Por Valeria Victoria Rodríguez Morales
Dice José Ortega y Gasset, en las “Meditaciones del Quijote”, que la “literatura genuina de un tiempo es una confesión general de la intimidad humana de entonces”. El libro “Silencio y violencia: hilando reflexiones sobre narrativa boliviana contemporánea” es un tejido de interpretaciones filosóficas sobre esas confesiones generales de la intimidad humana que tiñen las hojas de la narrativa boliviana de nuestro tiempo. Autores como Magela Baudoin, Camila Urioste, Edmundo Paz Soldán, Liliana Colanzi, Maximiliano Barrientos, Giovanna Rivero y Rodrigo Hasbún, agrietan el velo de lo cotidiano para ofrecernos una hendija a través de la cual podemos ver y escuchar desde lo más repugnante hasta lo más cautivador del ser humano de nuestro tiempo.
El año 2019, en un aula de Filosofía y Letras, como en un laboratorio, el profesor Iván Gutiérrez propuso iniciar el experimento filosófico de tejer, destejer y entretejer conceptos extraídos de la literatura boliviana. Iván coordinó un equipo de seis autores ansiosos por compartir sus minuciosas lecturas con el público boliviano. Ante el éxito de este primer proyecto, que culminó en un libro titulado “Bocetos de experiencia poética: reflexiones sobre poesía boliviana contemporánea”, Iván planteó en 2020 continuar la serie reflexionando esta vez sobre narrativa. Tuve el honor de ayudarle en la coordinación que había comenzado a emprender y, por tanto, también pude conocer los procesos de investigación de los siete autores. Estos procesos son los que relataré brevemente aquí, con la intención de invitarlos a ustedes, estimados lectores, a leer el libro “Silencio y violencia”, publicado por la Editorial 3600 en 2021.
El libro comprende una presentación y siete ensayos sobre cada uno de los autores de narrativa boliviana contemporánea mencionados. El primero de estos ensayos es una exploración de los mutismos y estropicios en las voces femeninas de la literatura de Magela Baudoin. Aún no había salido el último libro de Baudoin, “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”; así que toda su obra literaria publicada se centraba en su novela “El sonido de la H” y su libro de cuentos “La composición de la sal”. A través de una lectura detenida de estas obras y una interpretación guiada por conceptos filosóficos como el de “autopoiesis” (cualidad de un ente de construirse a sí mismo), descubrí que era posible extraer de la literatura de Baudoin un hondo cuestionamiento sobre lo mujeril, sobre la voz, sobre el silencio, sobre la histeria de gestar palabras impronunciables. La pregunta era: ¿cómo suena, si acaso suena, el sonido de las voces femeninas en la obra literaria de Magela Baudoin? La hipótesis que argumento en este ensayo es que las voces femeninas en la literatura de Baudoin se hunden en la ambigüedad de una “autopoiesis” (construcción de sí mismas) nunca concretada. Su sonido es una onda oscilante: entre el extremo mutismo y el extremo estropicio, entre la razón y la locura, entre la libertad y el yugo.
El segundo ensayo, escrito por Valentina Torrejón, toma a “Soundtrack” de Camila Urioste como punto de partida de una exquisita reflexión sobre la memoria y el ejercicio de recordar. Descubre en el “glosario de Alicia” el placer de reconstruir memorias y llenar vacíos a través de “poesía, películas y, sobre todo, música”. De algún modo, al trabajar los sonidos del recuerdo, Valentina también aborda el silencio, pues, señala que “Camila crea un reino de lo no-dicho, donde somos bienvenidos porque, al igual que Alicia, intentamos encontrarnos entre los fragmentos que componen su vida y la nuestra”.
Mientras Torrejón aborda el silencio en lo no-dicho, Mauro Rojas encara, en el tercer ensayo, el tema de la violencia en la prisión de “Los días de la peste” de Edmundo Paz Soldán. La novela de Paz Soldán se desarrolla en una cárcel llamada “La Casona”, de un pueblo llamado “Los Confines”. Aunque toda la historia se despliega en geografías ficcionales, las relaciones entre los personajes revelan aterradoras verdades acerca de la realidad de las cárceles de Bolivia y de muchos otros países.
De acuerdo con M. Rojas, “la polifonía, por la que cada personaje de Los días de la peste relata su propia realidad desde un lugar específico, pone sobre la mesa el cuestionamiento respecto a las perspectivas que tenemos acerca del poder; su forma operativa, su localidad y su (in)tangibilidad”. Mauro extrae de Michel Foucault el concepto de “relaciones de poder” para interpretar las complejas relaciones entre los personajes de La Casona.
Viviana Cardozo descubre también en “Vacaciones permanentes” de Liliana Colanzi, un concepto filosófico fundamental: “lo absurdo”, y lo trabaja desde Albert Camus en el cuarto ensayo del libro. Para Cardozo, es posible encontrar en “Vacaciones permanentes” sensaciones de miedo, calma, culpa, redención, rencor y deseo que nos remiten a una “omnipresencia de lo absurdo”. La pregunta por el sentido de la vida juega un rol protagónico, sin pretender ser respondida en ningún momento. Viviana entabla un diálogo con la obra de Colanzi y relata su experiencia desde la sinceridad propia de una lectora que a la vez ejerce la crítica literaria.
Después de este necesario intervalo entre el silencio y la violencia, mediado por la pregunta por el sentido y lo absurdo, regresa con más fuerza el análisis sobre la crueldad en el ensayo de Daniel Ríos. La secreta fascinación humana por la violencia trasluce a través de la literatura de Maximiliano Barrientos. Ríos analiza “Una casa en llamas” y “En el cuerpo una voz”; concluye que Barrientos es un “autor cruel”, en tanto que “le da una ‘voz’ al mal, para entender mejor la raíz y sus implicaciones directas en todos nosotros”.
La violencia continúa siendo el tema central cuando Belén Macedo propone su lectura de “Las Camaleonas” de Giovanna Rivero. Macedo, en el penúltimo ensayo, hace hincapié en el concepto de hombre-macho. La violencia se ejerce incluso contra él, pues se le obliga a cumplir con un rol impuesto por su entorno social. La violenta pretensión de superioridad por parte del hombre-macho es ilustrada por Rivero y analizada cuidadosamente por Belén. Leer este ensayo verdaderamente inspira el deseo de leer la obra de Rivero. Finalmente, el último ensayo, escrito por Luciana Arratia, también es una invitación a la lectura; esta vez del libro “Los años invisibles” de Rodrigo Hasbún. Este ensayo describe las personas y contextos con los que se relacionó Hasbún. De esta manera, el análisis de “Los años invisibles” se mezcla con referencias a música, cine y a la propia vida del autor.
El libro “Silencio y violencia: hilando reflexiones sobre narrativa boliviana contemporánea”, que compila todos estos ensayos, se presentó el 12 de noviembre del presente año en la Feria “Enjambre de libros”, agotando el mismo día todos los ejemplares que la Editorial envió a Cochabamba para la presentación.
Fuente: La Ramona