10/27/2014 por Marcelo Paz Soldan
Premios literarios municipales

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Premios literarios municipales
Por: Claudia Gonzales Yaksic

“‘El sonido de la muralla’ narra, desde la perspectiva de una niña vieja –o como podrá verse más adelante en la lectura, una vieja niña– un momento especial en la historia de una familia. Algo inexplicable ha sucedido: personas desconocidas han invadido su casa y ellos no pueden hacer nada por recuperarla, así es que se dedican a esperar. ‘El sonido de la muralla’ es una novela sobre la memoria”, escribe el paceño Rodrigo Urquiola Flores, reciente ganador del VIII Concurso Plurinacional de Novela Marcelo Quiroga Santa Cruz, convocado por la Oficialía de Culturas del Municipio de Cochabamba y cuyo fallo se conoció este miércoles 22 de octubre.
La idea de escribir esta obra, cuenta Rodrigo, surgió más o menos desde que acabó su anterior novela “Lluvia de piedra” (2011), ganadora de la Mención de Honor del XII Premio Nacional de Novela Alfaguara, y el proceso de escritura le tomó más o menos un año.
“Estoy feliz de haber ganado este premio por varias razones. De alguna manera –cuenta–, ‘El sonido de la muralla’, pienso, es hermana, tal vez hermanastra, no importa, de ‘Los deshabitados’, esa gran novela de don Marcelo Quiroga Santa Cruz. Cuánto hubiera preferido yo que no se dedicara a la política sino a la literatura, tal vez aún lo tendríamos entre nosotros. Y estoy feliz también porque conozco el trabajo que realiza la Oficialía Mayor de Culturas de Cochabamba, la dedicación y las ganas de superarse a sí mismos que tienen”.
El jurado del concurso de novela de este año, compuesto por los escritores César Verduguez, Adolfo Cárdenas, Gonzalo Montero Lara y Rosario Quiroga de Urquieta –Juan Quinteros no encontró obras con un “nivel lo suficientemente trabajado” por lo que no postuló ninguna–, aseguró que la obra de Urquiola cautivó por “el manejo del lenguaje metafórico, rico en figuras literarias introduciendo al lector en un mundo onírico. En el andamiaje de la novela se alternan los planos temporales y espaciales de manera aparentemente ilógica, manteniendo una coherencia interna a lo largo de su desarrollo, semejando un escenario kafkiano”.
“La balada de San Pedro”
Escritor y guionista, Ramiro Antelo León (La Paz, 1962) fue merecedor de una Mención de Honor del VIII Concurso de Novela Marcelo Quiroga Santa Cruz con “La balada de San Pedro”, una ficción basada en hechos reales.
“Los hechos provienen de un suicidio que se produjo en la cárcel de San Pedro. Un periodista de La Razón fue a tratar de cubrir el tema y no encontró material para hacer noticia. Un par de años después, por casualidad, me mostró sus notas y me pareció que esos datos biográficos vagos de presos difusos podían servir para escribir algo. Salió un relato inconexo cuyo personaje central nítido es el candado. El relato viene del lado sombreado de la reja”, dice Antelo sobre su novela.
“El mártir”
En el VIII Concurso Plurinacional de Cuento Adela Zamudio, también convocado por la Oficialía de Culturas de Cochabamba, la obra “El mártir”, de Yerko Escobar, resultó la ganadora de entre 86 obras participantes de todo el país y fue elegida por el jurado integrado por Wilmer Urrelo, Edmundo Paz Soldán, Blanca Elena Paz, Eduardo Scott y Brayan Mamani.
Según su creador, la lógica formal y la estética cyberpunk son la base de este cuento. “Planteo una La Paz crepuscular y muriente, convertida en un pozo infecto de basura y enfermedad, una sociedad que sobrevive como traperos o pepenadores y una policía de funciones simbólicas que arbitra a la gente con prótesis mecánicas, regulando también obligaciones imaginarias que más que mejorar la calidad de vida, la hacen soportable en su futilidad. Una de estas policías encuentra en la matemática una forma de simbolizar, aunque no resolver, el gran problema en que se ha convertido vivir”, dice el galardonado sobre su cuento.
Escobar, que publica literatura y cómic siempre utilizando el nombre artístico Corven Icenail, comenzó a escribir cuentos en 1998 con “una pequeña narración (para un trabajo de colegio) sobre un andinista que caía por un despeñadero. Recuerdo que hice su muerte tan gráfica que terminé reprobando, todo un orgullo. Mi primera publicación exclusivamente literaria data del 2007 y mi andadura como dibujante de cómics comenzó el 2006”.
Fuente: Lecturas