05/06/2024 por Sergio León

Dejar el sorojchi por la chicha

Por Maurizio Bagatin

(Texto leído en la presentación de los libros de los autores Luis Quispe y Óscar Coaquira, evento realizado el sábado 5 de mayo, en Co-Café Arte, Cochabamba) 

Bajarán de El Alto a Cochabamba.

    En este país para titanes las contradicciones son el pan de cada día. Uno bloquea y el otro desbloquea, pero siempre hay dos imaginarios que convergen y en algún lugar se encuentran. Es el mestizaje cultural lo que va sosteniendo toda esta combustión, toda esta energía, toda esta fuerza. En aymara se le llamará Jiwasa, que significa nosotros. Los que bajaron de El Alto hoy nos están ofreciendo una lectura en este tinkuy, en este encuentro. Ellos dejaron el sorojchi para encontrar a la chicha.

   La literatura de El Alto es la literatura de la ciudad más joven del país. Todo tenemos un Mito por compañero, hoy puede ser Sísifo, mañana Icaro, y se sabe, los jóvenes brillan y se pueden quemar, y si sus cenizas son el pathos de esta joven ciudad, como el ave Fénix mañana renacerán. Quémense y vuelen altos, después de la chicha podrán volver al sorojchi que ustedes nunca han sufrido.

   Quizás mañana la Clave de sol de Daniel Averanga la leamos como leemos hoy Imágenes paceñas de Jaime Saenz, quizás lo que nos ofrece hoy Quya Reyna sea lo que Adela Zamudio ofreció a los bolivianos un siglo atrás. Y lo que estamos compartiendo hoy, los textos de Quispe Flores y de Oscar Coaquira puede que sean la literatura que está surcando este infinito imaginario que es la ciudad de El Alto, una literatura que viaja continuamente, día y noche, entre dioses y demonios, y con el ethos de un mundo aun en plena formación.

   Ellos escriben: “Creo que la escritura es una terapia que nos sana y enferma a la vez” – Oscar Coaquira Alí.

“No somos pues un Olimpo ni una Acropolis, somos el lugar y escenario de los cambios propiciados por el trabajo y no por el discurso” – Quispe Flores.

Fuente: Ecdótica