Por Fernando Mayorga Ugarte
En 1943, con casi 40 años a cuestas, Carlos Montenegro escribió un ensayo que fue publicado, un año después, con el sugestivo título de Nacionalismo y coloniaje: Su expresión histórica en la prensa de Bolivia. Ese libro devino muy pronto en obra fundamental para la configuración del discurso del nacionalismo revolucionario, aquel forjado después de la Guerra del Chaco y que acompañó la Revolución de 1952.
Hay en Nacionalismo y coloniaje, sin duda, un tema estructurador: propone lo nacional y lo colonial como tendencias opuestas que se expresan o encarnan en posiciones, personajes políticos y actores sociales. Su revisión de la historia republicana, por eso, tiene como tema constante la disputa entre ambas tendencias. Pero, más allá de esa claridad ideológica, ¿es posible circunscribir este libro a un ámbito disciplinario? ¿Es ensayo interpretativo, investigación histórica, estudio sociológico o programa político? Sin duda es todo esto y, quizás por eso también, ocupa un lugar central en la historia del pensamiento social boliviano.