La personalidad pendular en Diario secreto
Por: Rosario Quiroga
Un acercamiento a la última novela ganadora del Premio Nacional. Esta vez, desde la ambigüedad y la personalidad oscilante del personaje principal del libro de Claudio Ferrufino-Conqueugniot.
Novela cruel y oscura, dijo el jurado de Diario secreto, Premio de Novela Alfaguara 2011, del escritor Claudio Ferrufino. Cruel por las acciones de brutalidad que emprende el personaje. ¿Será una revancha frente a la maldad del mundo? Oscura porque explora las zonas veladas del ser humano. Además es compleja y profunda. La visión de un mundo en crisis y sin sentido. Se dice que toda obra alumbra un mundo, una vida con sus problemas existenciales. Esta novela devela el mundo y la vida de un sicópata. Un hombre en el que habitan, coexisten, dos fuerzas: el bien y el mal.
DOS POLOS. Es sabido que (herencia adánica) en el hombre conviven el ángel y el demonio en lucha constante. El protagonista de Diario secreto es consciente de esa realidad y de la confrontación íntima que sostienen ambas fuerzas en determinadas circunstancias: “Uno de mis yo desea que saliese bien, contento… Pero mi otro, que muriera el pelotudo, por huevón y por judío”. Sin embargo, para él, esta lucha “no es asunto de discrepancia entre lo malo y lo bueno, son distancias, matices de las cosas que se deben hacer”. Para el protagonista “el placer, el llanto, el ruido seco de golpes caminan ajenos al intelecto. Habitan un rincón donde el cuerpo y la mente sienten la paz de una llovizna de otoño sobre la mies; paz en la violencia, así de paradójico”. Este evidente desdoblamiento de personalidad, esa incisión en la conciencia, deriva en un conflicto de identidad dentro del complejo dinamismo que constituye la personalidad. Por tanto, no hay una identidad tras la apariencia, el personaje posee una configuración que se construye constantemente a partir de interrelaciones entre los diversos fenómenos, situaciones y apariencias: “¿Si estoy amargado? No, mira, fui un niño feliz. Y nadie me advirtió que fuese extraño. Miento, una vez que había ahorcado con hilo cincuenta sapos en miniatura, vivos, en los rosales de la casa grande, mi padre explotó. Eres un sicópata, dijo”. El personaje es una contrafigura del hombre visible. Conocemos sus valores y anti valores a la luz de una permanencia, de un sentido de vida, en la presencia constante del mal como acechanza, como oposición y dialéctica en una atmósfera cargada de sobre significados, de supra realidades. La madre (matriz y útero, que lo ha concebido, alimentado y parido) confirma que “desde que nació, en premonitoria media noche, su carácter tuvo esa ambigüedad del que vive con los pies en unas horas, un tiempo, y al revés”. Así, la obra explora, con valentía e inteligencia, la naturaleza humana en esa dualidad.
UN ESPACIO EN EL MUNDO. Sin duda alguna, el amor, el sexo, la violencia, el dolor son experiencias que ennoblecen o degradan, según el caldo donde hiervan. En el desequilibrio actual de la psique, la crisis del amor es una evidencia cotidiana. La pandemia moderna del sexo ha venido a dar un golpe mortal al pudor y a los manuales que dicen enseñar “el arte y la ciencia de amar”. Por el contrario, pensamos que orienta y estimula el ejercicio del acto coital en las más variadas como asombrosas aberraciones, donde la morbosidad y la seducción, en una esclavitud sexual, se convierten en una obsesión patológica que induce a mayores abyecciones, esto así, en la medida que afecta la parte digna y humana de la persona. ¿Qué lugar ha reservado nuestra sociedad a la sexualidad? Sin temor a equivocarnos, uno vergonzoso, a un estado de animalidad inferior que causa y provoca actos siniestros. Sobre todo hoy, los sexólogos y erotólogos se explayan en explorar casos de sublimaciones, perversiones, ideales y morbos patológicos. El aparato sexual es algo pobre, nervioso, falsificado, degradado, idiota. Nuestro personaje, hijo legítimo del siglo XXI, es víctima del sexo, de “su sexo”, tiene en él un arma que alienta y nutre la búsqueda del placer con violencia cuando su mente navega por los pantanos del puro instinto. Consecuentes con lo que habíamos afirmado sobre la personalidad dual del protagonista, anotamos que en su experiencia sentimental con Olinda se da el sentimiento de un amor libre de maquinaciones perversas, “con el sexo afiebrado que se calmó cuando penetré su delicada cueva de rocío”. Por las especulaciones del protagonista, confirmamos que para él el placer que le causa la violencia, la crueldad y el dolor no son sino las formas o maneras de estar en el mundo, confirmar él mismo la deshumanización del hombre y sus relaciones con los otros en una sociedad de consumo. Por tanto, se siente víctima, vive entre morir o matar, “los dos extremos del péndulo”. Es consciente de su desequilibrio mental (¿o equilibrio?). Quiere ser internado en un centro psiquiátrico, hace tratamientos psicológicos, sin embargo, su microcosmos hace una lectura externa con argumentos que justifican sus reacciones. Las disquisiciones por las que transcurre su cotidiano vivir nos lleva al cuestionamiento: “¿Hasta dónde la locura es irracional o lo racional es locura?”.
OBRA Y ESTRUCTURA. De principio a fin la obra sostiene una carga pujante y sobrecogedora. De acento personal y de características intransferibles de un temple íntimo. Es evidente la preocupación formal que se percibe en el acierto para renovar los modos tradicionales y de superar las estructuras naturalistas o post naturalistas. La novela tiene episodios fragmentados con constantes mutaciones de tiempo y espacio narrados por varias voces. El argumento se perfila a través de una serie de momentos no lineales que tienden a dar una visión de conjunto. La significación no surge en el desarrollo de un tema con principio, nudo y fin, ni nos expone la situación de un conflicto. Por el contrario, la significación surge del conjunto de momentos, fases y partes que dan lugar al todo en la novela. No quiere decir que haya una total ausencia de argumento o tema en sentido tradicional. Hay efectivamente uno, pero no es nunca el aspecto fundamental de la obra. Es un simple motivo o hilo que mantiene la atención del lector. El lenguaje está subordinado a un sentido más amplio que pretende expresar el medio en toda su integridad y en toda su complejidad. Diario secreto es una obra de arte por su estructura, es innovadora por su lenguaje y vigente por su audacia temática.
Fuente: Fondo Negro