datos, contenidos, diseño, cobros a través de PayPal, etc.

Definitivamente no se puede parar, dejar de publicar o pausar el movimiento que generan. ¿Qué hacen o piensan hacer para seguir avanzando?

Nuestra atención es la lectura. Sólo vamos a reorientar nuestras plataformas de trabajo y cambiar nuestro espíritu. Se puede parar, claro que se puede parar. Sin embargo, dada nuestra naturaleza, no queremos hacerlo. No he escuchado nada, ninguna política, que esté orientada a apoyar el sector cultural en Bolivia. No somos prioridad a pesar de nuestra evidente necesidad.

¿Ustedes utilizan redes sociales u otras herramientas para mantenerse en contacto con sus compradores?

Lo hemos hecho como trabajo marginal al de la Editorial Nuevo Milenio, manejando cuentas en Facebook e Instagram y con la constante actualización de nuestra página web, Ecdótica. Sin embargo, vemos que el marketing digital será una nueva prioridad, la principal. Las redes ya no pueden limitarse a dar a conocer eventos o novedades literarias, sino también a promocionarlas y venderlas a través de internet. Debe desarrollarse una mayor interacción con los compradores, lo cual implica, claramente, invertir mayores esfuerzos en cada una de estas plataformas. Ya las ventas de libros en formato digital en este momento representan el 40% del mercado de libros, lo que está afectando los ingresos de las editoriales que cada vez son menores (te imaginarás que antes, de por si, ya eran bajos). Estas son decisiones que están moviendo la estructura misma de la edición en Bolivia. De alguna forma, estamos siendo obligados a movernos a un ámbito desconocido para todos. Por lo que para las ventas de libros, por lo pronto, se utilizará un solo canal que es el digital. Estamos en una situación de riesgo.

¿Cuál podría ser el mejor y peor escenario en las editoriales luego de la cuarentena?

La cadena de valor que representa el libro en Bolivia está seriamente en riesgo ya que ha utilizado, tradicionalmente, un solo canal para llegar al lector. Todos estamos acostumbrados a ello. Alguien escribía un libro, se lo editaba, imprimía, distribuía a librerías y el lector lo iba a comprar ahí (más o menos esa es la cadena de valor del libro en Bolivia aunque, ciertamente, es más complejo que eso). Ahora esta cadena de valor está siendo alterada drásticamente y deberemos llegar al lector a través de medios digitales, algo que ya se hacía pero que ahora toma mayor relevancia e importancia para el lector. Claramente, no muchas editoriales en el país están preparadas para ello, pero debemos afrontar el reto que esto significa, por que no hacerlo significará que en el tiempo desaparezcan algunas editoriales sobre todo si la situación continúa.

Al prohibirse eventos de gran magnitud, aglomeraciones, reuniones, ferias ¿cómo cambiará la situación en los eventos que generaban las editoriales?

Las presentaciones de libros se harán por medios tecnológicos. Si el público es pequeño se utilizarán herramientas como Zoom o Meet. Si las audiencias son mayores es posible que se utilice Facebook live o YouTube. Necesariamente, de continuar la cuarentena, nos veremos obligados a cambiar nuestra forma de percibir nuestro entorno. Es así que las estrategias de marketing de la editorial también van a mudar con el tiempo. Será ya difícil promover el libro en su formato impreso y si en digital. Los canales de comercialización cambiarán. De ser exitosos en esta nueva forma de percibir el mundo editorial, habremos logrado diversificar nuestras posibilidades de ingreso, pues sabemos que no vendrán de apoyos oficiales.

Es un hecho que el coronavirus reconfigurará la forma de consumo, interacción e incluso hábitos. ¿Cómo cree que cambie el movimiento literario y editorial que existe en nuestro país?

Pienso que los jóvenes van a tomar un liderazgo mayor en los próximos años. Están mejor preparados para enfrentar el desafío digital. Será un poco difícil que las generaciones mayores puedan manejar el cúmulo de información que se va a generar en la red. Muchos mayores aún están adaptándose al uso de los aparatos tecnológicos y los jóvenes ya los utilizan de manera casi de manera natural. El celular es una extensión de su brazo. Esta presión por lo digital va a ayudar a que las empresas tecnológicas desarrollen nuevos y más variados servicios que va a incluir al mundo del libro.

En el caso particular de la lectura, creemos que el consumo de libros en formato digital se incrementará, tanto en e-books como en audiolibros. Cabe mencionar, que para acompañar a este proceso se necesita mayor confianza y uso de plataformas de bancas digitales, algo con lo que las nuevas generaciones ya se sienten más cómodas. 

Antes del coronavirus, muchos lectores, librerías y editoriales aún no apostaban por el libro digital. ¿Con esta situación cómo cree que cambie el panorama?

Esta situación va transformar el mundo de las editoriales, librerías, lectores. Incluso a aquellos escépticos esto los va a obligar a re plantearse el aspecto de la lectura en formato digital. Si esto es bueno o malo no lo sabemos aún, pero el uso de la tecnología se va a duplicar con el tiempo más aún si estamos obligados a permanecer en nuestros hogares, trabajar desde ahí de manera virtual. Toda la estructura se está moviendo, se sienten los primeros temblores. Pero los artistas somos irrespetuosos y veremos formas de persistir y, sobre todo, resistir. El camino que aún nos falta recorrer es muy largo así que en tiempos de pandemia, buena cara.

Fuente: Los Tiempos