Patologías del amor
Por: Lourdes Saavedra
(Texto leido en la presentación del libro “Patologías del amor” de Cesar Soria Peña)
Un terapeuta que practica el autoanálisis para exorcizarce de una paciente lolita. El reencuentro con las primeras parejas, con sabor a la adolescencia no superada, cadencias de fiestitas retro y el amor después del amor. El sentimiento fraterno de un domingo de resignación después del futbol y la ruleta rusa compuesta por un código binario que un padre práctica con su hija…dicen que una palabra puede ser una tabla de salvación.
Estas son algunas de las 14 historias de “Patologías del amor” de Cesar Soria Peña, demostrando un sentido narrativo directo, irónico y mordaz. Lejos de las metáforas rebuscadas y con historias bien logradas, nos encontramos frente a un libro minuciosamente trabajado, que gira en torno a un tema universalmente abordado por la literatura ”el amor”, pero encarnado con la singularidad de generar tramas que le dan un sentido singular y dinámico en su conjunto.
El inicio del libro “El murciélago, la rata y la bruja” como una fábula sin moraleja, es una muestra clara del ritmo y el enigma a resolverse en las 250 páginas que le preceden “Había una vez un murciélago de una rata enamorado, tal era su pasión que fue a pedirle a una bruja que convirtiese a la rata en un murciélago”, desde las relaciones casuales y el amor violento de noches que transcurren entre discotecas y moteles, hasta la ternura de un niño que recuerda con nostalgia a su madre, también la ansiedad por ser una estrella de rock. Los personajes que plantea Soria, son sujetos que viven al extremo, pero también adolecen de una especie del desencanto, tal vez con un sabor a “Generación X” de Douglas Coupland, personajes que son sobrevivientes a las familias desestructuradas, es como si Peter Pan y los niños perdidos un día despertaran en otro mundo…el mundo de la adultez.
Usando el recurso del flash back, también la secuencia casi cinematográfica que otorga agilidad y simultaneidad a las historias como “Mejor ahora que después”: En la pieza de un motel el papá de Joaquín acomete a su amante con un beso francés; la mamá de Joaquín desviste con suma coquetería a su muñequito, ante el gran espejo del tocador. Dos amigas ven riendo una comedia que ha volcado taquilla y por mas que lo intenta y lo intenta Joaquín es incapaz de reprimir vividas imágenes de él estrangulando a Patricia.
También nos encontramos con un dejo de nostalgia, de manera adecuada nos remontamos a la década del ochenta y noventa, reflejado en el ficticio colegio “nido de águilas” como némesis de muchas amistades, primeras decepciones y la incógnita de vivir un futuro que llegó muy rápido. Recordamos la música, grunge, power balads, como parte atmosférica del libro “en una palabra, más que de hueso y carne, soy una persona hecha de canciones” (La fiestita retro de Morelia).
Lograr plasmar el amor en sus diferentes texturas: carnal, fraterno, desenfrenado, materno. Es el mérito que detenta este libro, que conforma un buen trabajo narrativo. Quien lea este libro no encontrará un manual de las buenas costumbres, pero si tendrá un libro honesto de personajes complejos que viven cotidianamente, presos de las circunstancias de la vida, como diría Lacan con un poco de miedo, un poco de sexo y solo queda la añoranza….en un mundo donde aún nadie ha encontrado la cura para el amor.
Fuente: Ecdótica