De historiador a novelista el gran salto
Por: Miguel Ángel Souza
(Alcides Parejas se sentía frustrado hasta que decidió escribir El señor de El dorado, obra que presentará dentro de dos días. Es su debut en el género de la ficción, pero sin desligarse por completo de su vena histórica. El libro narra la vida de un español que llega al Nuevo Mundo y termina involucrado en la fundación de Santa Cruz de la Sierra)
La inquietud por la literatura lo acosó por vez primera en 1957, cuando su padre le regaló una versión de Las mil y una noches. “Es maravillosa, la tengo guardada con mucho cariño hasta hoy”, confiesa Alcides Parejas, el historiador, el hombre que ha dedicado gran parte de su vida a escudriñar en el pasado de los cruceños para entender los orígenes de las personas que habitan la selva indómita del oriente boliviano, la urbe de cemento de lo que ahora es Santa Cruz de la Sierra.
Ese enamoramiento literario del que habla, tardó medio siglo en salir a flote. “A las personas muy cercanas a mi entorno siempre les decía que me sentía como un novelista frustrado, en el sentido que nunca me había atrevido a incursionar en la creación”, admite ahora que ha dado el gran salto, ese que separa a la investigación histórica de la ficción.
La muestra palpable de ello es El señor de El dorado, libro que presentará ‘en sociedad’ dentro de dos días y que supone su debut como novelista. Lo hace a sus 63 años, luego de haberse consagrado como uno de los historiadores más destacados del país.
El personaje central de la novela es Juan de la Riva y Cuevas, español, nacido en 1527 en un pequeño pueblo de Extremadura, que a los 17 años decide dejar todo para cumplir su gran sueño. Lo que anhela con todo el alma es viajar al Nuevo Mundo, a forjarse un futuro diferente. “Desde el primer momento en que me acerqué a la historia de América, me llamó la atención todo lo que estaba alrededor del hombre europeo conquistador, esa extrañísima mezcla de hombre medieval y renacentista, que está anclado en el medioevo, en las leyendas y que sin embargo propone ideas revolucionarias y modernas”, expresa Parejas, intentando explicar el porqué de la temática de su obra.
En la novela también hay un personaje paralelo, que a finales del siglo XX y principios del XXI retorna a España, convertido en un ‘sudaca’, para encontrar los orígenes de Juan de la Riva y Cuevas, su antecesor.
En medio de toda esa fascinación por llegar a las tierras descubiertas por Cristóbal Colón y por desandar la historia, está la leyenda de El dorado, aquella que inspiró muchos hombres y que fue causante de infinidades de aventuras a lo largo y ancho de nuestro continente. “Es una leyenda que salta por toda Sudamérica, que tiene diferentes versiones pero que siempre gira en torno a una sola cosa, el hombre que se realiza a sí mismo”, explica el escritor.
Si bien se trata de una ficción, la obra de Parejas navega sutilmente entre dos aguas, entre lo que ha sido fruto de su imaginación y lo que forma parte de la historia de la conquista y colonización de América. Así, a lo largo de su travesía, Juan se encontrará con personajes ‘de carne y hueso’, como el rey Felipe II (“monarca del imperio moderno más grande del mundo”) o el mismísimo Ñuflo de Chaves, “un conocido de su padre y originario de una aldea que quedaba a pocas leguas de la suya”. Es más, Juan será uno de los testigos y fundadores de Santa Cruz de la Sierra, aquel 26 de febrero de 1561. Y al final de la obra, encontrará Eldorado al que anhelamos todo y se lo dirá de tú a tú a Felipe II, a través de una carta, que sirve de epílogo en la narración.
Además de eso, metiéndose en las páginas del libro, uno descubre detalles sobre todo el proceso que se daba para viajar desde España hasta los nuevos territorios. No era cuestión de subirse a un barco y zarpar. El primer requisito, por ejemplo, era conseguir una certificación de que uno no estaba entre los ‘prohibidos’ para pasar al Nuevo Mundo. “Se trata de un documento que certifica que sois súbdito del reino de España…, y además cristiano viejo, por tanto que no sois ni moro ni judío ni marrano”, se lee en los primeros capítulos.
Además, se vive lo que sucedía en Sevilla, lugar desde donde salían todos los navíos con destino a los inmensos y poco conocidos territorios americanos de esa época.
En tal sentido, El señor de Eldorado es una novela cargada de hechos y elementos históricos que ayudan a comprender el proceso del ‘descubrimiento’ del Nuevo Mundo, desde subirse a un barco, estar días y días en altamar, hasta llegar a las costas del continente. “En sí, el libro es una aventura. Lo que pretendo es mostrar hechos importantes, pero de una forma más amena y sencilla de lo que se hace en un texto de historia. La conquista forma parte de nuestras raíces. No podemos renunciar a esas raíces, aunque prácticamente seamos fruto de una violación. Lo que tenemos que hacer es entenderla en toda su dimensión”, explica.
Pese al prestigio que le cuelga como escritor, Parejas no se anima a hablar sobre el impacto que puede tener su creación en la literatura cruceña y nacional. Más que eso, prefiere hablar de lo que ha sido su experiencia como novelista. “Me ha entusiasmado, ha sido realmente maravillosa”, dice emocionado.
Lo que sí le da cierta confianza, es lo que le dijo su padre, que a los 92 años tiene la vista bastante cansada, pero todavía se da modos para devorar libros y los titulares de los periódicos. “Me dijo que es un libro ideal para que lo lean los jóvenes… y eso me entusiasma mucho”, dice con convicción.
Fuente: www.eldeber.com.bo