Robbe-Grillet ha muerto
Por: Pedro Shimose
El ingeniero agrónomo, cineasta y escritor francés Alain Robbe-Grillet (Brest, 18/08/1922–Caen, 18/02/2008) perteneció al movimiento narrativo que él mismo bautizó con el nombre de ‘nueva novela’ (Pour un nouveau roman /1963, ensayos). Fue considerado el cabecilla del grupo integrado por Claude Simon (1913-2005 / Premio Nobel 1985), Marguerite Duras (1914-1996) y Michel Butor (1926). Con ellos coincidió una escritora de origen ruso –Nathalie Sarraute (1900-1999)– que debería ser considerada la matriarca de la escuela porque, con carácter precursor, se les había anticipado al publicar sus novelas Tropismos (1939) y Retrato de un desconocido (1947), con prólogo de Vladimir Nabokov, ruso blanco exiliado como ella. Jean-Paul Sartre le dedicó cálidos elogios. Sarraute publicó La era del recelo (1956), libro de ensayos críticos que afianzó los planteamientos teóricos de la nueva tendencia narrativa.
La nueva novela, también llamada ‘escritura objetivista’, ‘antinovela’ y ‘novela experimental’, nació enfrentada al realismo tradicional, el psicologismo, el sociologismo y la literatura popular. Era una narrativa exigente, morosa, descriptiva hasta el hartazgo, desbordada de intelectualismo, ajena al lenguaje cotidiano. En una de las novelas de Robbe- Grillet –La celosía, en versión española (el título en francés es ambiguo; ‘jalousie’ significa indistintamente celos y celosía)–, un hombre movido por los celos espía a su mujer con total impavidez, sin que suceda nada.
Este espíritu de renovación del arte de novelar tenía mucho que ver con la idea de que la novela decimonónica había muerto. Ortega y Gasset había anunciado, en 1925, la muerte de la novela y la deshumanización del arte. Alentados por las vanguardias, la ciencia (la teoría de la relatividad), la filosofía (la fenomenología de Husserl) y la técnica cinematográfica, los escritores del ‘nouveau roman’ instauraron un nuevo modo de concebir la novela.
Robbe-Grillet escribió nueve novelas y dirigió nueve películas escritas por él, una extensa autobiografía (El espejo que vuelve, 3 vols., 1984-1994), un libro de ensayos críticos Por un nouveau roman, (1963) e Instantáneas (1962), prosas. Las novelas de Robbe-Grillet: Les gommes (1953, publicada en español con el título de La doble muerte del profesor Dupont), Le voyeur (1955, El mirón), La jalousie (1957, La celosía), Dans le laberynthe (1959, En el laberinto), La maison de rendez-vous (1965, La casa de citas), Proyecto para una revolución en Nueva York (1970), Topología de una ciudad fantasma (1976), Reanudación (2001) y Una novela sentimental (2007) fueron publicadas por editoriales argentinas y españolas. Varias novelas suyas fueron traducidas al castellano por el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias (Premio Nobel 1967).
El poeta Julio de la Vega, lector asiduo de la revista Les Cahiers du Cinéma, nos trajo noticias de la ‘nueva ola’ francesa y comentó El año pasado en Marienbad (1961), película extraordinaria escrita por Robbe-Grillet y dirigida por Alain Resnais. El guionista fue candidato al Oscar de Hollywood.
Escritor cerebral y austero, esquivo y solitario, nada efusivo, quienes le trataron en la intimidad dicen que era amable y locuaz, dotado de un gran sentido del humor. Vladimir Nabokov declaró, más de una vez, que admiraba el talento del escritor francés y decía que le gustaban su lucidez de pensamiento, la pureza y la poesía de su prosa, “el espejismo en el espejo”.
Alain Robbe-Grillet ha muerto, pero su obra renovadora sigue viva. En los años 60 y 70 se proyectó en las novelas del mexicano Salvador Elizondo (+), del cubano Severo Sarduy (+), de los argentinos Juan José Saer (+) y Néstor Sánchez, y de los españoles Andrés Bosch (+), Jorge Cela Trulock y Manuel García Viñó. Algo le deben, hoy, el sueco-alemán Peter Weiss, el estadounidense Paul Auster y el argentino César Aira. // Madrid, 29/02/2008.
Fuente: www.eldeber.com.bo