06/12/2017 por Marcelo Paz Soldan
La vida fulgurante de Ignacio Prudencio Bustillo

La vida fulgurante de Ignacio Prudencio Bustillo


La vida fulgurante de Ignacio Prudencio Bustillo
Por: José E: Pradel B.

“Escribir bien es poseer al mismo tiempo inteligencia, alma y gusto”, esa es la famosa frase atribuida al sabio francés Georges Louis Leclerc conde de Buffon, quien trato de comprender el saber humano del mundo natural. En nuestro país muchos fueron los escritores que cumplieron y cumplen esta trilogía, pero son olvidados con el paso del tiempo.
Uno de esos escritores fue Ignacio Prudencio Bustillo de “gran ecuanimidad intelectual” . Nació el 15 de febrero de 1895, en la ciudad de Sucre. Inició sus estudios de humanidades en Santiago de Chile y los prosiguió en Bruselas (Bélgica) sobre su regreso a nuestro país el diplomático Alberto Ostria Gutiérrez detalló que se debió a “su mal estado de su salud” , por otro lado el escritor Adolfo Costa Du Rels, recordó: “regresabas de Bélgica, donde la primera agresión alemana había interrumpido tus estudios” . Sea cual fuere la verdadera razón, Prudencio culminó su bachillerato en 1911, en la ciudad de Sucre. Luego trabajó como profesor de castellano en la Escuela Normal de Maestros y en el Colegio Nacional Junín, mientras estudiaba en la Faculta de Derecho de la Universidad de San Francisco Xavier. Más adelante, en 1918 se tituló de abogado y se hizo cargo de la Biblioteca Nacional, donde implemento la catalogación decimal de libros.
Tres años después, nuestro biografiado dictó la catedra de ‘Filosofía del Derecho’ en la Casa Superior de Estudios citada anteriormente, hasta 1924. Escritor de pura cepa, Prudencio dirigió la revista ‘Páginas Escogidas’, entre 1913 a 1914, además colaboró en las revistas ‘Adelante’, del Colegio Junín y ‘Claridad’, de la Sociedad Filarmónica.
Renovador de la biografía histórica, revisó los papeles chamuscados de Gabriel René Moreno sobre la base estos documentos trazó el valioso ensayo intitulado: “Los documentos de Gabriel René Moreno” y con los mismos escribió sobre “romanticismo en nuestro país y a los poetas de la primera promoción literaria” .
A inicios de 1919, Ignacio Prudencio Bustillo publicó su primer libro titulado: ‘La Misión Bustillo. Más Antecedentes de la Guerra del Pacífico’, que contiene la correspondencia intercambiada entre Agustín Morales, Presidente de Bolivia y su abuelo materno Rafael Bustillo, Ministro Plenipotenciario de nuestro país en Chile, entre 1871 a 1872.
De gran “mentalidad despierta y vigorosa” producto de sus enseñanzas en la Universidad e influenciado por el italo-argentino José Ingenieros y el jurista francés Léon Duguit, imprimió en 1922 la obra: ‘Ensayo de una filosofía jurídica’. Desde el punto de vista de Francovich: “las consideraciones que Prudencio hacía con respecto a las consecuencias que tenía el individualismo jurídico sobre la situación de los indígenas en Bolivia merecen mención. Decía que el derecho actual haciendo una abstracción inadmisible abandonaba al indígena a su propia suerte por el sólo hecho de considerarlo un sujeto de derecho libre y soberano, que debía bastarse a sí mismo. Pero en realidad el indígena era un infeliz que se hallaba la merced de quien quisiera explotarlo” .
Entre 1927 e inicios de 1928, Ignacio escribió la biografía de Aniceto Arce, Presidente de Bolivia (1888-1892), luego lo publicó ese mismo año con el título: ‘La Vida y la Obra de Aniceto Arce’, considerado por muchos autores como la mejor producción del género biográfico escrito en Bolivia, á mi parecer es una historia partidista que trata de absolver al chilenófilo de Arce de su oscura participación en la denominada Guerra del Pacífico.
Volviendo a nuestro personaje, el día jueves 31 de mayo de 1928, falleció en la ciudad de Sucre rodeado de su familia a la temprana edad de 33 años, sobre este trágico momento Ostria escribió: “lentamente, a los 33 años, se va apagando la vida del joven escritor, quien alguna vez abre todavía los ojos y alcanza a sonreír a los que rodean el lecho: su madre, su esposa, su hermano José y el que estas líneas escribe. De pronto, cesa su fatigosa respiración” .
Muchos años después, en 1942, el escritor Carlos Medinaceli recopiló la producción literaria de Prudencio, con el auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese entonces y la Universidad de San Francisco Xavier publicó en 1946 el libro titulado: ‘Páginas Dispersas’ y en 1951, con el patrocinio de la Fundación Universitaria Simón I. Patiño fue reeditado la biografía de Aniceto Arce.
A modo de conclusión, en palabras del escritor Fernando Diez de Medina, podemos decir: “¡Ignacio Prudencio Bustillo, joven maestro de claridad, nunca lamentaremos bastante su prematura desaparición!” .
Bustillos según Medinaceli
El crítico Carlos Medinaceli, en 1923, a tiempo de elogiar el libro Ensayo de una filosofía jurídica editado ese año, definió al autor con los siguientes conceptos: “Su cultura amplia y metódica, su conocimiento de las lenguas extranjeras, su estancia en Europa, fuera de sus cualidades intrínsecas, le hacen una figura sumamente curiosa, destacan su personalidad. Estudios como los dedicados a los ‘documentos inéditos de Gabriel René-Moreno’, la biografía de Daniel Calvo, etc., evidencian que en Prudencio existe el temperamento crítico educado en la escuela de Sainte-Beauve y Taine. Posee una claridad de juicio y un reposo espiritual que le capacita cabalmente para interpretar, comprender y valorar la obra ajena del modo más justo e imparcial. Dones rarísimos de encontrar en los escritores nacionales, quienes denuncian a la legua el dogmatismo pasional de la raza. Me parece que Prudencio Bustillo es, hoy por hoy, quien tiene derecho de reclamar para sí el magisterio de la crítica”.
Fuente: Puño y Letra