Lo que se esconde en las cajas: Entrevista a Isabel Suárez
Por: Cecilia de Marchi Moyano
Las cajas de zapatos suelen amontonarse en los cuartos con cachivaches que sirven para… ¿para qué sirven? Hay quien solo conserva apiladas sus cosas, quien guarda material de trabajo, quien usa las cajas para hacer casitas de muñecas. Isabel Suárez usa sus cajas como puertas a historias inesperadas. Son historias breves y condensadas que sorprenden por su equilibrio y visión. Por eso es que la buscamos para poder hacerle algunas preguntas en la serie de entrevistas a autores jóvenes bolivianos que tienes que conocer.
Aquí, lectores, les presento a Isabel Suárez.
– En tu blog señalas que iniciaste la escritura a los quince años. ¿Hubo algún evento detonador que te llevó a esta exploración?
La verdad es que sí y ahora contarlo resulta un poco vergonzoso porque estaba muy lejos de ser la escritora con la que soñaría unos meses después. Todo empezó en el colegio. Tengo una amiga, Fátima, con la que solíamos hablar mucho de chicos y típicas cosas de adolescentes, pero a nosotras nos parecía que nuestras charlas eran tan profundas e iluminadas que merecían estar en un libro. Así que nos propusimos escribir un libro entre las dos. Al principio ambas aportamos con ideas, pero yo era la más entusiasta a la hora de escribir. Después me emocioné mucho más con el hecho de escribir y mi amiga ya no me siguió el ritmo, así que decidí escribir otra cosa, algo totalmente mío y que sí tenga valor y profundidad para mí.
Así comencé a redactar Olivia, mi primera novela corta, la cual es inédita y altamente fantasiosa. Así me agarraron las letras y seguí escribiendo sin parar, más cuentos que otra cosa.
– ¿Cuáles crees que son las principales influencias para la escritura de tu libro “Caja de zapatos”?
El escritor que “me enseñó a escribir” fue Gabriel García Márquez. Digo que me enseñó porque aprendí a redactar y a desarrollar mi narrativa leyendo sus cuentos y novelas, pero con más atención de la necesaria, como haciendo un escaneado profundo de su uso de los signos de puntuación, sus palabras, su estilo… Al principio, la esencia de García Márquez se sentía demasiado en mis escritos, pero con el tiempo y la maduración literaria, pude darle mi propia voz incluso a mis primeros textos. Y de modo que Caja de Zapatos no es más que una recopilación de mis mejores cuentos, desde mis 17 a mis 22 años, es válido decir que García Márquez fue la principal influencia en él, aunque también encontré inspiración leyendo a José Saramago, Eduardo Galeano, Ernest Hemingway, y los bolivianos Óscar Barbery Suárez (Santa Cruz) y Adolfo Cárdenas (La Paz).
– En el libro se pueden encontrar muy ricos y complejos personajes femeninos (más que masculinos). ¿Qué es lo que te ayuda a crear estos personajes? ¿Tienes alguna técnica a la hora de la creación?
Creo que la mejor técnica a la hora de crear, tanto personajes como historias y situaciones, es aferrarse a la realidad, ya sea de manera fiel, o solo a modo de referencia. Muchos de mis personajes, tanto los femeninos como los masculinos, están basados en personas reales, a las que solo les cambié el nombre o algunos pequeños detalles. En otros casos, soy yo misma, como en el caso de Olivia. Por muy fantasiosos que parezcan mis cuentos, tienen historias reales por detrás, tanto cosas que me pasaron en primera persona como historias que escuché, por lo que los personajes son fieles reflejos de aquellos que vivieron las verdaderas historias.
– Fuera de la escritura de tu blog, estás colaborando con Liberoamérica, una página que reúne autores del habla hispana. ¿Cuáles son tus proyectos editoriales con este colectivo y personales?
La Plataforma Literaria Liberoamerica está apuntando bastante alto en el ideal de crear una editorial física en múltiples países hispanohablantes, pero con grandes posibilidades de cumplir todo lo que se proponen, ya que tienen colaboración de muchísimas personas en todo el mundo, todas apasionadas y entregadas a lo que realmente les importa: las letras. En este momento, Liberoamerica se encuentra en los trámites finales para hacer pública su primera antología en papel, que tendrá su primera edición en Argentina y Uruguay, pero que seguirá rotando en distintos países latinoamericanos, España y Portugal, incluido Bolivia, por supuesto.
Como editora de Liberoamerica para Bolivia, me queda esperar nuestro turno para tener nuestra edición boliviana de la antología Liberoamericanas: 80 poetas contemporáneas; mientras tanto, estoy en la búsqueda de hacer crecer al grupo con autoras y autores bolivianos, viendo la manera de darlo a conocer y explorando la posibilidad de presentarnos en la feria del libro de este año.
– Hay mucho de interés plástico, casi visual, en los cuentos que propones. ¿Cuál es la relación que encuentras entre literatura y artes visuales?
Algo que aprecio mucho de García Márquez es su capacidad para pintar cuadros con las letras. Si bien se toma su tiempo en la descripción de cada escena, es esa descripción visual, cruda, casi visceral, la que nos hace dar la impresión de que conocemos Macondo. Quise darle mucha importancia a lo visual por ese motivo. Considero que leer es más que conocer una historia o a sus personajes. Es zambullirse en un mundo que uno mismo tiene que reconstruir en su imaginación, y si el texto está colmado de refuerzos gráficos, esta construcción resulta mucho más fácil e interesante. Por otro lado, me interesa mucho el cine. Estudio comunicación audiovisual, una carrera que le dedica un 30{1daedd86537fb5bc01a5fe884271206752b0e0bdf171817e8dc59a40b1d3ea59} de su pensum al cine. Por su parte, García Márquez estuvo involucrado con la producción, dirección y guion de varias películas, e incluso fue uno de los fundadores de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, una de las mejores escuelas de cine de todo el mundo. La dirección de cine se trata de interpretar lo escrito en letras para poder transformarlo en imágenes con una intención y un estilo. Me gusta pensar que la escritura se trata de interpretar lo vivido, lo apreciado con los 5 sentidos, para transformarlo en letras y que estas devuelvan todas esas sensaciones a los lectores.
– Por último, ¿qué guardas en las cajas de zapatos?
En las cajas de zapatos se guarda todo. Por mi parte, cartas, tarjetas, escritos, recuerdos en papel…
Bauticé mi blog como caja de zapatos porque “en una caja de zapatos, uno guarda todo”. Quería un espacio que no sea ni para testimonios de vida, ni para cuentos, ni para reseñas de libros, ni para nada en especial. Quería un blog donde pudiera meter todo lo que escribo, todo, hasta lo que no merece. Esa es mi gran caja de zapatos.
Fuente: apunteslaterales.blogspot.com/