10 cuentos negros de autores chilenos
Por: Antonio Rojas Gomez
El género negro es cada día más popular en la literatura del mundo entero y Chile no es una excepción. Han surgido muchos y buenos cultores, que encuentran un espaldarazo internacional en este libro publicado por una de las casas editoras más importantes de Bolivia.
La muestra es variopinta, y llama la atención que dos de estos cuentos se desarrollen en Kenia, en la lejana África, y sus protagonistas sean un inglés y un peruano. El arte va borrando fronteras. José Gai y Bartolomé Leal son los autores que escogieron el escenario africano. Ambos tienen trayectoria y manejan bien el relato y el misterio. Lo mismo puede decirse de Ramón Díaz Eterovic, que brinda una aventura breve del detective Heredia, y de Juan Ignacio Colil que en apenas tres y media páginas nos muestra como un garzón mapuche carga con el crimen cometido por dos cocineros chinos.
Toño Freire se aproxima a la crónica periodística al narrar la ingeniosa manera en que se las arregló el periodista Osvaldo Muñoz Romero para presenciar y fotografiar el fusilamiento del Tucho Caldera, un episodio histórico de la crónica roja nacional. Gonzalo Hernández Suárez construye su historia en base a diálogos y consigue moverse en tiempos y escenarios diversos para revelar una intrincada madeja delictual, con varios crímenes y una mujer que, aparentemente marginal en la historia, es la que ha movido los hilos de tanta truculencia. Helios Murialdo, Eduardo Soto Díaz y Mauro Yberra tienen trayectoria literaria en el ámbito policiaco, y lo demuestran en sus cuentos.
La muestra, en general, responde a revelar al público boliviano el buen nivel de la narrativa oscura de nuestro país. Pero hay un punto sobresaliente que hemos dejado para el final: el cuento de Sonia González Valdenegro, la única mujer en el volumen. Sonia es una narradora experimentada, pero este cuento es su primera incursión en el género negro. Y es notable. Utiliza la técnica del narrador testigo; va exponiendo hechos que, más que plantearle situaciones dadas al lector, le van entregando sugerencias, para armar un episodio estremecedor cuyas motivaciones últimas cada quien las entenderá de acuerdo con sus propias sensibilidades y experiencias.
Un libro valioso, que deja en alto nuestra narrativa negra en la vecina Bolivia.
Fuente: www.revistaoccidente.cl/