Paz Soldán y la ciencia ficción
Por: Mayra Romero Isetta
“Todo había comenzado con la cabeza del Che y el cuerpo de Rachel Welch”. Luego, códigos en un mundo virtual. Después, un videojuego en el que hay que encontrar un impostor; pero la manipulación de imágenes, los códigos y el juego fueron trascendiendo del mundo virtual al real, los humanos son superados por la tecnología y en esta última entrega de cuentos no pueden con ella y no saben diferenciar qué es real y qué no, y las deidades electrónicas comparten vivienda con las legendarias.
Edmundo, desde inicios del siglo XXI, ha comenzado a crear un universo en el que están conectados muchos de sus personajes, escenarios y temáticas, todos ellos girando entorno al género de la ciencia ficción y posándose sobre el subgénero del cyberpunk, que se caracteriza porque en sus narrativas se trata la distopía como eje de sus temáticas y subtramas.
Al respecto, Carlos Abraham propone que para el género de ciencia ficción sea llamado como tal, “(…) la presencia del componente científico-tecnológico es un requisito imprescindible, pero no es necesario que esta presencia sea explícita, pudiendo tratarse simplemente de su gravitación implícita”. En ese sentido, Edmundo gradualmente va creando un pilar en sus relatos, en los que el uso de la tecnología se establece como una narrativa cyberpunk.
En la obra La vía del futuro, ocho relatos tienen como tema de fondo la inevitable e intrínseca relación que tenemos ahora con la tecnología. Edmundo explora hasta qué punto los avances tecnológicos han entrado en nuestra rutina y nosotros no nos hemos dado cuenta; por el contrario, hemos dejado que se convierta en una necesidad vital para continuar con nuestras rutinas.
Silvia Gasparini, en Los espectros de la ciencia mencionaba que cuando surgió el género de la fantasía científica, todavía se trataba de dar explicación a los inventos y avances tecnológicos del siglo XIX, y que el miedo hacia ellos se disipaba a medida que estas explicaciones se volvían más detalladas, sin embargo, las creencias irracionales son muy resistentes a la razón. Para el siglo XXI, donde la tecnología digital domina la rutina, este miedo irracional se hace presente de nuevo. En La vía del futuro, esta relación con la tecnología ya no está rota, es una relación de poder, de la tecnología sobre los humanos.
La premisa del cuento inicial, que es el que da título a la obra, se refiere a una relación en la que la deidad a adorar es una inteligencia artificial. Al inicio, esta idea parece chistosa y ficticia, sacada de Futurama, me atrevería a decir. Sin embargo, a medida que se avanza con la lectura, surge ese cuestionamiento de que una nueva trinidad podría ser posible: en el nombre de la Tecnología, del Dinero y de las Transnacionales.
El credo planteado ya da un poquito de miedo, porque resulta que, si lo pensamos objetivamente, ya estamos en ese punto sin retorno en el que tenemos fe ciega a toda la información que contienen nuestros celulares y computadoras.
El hecho de interactuar con una Siri o una Alexa da más confianza, porque estos bichos sí responden a nuestras consultas y plegarias, a diferencia de los seres sobrenaturales en los que todavía se cree.
De toda la colección, el cuento más perturbador de la obra es sobre muñecas. ¿Dejamos de jugar con ellas a medida que crecemos? ¿Somos capaces de sustituir a seres humanos de carne y hueso por la perfección del plástico? El cuento ‘La Muñeca Japonesa’, las muñecas cada vez son más perfectas, y esto no solo es notorio en su configuración física, sino también en su capacidad de entablar conversaciones con su dueño, y hasta de juzgarlo: “Va siendo hora de que le pidas disculpas. Fuiste un animal, con el perdón de los animales”, le recrimina la muñeca a su dueño.
Después de lo expuesto, se puede evidenciar que Paz Soldán ha venido construyendo una narrativa cyberpunk que no solamente se ajusta a la realidad boliviana y latinoamericana; sino que trasciende y es fácilmente aplicable a un escenario mundial.
El efecto de la tecnología, primero como herramienta y luego como objeto de adoración, marcan toda una línea literaria que constituye a Edmundo como referente de la ciencia ficción y el cyberpunk. Finalmente, la decadencia social no solo se apoya en la coyuntura nacional en la que se basa el autor, sino también permite trazar una mirada futurista de todo el territorio latinoamericano, en la que la relación del estado con los recursos naturales y los movimientos sociales se presentan como una denuncia y advertencia de lo que pueda pasar.
Entonces, Edmundo, a lo largo de más de dos décadas, ha logrado conectar sus obras y trabajarlas de modo que estas se establezcan como atemporales. De igual forma, trazan una línea de tiempo en la que se puede observar la evolución de la relación de los humanos con los avances tecnológicos, sin dejar de lado su bagaje cultural.
Fuente: Nuevo Milenio