Jaime Saenz: El escalpelo / Aniversario de una visión / Visitante profundo / El frío
La Paz: Instituto de Estudios Bolivianos
Por: Rubén Vargas
La obra de Jaime Saenz (La Paz, 1921, 1986) corre el albur de repetir una figura muy propia de nuestra literatura: la del autor consagrado y reconocido al que, sin embargo, no se lo puede leer. Y no se lo puede leer por una simple razón: sus libros hace mucho que están agotados. Las únicas ediciones bolivianas de su Obra poética y su novela Felipe Delgado, por ejemplo, datan de hace 32 y 28 años, respectivamente. Y hoy, por supuesto, no se las encuentran ni para remedio. Los lectores de otras latitudes tienen mejor suerte que nosotros: Claudio Cinti tradujo al italiano Felipe Delgado para la editorial Crocetti de Milán, 2001, y su poesía se ha editado en Chile, España, Italia, México y Estados Unidos, en este último país ha tenido una excepcional recepción.
Esta suerte, sin embargo, parece comenzar a revertirse. La Facultad de Humanidades de la Universidad Mayor de San Andrés, en la que Jaime Saenz dirigió un taller de poesía entre 1978 y 1986, acaba de publicar cuatro libros de poemas suyos en un solo volúmen: El escalpelo (1955), Aniversario de una visión (1960), Visitante profundo (1964) y El frío (1967).
Aunque la unidad es acaso la principal característica de la poesía de Saenz, hay una valoración del hecho de sus últimos libros: Recorrer esta distancia (1973) Bruckner y las tinieblas (1978) y La noche (1985). Un mérito de esta edición universitaria es, entonces, poner al alcance de los lectores los primero libros de poemas de Saenz, aunque quedó fuera, sin explicación de los editores, Muerte por el tacto (1957).
Si bien las coordenadas poéticas de Saenz están marcadas desde su primer libro, no es menos cierto que su palabra ha recorrido una distancia. Y ese transcurso, con sus largos versos silogísticos, con sus búsquedas paradójicas, con su humor y con su penetración en las honduras del mundo, es plenamente visible en este volumen. Un homenaje al poeta paceño, ensombrecido, sin embargo, por una pena: el descuido de la edición que, allá donde esté, no le harían ninguna gracia al homenajeado.
08/14/2007 por Marcelo Paz Soldan