Óscar Alfaro: la figura ideal del poeta moralizante y pedagógico
Por: Claudia Gonzales Yaksic
“Yo recuerdo su trabajo con un sentimiento envuelto en dulzura. Alfaro era un creador imaginativo, generador de complicidad, muy sencillo, capaz de hacerse querer a través de su poesía, cuentos y anécdotas –casi siempre– chapacas. Su legado esencial está dirigido a los niños lectores, y estoy seguro que les alegra la vida”, dice el escritor tarijeño Gonzalo Lema sobre el también escritor tarijeño Óscar González Alfaro, nacido en San Lorenzo un 5 de septiembre de 1921 y fallecido en La Paz un 25 de diciembre de 1963.
Para Lema, Alfaro era un poeta y escritor “moralizante, pedagógico, que tenía la permanente intención de aleccionar a los niños y, en su caso, a los adultos lectores. Su imaginación ligera, audaz, alegre, se lo permitía. Él escribió una buena cantidad de libros que la gente en Bolivia, y en especial en Tarija, esperaba con impaciencia”.
Entre 1948 y 1963, Alfaro publicó los poemarios: “Canciones de lluvia y tierra”, “Bajo el sol de Tarija”, “Cajita de música”, “Alfabeto de estrellas”, “Cien poemas para niños” y “La escuela de fiesta”, además de “Cuentos infantiles”, libro que fue incluido en la Lista de Honor de IBBY en 1992. Después de su muerte sus herederos publicaron su obra inédita bajo los títulos de “El sapo que quería ser estrella” y “El pájaro de fuego y otros cuentos”.
Varios poemas suyos han sido traducidos al alemán, esperanto, francés, inglés, portugués y ruso y sus libros, considerados ya clásicos en la literatura infantil boliviana –a decir del escritor Víctor Montoya– han sido reeditados innumerables veces.
Alfaro ganó en 1956 el primer premio en el Concurso Nacional de Cuentos para Niños, también en 1963 obtuvo el Premio Nacional de Cultura con “Cuentos Chapacos”.
Según recuerda Gonzalo Lema, Óscar Alfaro “integró la segunda generación de Gesta Bárbara. La primera, comandada por Carlos Medinaceli, autor de ‘La Chaskañawi’, estaba integrada por la generación antecesora de Alfaro. Ambas, sin embargo, eran de valía intelectual. Además de su trabajo de poetas e intelectuales, se destaca su pensamiento crítico”.
Después de salir bachiller, Óscar Alfaro estudió Derecho en la Universidad de San Simón y fue profesor de castellano, lenguaje y literatura en la Normal y en varios colegios e institutos de Tarija y La Paz.
Además, produjo para la radio Illimani el programa “La República de los niños” y también era columnista de variados periódicos del país.
Fue militante del Partido Comunista de Bolivia y amigo entrañable del compositor Nilo Soruco, que musicalizó varios de sus poemas.
Según una investigación de Víctor Montoya, la escritora uruguaya Juana de Ibarbouru dijo sobre su poemario “Bajo el sol de Tarija”, que “es rico de colorido y de folklore, de lirismo y de sentido poético y humano (…)”
Sobre “Alfabeto de Estrellas”, Franz Tamayo agradeció “al delicado poeta” por tal obra “del genio poético de nuestras juventudes (…)”
Yolanda Bedregal se refirió a él como la encarnación de “la figura ideal del poeta, a quien imaginamos un ser elegido, en quien la persona humana y la obra están acordes sin ruptura entre conducta y expresión literaria (…)” .
Para Lema, lo más destacable de Alfaro era “su calidad humana (…) La gente que lo conoció opina eso de él: calidad humana, don de gente”.
Fuente: Lecturas