04/09/2011 por Marcelo Paz Soldan
Norte, Edmundo Paz Soldán

Norte, Edmundo Paz Soldán


Norte, Edmundo Paz Soldán
Por: Salvador Gutiérrez Solís

He pasado buena parte de la noche leyendo Norte, hacía mucho tiempo que no me sucedía. Y ahora, frente a la pantalla del ordenador, el teclado en mis dedos, tendría que comenzar a escribir una reseña/crítica de esta novela. En esta ocasión, no tiene sentido. ¿Por qué? Con frecuencia, las críticas/reseñas literarias, aunque se camuflen en el interior de una balada elogiosa, dulce, tienen algo de preventivas. Es una contradicción reiterada que no consigo comprender, que incluso me suele enojar. Es como si nos encontráramos, en una guía del gourmet, ante la reseña/crítica de un restaurante que califican como excelente al mismo tiempo que nos previenen del exceso de pimienta, del precio, del vino de la casa o de los manteles, a pesar de que nos recuerden incesantemente que se trata de un restaurante excelente. O algo parecido.
Norte ha despachado mi sueño –y sus horas- porque es una novela maravillosa, excepcional, bellísima, más que excelente. Pero excelente, excelente: manteles limpios, buen vino y la pimienta en su justo punto. No debería argumentar más, tan sólo recomendarle muy encarecidamente que se dirija a la librería más cercana –o habitual- y adquiera un ejemplar. Nada más, debería bastar. Qué más le podría decir. Que Edmundo Paz Soldán ha logrado una perfecta arquitectura narrativa en la que encajan todas las piezas, que Norte es una exhibición de Literatura del más alto nivel, que esta novela traza con minuciosidad las coordenadas sobre las que se expande el Castellano, no sé, que las historias te hipnotizan y secuestran desde el primer instante, sí, todo cierto. Insisto: vaya a la librería y compre Norte.
Empiezo a pensar que es mucho más fácil escribir una reseña/crítica preventiva. Qué más le puedo decir. No sé, que si a usted le gusta la buena literatura, las grandes novelas, lea Norte. Que si a usted le gusta la buena música, de ahora y siempre, de Elvis a Calamaro, lea Norte porque le gustará, mucho. Que si usted es aficionado al mejor cine, de Ford a los hermanos Coen, seguro que Norte le fascinará. En fin, siento la parquedad, pero es que cuando se tiene la fortuna de escribir/recomendar sobre una novela tan absolutamente sensacional, entiendo que lo más honesto y generoso —con otros lectores— es pretender que sean muchos más los que disfruten lo que yo ya he disfrutado. Por tanto, nada más que decir: vaya a la librería y compre Norte, la nueva novela de Edmundo Paz Soldán.
Fuente: http://www.latormentaenunvaso.blogspot.com/