10/18/2007 por Marcelo Paz Soldan

Doris Lessing vista por Bartolomé Leal

Doris Lessing: la gran dama blanca
Por: Bartolomé Leal

No cabe duda que produce una rara expectación tener en las manos, para luego leer con creciente emoción y finalmente rendirse al embeleso, ante un libro escrito por una autora de venerables 84 años. Este libro, titulado Las abuelas (2003), que contiene cuatro cuentos largos, está firmado por la prolífica y admirada escritora británica Doris Lessing (N.R.: ganadora del Premio Nobel de Literatura 2007). Nacida en 1919 en Persia (antes que se llamara Irán) se traslada con sus padres, siendo una niña pequeña, a Rhodesia del Sur (actual Zimbabwe), donde participa de la vida de los colonos blancos y su a menudo insana relación con los colonizados africanos. Todo se acumula en su memoria poderosa, su inteligencia viva y su intensa emocionalidad. Su padre, modesto empleado de bancos, se transmuta en pequeño propietario agrícola al llegar a África, un productor de maíz, más cerca de pobre que de rico.
Doris es educada por las monjas, pero debe dejar de estudiar siendo adolescente para dedicarse a humildes tareas, como sirvienta, niñera y telefonista… Pero ya a los 18 años principia a formarse en ella una fuerte conciencia social que se traduce en su ingreso al Partido Comunista, donde se hace activista comprometida con la lucha anti racista. La suya es por eso una literatura marcada por la visión continua de la miseria humana y el creciente rechazo frente a la injusticia. Nada escapa a su ojo crítico y acusador. Por eso, junto a su acción política, se aboca a escribir narrativa, con pasión, alegría y método. Su primera obra, Canta la hierba (1950) es un clásico de la literatura africana, de esos libros que marcaron una época y que nadie puede dejar de leer. Protagoniza una granjera blanca pobre enfrentada a la cultura tribal, tema que será recurrente en muchos de sus cuentos. Fue publicada en Inglaterra, donde la autora había emigrado el año anterior tras un segundo fracaso matrimonial.
Pues de cuentos es su segunda gran obra, una colección titulada Este era el país del viejo jefe (1951), donde desarrolla sus temáticas respecto al África ocupada por los blancos y la secuela de infamias que esto significó, hasta culminar con el temible apartheid, un sistema de explotación de los blancos que imperaría en África del Sur durante casi un siglo. (1) Doris Lessing acuña una frase de dramática actualidad al considerar que “los prejuicios raciales son sólo una aspecto de la atrofia de la imaginación que nos impide vernos a nosotros mismos en cada criatura humana que respira bajo el sol”. A pesar de que Doris Lessing cultivó temáticas como las relaciones de pareja, la ciencia ficción, el terrorismo político, el feminismo y las perturbaciones psicológicas, es a África donde vuelve con frecuencia su recuerdo.
La lectura de los Cuentos africanos es una incomparable aventura en la lectura inteligente, aquella que busca algo más que el puro pasar del tiempo. En el relato “Las dos chozas” vivimos la tragedia de un hacendado pobre de origen inglés, con una esposa postrada en las nieblas oscuras de la depresión. La incapacidad del granjero para manejar su negocio le hace contratar a un ayudante, un blanco sudafricano de origen holandés, de una cultura completamente diferente a la suya. Para su sorpresa, lo ve instalarse en la choza miserable que se le ha asignado con sus nueve hijos pequeños, que ha llevado clandestinamente a vivir con él. Todo esto lleva aún más caos a la hacienda y todo termina en tragedia. Algo semejante se narra en el cuento “Los De Wet vienen a Kloof Grange”, donde el tema central es la dificultad de adaptación cultural.
En ninguno de estos relatos los nativos africanos asoman como un mero decorado exótico, tal como era el estilo de la novela victoriana que hizo de África un escenario de aventuras. Doris Lessing inicia así una moderna visión crítica de ese continente desdichado, en la cual no juega un papel menor la propia visión de los colonizados. Particularmente notable es en ciertos cuentos el rol sinfónico coral que juegan los campesinos nativos, impotentes en la mayoría de los casos para impedir el continuo y creciente expolio, pero subrayando con sus actitudes hoscas, su amarga rebeldía oculta.
En algunos cuentos se privilegia el protagonismo de personajes netamente africanos, como en “El viejo jefe Mshlanga”, un enfrentamiento cultural de soterrada violencia, por debajo de la discreta manera en es narrada una lección moral del colonizado al colonizador, que sólo se apoya en la fuerza de la religión cristiana. Se cierra con una solución a una disputa territorial que en pocas líneas refleja el horror causado por el despojo y el desplazamiento que significó el colonialismo. Este horror está presente en muchos relatos, haciendo temblar las precarias relaciones entre la minoría blanca dominante y la gran masa indígena. Así ocurre en el fuerte relato “El pequeño Tembi”, que muestra el espacio existente entre los comportamientos reales y las idealizaciones como civilización o justicia, cuando son vistos desde el lado del conquistador europeo.
Otro admirable volumen de cuentos de Doris Lessing se titula **Un hombre y dos mujeres** (1963), que nos brinda una mirada desde Europa y sus conflictos, obra que es particular por su amplia variedad temática, siempre cercana a los problemas complejos y sencillos de la vida cotidiana, y donde se hallan algunas de sus mejores logros narrativos. Historias de matrimonios, de hijos, de perros, de angustias laborales, de dudas políticas y ascos existenciales, de acosos sexuales e incomprensiones familiares. El mencionado libro de relatos Las abuelas participa de estás temáticas, y ha sido unánimemente elogiado, reconociendo la grandeza de alma de esta autora que como pocas (o pocos) ha construido una admirable simbiosis vida-literatura.
Uno de los grandes valores de la narrativa de Doris Lessing es su enorme capacidad de observación, nunca exenta de ternura y toda una lección para quien desee sumergirse en el arte de la narrativa. Para muestra, el breve texto que he traducido, sacado de su libro –The Real Thing. Stories and Sketches (1992).
(1) Cuentos africanos se titula una traducción al castellano, en dos volúmenes, que contiene los dos primeros libros de relatos que Doris Lessing publicó.
(Fuente: http://www.mauroyberra.cl/contenido/bartolome.html)