08/06/2009 por Marcelo Paz Soldan
IMPRESIONES DE UN LECTOR
El Vuelo de la Esfinge, en todo caso, es la negación de “IBIS”, la antípoda del genio que instaba “el amar el placer” y no “el amar el amor”. Quizás, desde la cima de este aprisco de beatitud de un ideal de tan alto sentimiento, una voz quiebra el silencio, donde las necesidades, cuerpo e idiosincrasia de la mujer, tras un espíritu indomable, echa su grito de rebeldía, pretendiendo sembrar estrellas, en el estéril vientre de aquel gélido y obscuro universo del dolor
Seguir Leyendo >>
08/06/2009 por Marcelo Paz Soldan
Ministerios del miedo
Pero Homero Carvalho con La maquinaria de los secretos no ha escrito una novela policiaca. A ratos el lector puede dudar de si lo que está leyendo es una novela y no un rotundo y vibrante alegato fiscal que pone en la picota a la desvergüenza, el desprecio por los derechos más elementales ejercido por políticos sin escrúpulos que hacen de la burla del ciudadano un oficio y del detentar el poder su único objetivo.
Seguir Leyendo >>
08/06/2009 por Marcelo Paz Soldan
La narración imposible: divagaciones sobre El lugar del cuerpo de Rodrigo Hasbún
La narración imposible: divagaciones sobre El lugar del cuerpo de Rodrigo Hasbún Por: PaBLo L …en realidad detesto los epígrafes, las citas gratuitas. La erudición es un disfraz de la mediocridad R. Hasbún. El lugar del cuerpo Acabo de terminar de leer la recién publicada novela de Rodrigo Hasbun: El lugar del cuerpo. Un no […]
Seguir Leyendo >>
08/04/2009 por Marcelo Paz Soldan
Roberto Bolaño, enseñando a leer
Pero, me parece que no quería llegar a esto cuando empecé a escribir esta nota sobre Roberto Bolaño. Me parece que sí quería decir que Bolaño está poniendo las cosas en orden al decir que se debe leer y que no. Pero claro, decir algo así hubiera sonado muy pretencioso; hubiera sonado muy autoritario y por suerte Bolaño no tiene nada de eso; hubiera querido decir con mejores argumentos que Bolaño jugaba con los libros, que era un tipo que aún sentía pación por los libros que buscaba y leía. Que se asombraba cuando encontraba a un nuevo escritor que en muchos casos ya no era tan nuevo porque o era de su edad o estaba a punto de morir; pero en todo caso, él se permitía eso, descubrir, andar también en el proceso de lectura muy a tientas y sin miedo. Bolaño quizás nos deja eso. Que tanto para ser lector como para ser escritor se necesita de una sola cosa: valor.
Seguir Leyendo >>