Verdadero amigo de los libros, Guttentag
Por: Marcelo Suárez/Los Tiempos
(El reconocido librero, bibliógrafo y escritor boliviano de origen judío, Werner Guttentag, falleció el martes debido a una insuficiencia cardiaca. A través de la editorial Los Amigos del Libro promovió como nadie la labor literaria nacional y dejó un legado inconmensurable en la cultura boliviana.)
Su avanzada edad (88 años) y los graves problemas de circulación que derivaron en una complicación cardiaca fueron implacables con el cuerpo de Werner Guttentag, sin duda un visionario que no sólo agigantó la literatura boliviana y lanzó a su consagración a escritores nacionales con la colección Enciclopedia Boliviana y el premio de Novela Erich Guttentag, sino que a través de su editorial y librería, Los Amigos del Libro, puso a la cultura boliviana en contacto con el mundo.
Éxodo
La Segunda Guerra Mundial provocó un éxodo judío por doquier en Europa central. Teniendo a Hitler en casa, los judíos alemanes eran los primeros en huir de la persecución nazi, buscando refugio en tierras americanas. El joven Werner Guttentag fue uno de ellos. Llegó a Bolivia en 1939, después de un atormentado peregrinaje entre Checoslovaquia y Holanda, adonde salió de su natal Breslau junto a sus padres.
Werner llegó a Bolivia trayendo como único equipaje su máquina de escribir, un libro de Dostoiewski y su bicicleta. La primera impresión que Guttentag recibió al pisar las calles de Cochabamba fue la tristeza del luto por los muertos de la Guerra del Chaco. “Me impresionó mucho que casi todas las personas llevaban luto. Al principio no lo podía entender, hasta que me enteré de que eran costumbres del país y era un estado de ánimo por la etapa terrible que se había vivido en la guerra”, dijo en una entrevista al diario Los Tiempos.
Werner Guttentag halló en Cochabamba un lugar para volver a nacer, para seguir soñando y para realizar aquellos sueños juveniles. Su padre le había conseguido un trabajo como ayudante en la Joyería Vienesa del austriaco Philip Weiss, pero su sueño era tener una librería propia. Trabajó como orfebre a cuestas y fue a Oruro, donde decidió ejercer su forzada profesión de mecánico, trabajando en las minas de Hochschild. Fue en la capital orureña, en 1944, luego de varias conversaciones con la esposa de un médico que trabajaba en las minas, donde se crearon las bases de lo que sería Los Amigos del Libro. Ella aportaba con un capital, pero la sociedad no se consolidó, así que Guttentag quedó solo.
La tienda funcionó en Cochabamba y fue bautizada inicialmente como librería Canata, dedicándose a vender libros en idioma alemán y terminó creando la más importante empresa editorial de Bolivia, Los Amigos del Libro, en 1945, que lanzó su primer producto: la reimpresión de la novela Surumi, de Jesús Lara.
“A don Jesús Lara lo conocí en la librería, mas no recuerdo la fecha exacta. Solamente quiero decir que sin su decidida ayuda nunca hubiera podido hacer la impresión de nuestro primer libro, y aquel fue el paso decisivo para toda la obra editorial mía”.
Fue así como se iban tejiendo los lazos de solidaridad en la conciencia y en los actos de una generación golpeada por las guerras.
Aporte fundamental
Don Werner pasó la mayor parte de su vida en Cochabamba, donde creó dos sucursales de su prestigiosa librería. Su existencia más prolífica ha transcurrido en esta ciudad; además, su obra y su familia tienen un sólido arraigo cochabambino. El Estado boliviano le confirió el Cóndor de Los Andes, además que se imprimió en su honor una estampilla postal, como un homenaje a los 35 años de su Bio Bibliografía Boliviana, uno de los trabajos más elogiados, debido a su alta calidad e importancia para la cultura del país, resultado de una tarea que se impuso anualmente, más que como un catálogo de absolutamente toda la producción bibliográfica boliviana, como una bitácora exacta de las letras nacionales. El hecho de inmortalizarlo en una estampilla se relacionaba también con la pasión por la filatelia, por la que fue recordado Guttentag .
Werner Guttentag promovió entre los bolivianos el gusto por la lectura y apostó por los escritores nacionales, instituyendo el único y más sólido estímulo que se conoce en la historia de la literatura boliviana, como fue el Premio Nacional de Novela Erich Guttentag, en homenaje a su padre y mentor, aquél quien lo salvó de los campos de concentración nazis.
Una labor que dejó huella
En medio de lágrimas, pésames y homenajes, familiares, amigos y autoridades le dieron el último adiós a don Werner Guttentag en el cementerio Parque de las Memorias de la capital cochabambina.
Diversas personalidades que lo conocieron, elogiaron su labor y el legado que dejó entre la cultura nacional, afirmando que Guttentag fue un visionario que agigantó la literatura boliviana y lanzó a su consagración a escritores nacionales.
Así lo expresó el propietario de la librería Lewylibros, Peter Lewy, que tuvo la oportunidad de trabajar con él en la década de los 70 en Los Amigos del Libro. “Fue indudablemente uno de los mejores libreros y editores del país. Un hombre con ideas propias, que con su trabajo impuso un sello en la producción editorial boliviana”, afirmó Lewy.
Por su parte, Marcelo Paz Soldán, gerente de la Cámara del Libro de Cochabamba, recordó con cariño a Guttentag y destacó que la institución que él dirige lo homenajeó en la pasada Feria del Libro de la capital valluna. Paz Soldán afirmó que Werner publicó 1.200 obras a través de su famosa editorial.
Asimismo, el académico cochabambino, Luis H. Antezana aseveró que el legado de Werner Guttentag es incomparable, pues transformó la producción editorial, además que fue un promotor de la lectura. “Tuvo diversas facetas y modeló la cultura boliviana”, dijo Antezana.
Algunas ediciones
Surumi. En 1945, Los Amigos del Libro lanzó su primer producto reimprimiendo la novela Surumi, de Jesús Lara. El escritor se asoció con Guttentag para financiar la publicación de la novela y el riesgo valió la pena; el libro se vendió hasta agotarse. Lara le dio vida al proyecto de Guttentag.
Novela. El escritor Joaquín Aguirre Lavayén publicó en Los Amigos del Libro su obra Guano maldito, inspirada en los sucesos de la Guerra del Pacífico, la misma que fue llevada a las tablas por Casateatro, bajo la dirección de René Hehenstein.
Premiada. Los Amigos del Libro también publicó la célebre obra de la escritora cochabambina Gaby Vallejo, ¡Hijo de Opa!, con la que se hizo acreedora a una de las versiones del Premio Nacional de Novela Erich Guttentag, que fundó don Werner.
Fuente: El Deber