“Poemas” de Adela Zamudio [*]
Por: Luis H. Antezana J.
(Vuelo a morar en ignorada estrella
Libre ya del suplicio de la vida.
Allá os espero; hasta seguir mi huella,
Lloradme ausente pero no perdida.
Adela Zamudio).
El Ministerio de la Cultura venezolano, por intermedio de la Editorial El Perro y La Rana, está editando una colección de clásicos de la literatura latinoamericana. Cuando, allá por el 2004-5, preguntaron por Bolivia, entre otras posibilidades, se les indicó que hacía muchos años –desde 1977– que no se difundía la poesía de Adela Zamudio y que, por razones tanto poéticas como sociales, Adela Zamudio era todo un símbolo cultural en Bolivia. La editorial aceptó llevar a cabo el proyecto y acaba de concretizarlo en su reciente edición de los poemas de Adela Zamudio (Caracas, Ministerio de la Cultura – Editorial EL Perro y La Rana, 2007, 209 pp.).
Esta edición compila, por un lado, todos los materiales de la que, en 1977, publicó la Honorable Alcaldía Municipal de Cochabamba en homenaje a doña Adela (Adela Zamudio, Petisa, educadora, polemista) y, por otro, incluye además el ensayo “Adela Zamudio, guerrillera del Parnaso” (1980) de Joaquín Aguirre Lavayén. El prólogo de Eduardo Ocampo Moscoso a la edición de 1977 (“Personalidad y obra de doña Adela Zamudio”) y el ensayo de Aguirre Lavayén, que introducen esta nueva edición, diseñan muy bien el contexto y los alcances de la obra de Adela Zamudio; algo muy apropiado, en este caso, asumiendo que el libro se difundirá, sobre todo, en y desde Venezuela. Además, no hay que olvidar que la edición de 1977 ya incluía varios ensayos de doña Adela; no sólo los polémicos y pedagógicos (“Reflexiones,” “Carta abierta,” “Instrucción moral”) sino, también, junto a “Por una enferma,” su “Discurso” en los Juegos Florales de 1915, en el que expone su manera de entender la poesía. Textos en prosa que, por supuesto, también complementan documentalmente los introductorios de Ocampo Moscoso y Aguirre Lavayén. Pero, claro, el núcleo de esta edición es su poesía y, por ello, apropiadamente, el libro se titula Poemas.
A estas alturas, ¿qué se puede decir sobre la poesía de doña Adela? Cronológicamente, su importancia dentro del romanticismo en Bolivia es ya definitiva. También, es un hecho que su poesía ha vencido los (posibles) límites de dicha cronología, es decir, su actualidad no cesa. Sin duda, la lectura genérica de su obra ha permitido destacar aún más esa permanente actualidad, donde, por ejemplo, se la reconoce toma una gama de valores precursores. Literariamente, uno de ellos, subrayado por los recientes estudios de su obra en prosa (la novela Íntimas [1913], y, los Relatos y Cuentos [1943], hasta tendría alcances latinoamericanos: el de haber encontrado y construido una voz femenina para la expresión literaria en este Continente. En fin, ya sabemos que doña Adela es uno de nuestros más altos valores culturales y sociales –no en vano, el Día de la Mujer en Bolivia se celbra el día de su cumpleaños– muy bien cuidada, dicho sea de paso– colabore a difundir sus logros más allá de nuestros horizontes.
[*]Tomado de Lecturas de Los Tiempos del 24 de junio de 2007.
07/16/2007 por Marcelo Paz Soldan