11/05/2020 por Sergio León

Para comerte mejor

 

Por  María Cristina Botelho

Leer a Giovanna Rivero ha sido una agradable sorpresa personal, sabía de su talento, pero no había ingresado a su mundo literario.  Llegó su libro a mis manos como obsequio de cumpleaños, agradezco a mi hijo por este valioso regalo.

Comento como ferviente lectora que soy, las obras buenas hay que difundirlas, por eso me atrevo a sugerir la lectura de Para comerte mejor, como dice su título tendrían que abrir muy grande la boca para saborear el menú de estas historias.

Son 12 cuentos que llevan al lector por pasadizos complicados, donde habitan seres extraños, en un entorno fantástico, la imaginación de Giovanna es una veta inacabable, el misterio no siempre se resuelve en la primera lectura, son esos libros que invitan a una relectura por el detalle, el hilo conductor perfectamente hilvanado.

El estilo de Giovanna no podría compararlo con ningún otro autor, es diferente, es audaz y convoca con una voz exclusiva, única, sin tapujos se refiere a la miseria humana, la lucha por la sobrevivencia y la crueldad que se atraviesa en el camino de los personajes. Algunos cuentos han sido narrados en primera persona como identificándose con la narradora y otros en tercera persona.

Los nombres de los personajes son extraños también, pero llamativos lo que permite que sean inolvidables, como  Piri en “Humo”, un cuento cuyo arrobamiento es total, exquisito.  Solamente mencionaré algunos, quisiera dejar a cada lector su opinión sobre los temas que toca la autora.  Otros nombres como Yoko en “Adentro”, un cuento que deja tristeza. Shulkan en “Contraluna”, quizá el cuento más largo, el último del libro.  “El hombre de la pierna”, un tema singular.  “La piedra y la flauta”, un cuento extraordinario,  en este cuento algunos personajes son los indigentes.

Giovanna saca de los escombros lo que al parecer es inservible, marginal, y convierte en héroes algunos de sus personajes, no por ser victoriosos de sus batallas, por la valentía de enfrentar situaciones delicadas, escondidas en falsos escaparates.  A ratos el vértigo, las ratas, las náuseas, los escorpiones, producen miedo, están escritos con ese fin, despertar en el lector el asombro y la autora lo consigue.

El “Macondo” de Giovanna es diverso, refleja paisajes en latitudes donde habitan seres raros, tan pronto el llano, los valles, los bosques o el Bronx de Nueva York, la escritura de esta autora merece un análisis más profundo. Me quedo con el gusto de haber disfrutado de un libro que mantiene el suspenso de principio a fin.

Fuente: La Ramona