Las flores de Mario Bellatin
Por: Rosario Quiroga de Urquieta
Graham Greene dice “escribir es una forma de terapia”. A veces me pregunto cómo se las arreglan todos los que no escriben, componen o pintan para escapar de la locura, la melancolía, el temor al pánico inherente a la situación humana”. Quizá Greene, para sostener este criterio, también haya considerado que el arte es una especie de catarsis para huir o enfrentar los problemas, ya sean personales o sociales o en definitiva, convivir con las mutilaciones, los traumas o complejos congénitos o asimilados.
Pensé en esto en el transcurso y al final de la lectura de la novela Flores de Mario Bellatín, escritor nacido en México quien tiene en su trayectoria literaria ocho novelas publicadas, entre ellas, Las mujeres de sal, Efecto invernadero, Salón de belleza, Poeta ciego y Una nariz de ficción. El año 2000 Bellatín fue nominado al Premio Médicis por su novela Salón de belleza. El 28 de febrero de 2004 recibió el Premio Xavier Villaurrutia (un diploma y cien mil pesos) por su novela Flores. Algunos críticos lo consideran “insólito heredero de Kahawata y Tanizaki.
Flores es una novela corta, narrada en capítulos o episodios que casi son independientes, si no fuera que tienen un mismo centro alrededor del cual giran las variantes del mismo tema. Los capítulos están titulados con el nombre de flores: rosas, gladiolos, cartuchos, azucenas, geranios, crisantemos, petunias… que mantienen una relación profunda entre el significado y el significante dentro de la variante del mismo tema. Por la misma razón, cada capítulo merece un estudio aparte.
Según el narrador, la técnica empleada en la novela es la sumaria, “basada sólo en la suma de determinados objetos que juntos forman un todo, más o menos como se encuentra estructurado el poema de Gilgamesh; sin embargo, cada capítulo puede leerse por separado como si fuera la contemplación de una flor”. El personaje principal es un escritor que tiene una pierna ortopédica y que recibe dinero del ayuntamiento por las investigaciones que hace sobre las distintas maneras en que se ejerce el sexo en la ciudad.
En el capítulo “Pensamientos” se relata el origen del escritor que nace sin una pierna y que tuvo un hermano gemelo. Su padre no logra explicarse el porqué de la desgracia, el porqué del castigo (padre y madre son religiosos), y opta por abandonar a la madre y al hijo.
Se intuye que el escritor-personaje también fue víctima de los errores de la ciencia en la fabricación de un fármaco a base de una determinada sustancia que servía para aliviar los malestares del embarazo y que produjo malformaciones en cientos de recién nacidos. Él piensa que así como existen males de vieja estirpe, así también existen los de nueva creación. El fármaco que deformaba a los fetos era uno de ellos. El personaje se pregunta en forma casi irónica: ¿habrá mecanismos creados especialmente para olvidar esos errores?
Naturaleza viva y naturaleza muerta En el capítulo “Rosas”, como una antítesis de belleza, el consultorio científico, donde acuden los malformados está rodeado de jardines que muestran la exuberante floración de sus rosales. Aquí el contraste, no sólo es sensorial, visual, olfativo, sino también conceptual. La belleza de la naturaleza perfecta, sabia frente a la deformidad y desequilibrio armónico que presentan.
O los pacientes, que fueron víctimas de la intervención del hombre y su irracionalidad.
En el capítulo titulado “Azucenas”, se presenta un orfanato donde son llevados los gemelos Kuhn que nacieron sin brazos ni piernas. Ahí la reja de entrada está decorada con azucenas grises esculpidas en granito, ahí asisten mujeres que comparten con los niños bajo una disciplina de estricta observancia. Van mujeres casadas, como una especie de reproche a su vida conyugal y las solteras como la aceptación de su soledad y vacío.
De igual forma en el capítulo “Geranios”, hay una habitación que huele a flores, pero no a rosas que circundan el edificio, sino a los geranios en descomposición. En ese cuarto hay frascos con fetos en formol como prueba de las consecuencias del fármaco.
Este contraste entre la naturaleza viva y la naturaleza muerta se maneja en la novela con una marcada intención reiterativa de mostrar la diferencia que asoma al umbral de lo trágico-ridículo entre lo perfecto y lo deforme.
Sexo, ética y religión
Se ha dicho que en esta obra el autor Bellatín propone “la libertad del hombre en encontrar una sexualidad y religión propias”
Para Adler el vivir del hombre está condicionado por dos hechos contrarios, “El deseo de valer y el sentimiento de inferioridad, entonces ambos se deben a las minusvalías físico-orgánicas reales o psicopatológicas que se originan en las relaciones psicosociales del niño y han de determinar el estilo de vida en el individuo, su propio punto de vista sobre los hechos que lo tocan en su sensibilidad e intimidad, de esta manera habrá elegido su sexualidad, su propia ética y que al mismo tiempo significa su propia religión, ya que es indiscutible que toda religión segrega una ética.
En el sótano de una desocupada fábrica se llevan a cabo los “Altares” donde tienen lugar una serie de sesiones sadomasoquistas en sus diferentes variantes. Allí también algunos animales forman parte de los ritos (cerdas rechonchas, perros daneses, etc). En la zona Hell Kitchen están personas que ejercen sexualidades alternativas, ahí vemos a mujeres a quienes les atraen los hombres que gustan de otros hombres por considerar que este tipo de relaciones encierra una fuerte carga erótica.
Sesiones para ancianos maltratados en su infancia: “donde se dramatizan escenas explicativas al problema”.
Se reúnen a las 2 de la madrugada en la clandestinidad y bajo estricto control de privacidad. Por ejemplo, ahí acude el escritor vestido de pantalones cortos y su pierna ortopédica va adornada con piedras artificiales.
Ahí muestran las posibilidades de que aquel miembro ortopédico, sin vida, puede ofrecer placer, puede hacer vibrar la carne viva.
De la misma manera, la sala del hombre obeso que se ocupa de relajación está adornada con un florero de orquídeas artificiales: entonces así como un miembro ortopédico puede hacer sentir sensaciones inverosímiles, las orquídeas artificiales, también adornan y entretienen la vista.
Sin embargo, aún en la posibilidad de suplir la vitalidad de la piel y las sensaciones que se experimenta a través de ella con el artefacto artificial, se ve que el hombre necesita de la terapia del constante recuerdo, de la “remembranza” para no olvidarse nunca de su mutilación, por eso el escritor debe asistir cada jueves a unos ritos especiales y sugestivos allá se quita la pieza ortopédica y en sesiones donde se entrecruzan los planos de lo real y lo onírico se debe aceptar tal cual es.
En la historia del amante otoñal, a quien siempre le gustó estar en compañía de gente mayor y que cuando fue a visitar a su abuelita experimentó su primera erección, hay otro caso de sexualidad alternativa que procura la liberación momentánea de un trauma de infancia que no pudo superar en medio de una sociedad intolerante: el amante otoñal cree que el paraíso está habitado por ancianos decrépitos que muestran sus bondades sexuales sin ningún recelo y están simbolizados por la flor del cartucho cuyo pistilo semeja un falo siempre vital.
Este personaje se vestía de mujer hasta que fue agredido, acuchillado y después opta por vestirse de anciana para luego frecuentar bares sadomasoquistas, y cuando la escogían para sus ritos nocturnos, los festejantes ya no lo maltrataban a él sino a la anciana en la que se había convertido, aquí una doble personalidad que le permitía protegerse física y espiritualmente. Se cuenta que a este amante otoñal siempre le gustó estar en compañía de gente mayor, cuando fue a visitar a su abuela fue cuando experimentó su primera erección.
En la obra hay un plano mediato, el del lenguaje que hablan los personajes cuando abordan su intimidad celosamente vivida. En ningún momento los personajes entablan una comunicación profunda, sincera, abierta. Sin embargo, en el fondo, la tragedia de cada uno de ellos es similar a la del otro, la cual se define y se hace explícita.
¿Qué clase de crítica, de inconformismo puede deducirse del drama que viven estos personajes? Sería un error subestimar con la simple afirmación de fatalista e irracional. En todo caso, habría que profundizar en muchos conceptos que a menudo se usan sin una debida reflexión acerca de sus complejas significaciones. Por de pronto una cosa es clara, se comparta o no el pensamiento, la visión del mundo que subyace en esta obra adquiere en el contexto de nuestra época (la ciencia y la genética, la clonación…) una particular importancia.
Fuente: Ecdótica