Memorias de futuro de Miguel Esquirol
En la época de la Internet y de invenciones insospechadas, el futuro ya no es lo que se especulaba que podía ser. Ya no es el espacio para explorar las posibilidades de la técnica, hoy en día el futuro es el lugar donde la ficción puede explorar el alcance del ser humano. Poco a poco el subgénero relegado por tantos años de la ciencia ficción así como el de la fantasía, van recuperando un espacio central en la literatura. Memorias de Futuro está compuesto por varios cuentos de muy diferentes tonos, pero siempre fiel a los subgéneros desde los cuales ha sido inspirado.
Pero más allá que literatura de género, la novela conecta diferentes espacios y culturas para enriquecer las historias. Referencias a Borges, Arlt o Saenz pueblan las páginas, así como a hechos reales, cual es la muerte del periodista en la guerra de Irak o los problemas con los que Bolivia se enfrentó el 2005, transformados luego por la ficción.
Además, debajo de muchos de los textos se encuentra Bolivia, con su historia y sus mitos pero articulada con espacios diferentes. Aprovechando estos juegos y conexiones es posible encontrar monstruos en el lago Titicaca; seres mitad hombre y mitad máquina en el mercado recorrido por Saenz; aunar el altiplano con el Far West o que finalmente sepamos aquello que vio Roy Batty y que, esperemos, no sea olvidado como lágrimas en la lluvia.
Los textos sirven para explorar cómo la tecnología nos afecta en nuestra vida cotidiana, cómo nuestra identidad está expuesta y cuáles son las locuras, las fantasías y los sueños que alimentan al hombre. Pero sobre todo este libro intenta entretener construyendo espacios, universos y relatos llenos de posibilidades.
Edmundo Paz Soldán comenta:
Los escritores de las nuevas generaciones se hallan muy dispuestos a explorar nuevas temáticas, nuevos espacios, nuevos registros para la literatura boliviana. Con este magnífico libro de cuentos, Miguel Esquirol demuestra que no todo tiene que ser el relato de corte sociológico o la indagación intimista en paisajes urbanos. Lo suyo es el desborde imaginativo, la frecuentación de géneros como la ciencia ficción, cada vez más importante en la narrativa contemporánea. Aquí, Miguel ha escrito muchos cuentos buenos, y algo más: El cementerio de elefantes, un clásico instantáneo de nuestra literatura. Mientras otros respetan a Jaime Sáenz escrupulosamente, Miguel, en este cuento, se atreve a reescribirlo en onda Blade Runner, a hacer suyos algunos espacios y temas del gran escritor paceño. Que salga indemne de la aventura dice mucho del talento de Esquirol.
Fuente: Ecdótica