06/26/2013 por Marcelo Paz Soldan
Vallejo y “Amalia”

Vallejo y “Amalia”

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Vallejo y “Amalia”
Por: María Lourdes Zabala Canedo

En su nueva obra, Gaby Vallejo, explora la alucinante y centenaria vida de Amalia Villa de la Tapia, la primera aviadora boliviana. “Desde el espejo del tiempo” mira esta trayectoria en dos planos que a la vez que corren paralelos se entrecruzan en un solo.
Por un lado está el horizonte intimista que Gaby nos entrega conjurando voces del pasado, donde recurriendo a artificios literarios interpela e interpreta a la propia protagonista, en sus dramas e ilusiones.
Emerge de sus páginas una Amalia que toma la decisión de ser boliviana, que se salva de la muerte en 1923, que se inscribe en la carrera militar hasta alcanzar el grado de coronela o que hace historia de su propia historia, es decir de la aeronáutica boliviana. El texto de Gaby fluye con fuerza, ritmo y convicción al hablar de esta otra mujer casi olvidada…
La actitud desafiante de Amalia, como muestra Gaby, le valió ser bien acogida por otras mujeres como las periodistas de Feminiflor, una publicación alternativa de mujeres fundada en Oruro en 1921 que hoy diríamos eran feministas. Por otra parte, Amalia, pese a la distancia de los años, pues había nacido en Potosí en 1893, fue contemporánea de Adela Zamudio y uno puede especular si se conocieron cuando la aviadora vino en octubre de 1923 a dar una conferencia en Cochabamba, donde según la prensa local “habló con virilidad”. Seguramente ambas, la autora de “Nacer hombre” y Amalia, se reirían en complicidad de semejante adjetivo.
Me gustaría subrayar algo más aquí, que supone una búsqueda mayor: ni Adela Zamudio, ni Amalia Villa de la Tapia se casaron. Quizás este hecho nos sugiera que esas mujeres que buscaban afirmarse en la vida encontraban incompatibilidad con una pareja que exigía recluir su palabra y su vuelo. Tomando este en un espectro más amplio y pensando la figura de Amalia dentro de una historia de las mujeres en Bolivia aún por escribirse, terminemos señalando que su época también esta signada por los esbozos de la emergencia de mujeres anarquistas en La Paz y la consagración del monumento de la Coronilla de 1926 como un ícono rebelde.
Fuente: Lecturas