09/11/2015 por Marcelo Paz Soldan
Disección con ganas

Disección con ganas

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Disección con ganas
Por: Daniel Averanga Montiel

La influencia de Sáenz parece que ha sido superada del todo, y de lejos, con “Disección”, de Luis Carlos Sanabria. Su armado poético sobrepasa tanto las expectativas del lector como las profundidades de sus palabras, y no hablo de la combinación perfecta de los versos para que salgan publicables, sino que me refiero a la dimensión de empatía que logra este autor con el lector (Luis Carlos respeta al lector, y eso es muy admirable). Uno pensaría en poética clásica al comenzar su lectura, pero esta percepción va más allá de lo meramente clásico. Estamos ante un poemario con potencial de convertirse en un libro de culto.
¿Y por qué lo afirmo? “Disección” demuestra el propósito de la misma literatura: no dejar indiferente al lector, respetando a la vez su libertad, y lo compensa como una experiencia única en cuanto a lectura.
Intenté explorar “Disección” sin caer en los hábitos del “ritmo”, tradicionales en el lector acostumbrado a la poesía sin entrañas; pero una vez iniciado el texto, me fue imposible no recitar cada palabra, porque, y todo hay que decirlo, “Disección” tiene lo que le falta a mucha de la poesía boliviana: entrañas, alma y ritmo: una especie de aproximación tortuosa a la mecánica del todo, pero una aproximación tortuosa y sublime a la vez, describiendo a su manera el corte, la exploración y la prognosis de la vida, del amor y de la existencia.
Me pregunto si la literatura boliviana (y esto se lo pregunto también a los escritores) tendrá lo necesario para comprender “Disección”; ya cometimos el error de no prestarle la debida atención a “El hombre”, de Álvaro Pérez, que es una novela extraordinaria, y que sin embargo fue ignorada por los escritores de nuestro territorio (exceptuando a Edmundo Paz Soldán y a Claudio Ferrufino-Coqueugniot).
“Disección” no necesita ser olvidada y menos ignorada, ahora que es “hallable”: merece mucho más que solo la admiración.
Estoy seguro que si se la difunde y disfruta como merece, “Disección” hará escuela, y de la buena.
Fuente: Ecdótica