La tendencia de la narrativa actual a acudir al pasado, privado o público, para contar el presente.
Por: Josu Lapresa
La revista Rolling Stone, en su edición española, ha elegido las novela Los vivos y los muertos de Edmundo Paz Soldán como una de las diez mejores del 2010. A continuación reproducimos la nota.
Y no sólo de narradores, sino también de los editores, cada vez más empeñados en rescatar joyas pretéritas. Y hay que agradecerlo. Si no es por la editorial Libros del Asteroide, por ejemplo, el genial periodista Manuel Chaves Nogales seguiría en el olvido más injusto, pues se acaba de revelar como una figura de talla gigantesca de la literatura española –no sólo periodística– del siglo XX, y la descomunal biografía novelada Juan Belmonte, matador de toros una de sus obras cumbre que no sólo inmortaliza al mítico y trágico torero, sino a las tres primeras décadas del siglo XX.
Del pasado español, aunque más reciente, también se ha ocupado con maestría Javier Cercas, que ha escrito la obra definitiva sobre 23-F. Anatomía de un instante lo que todo: crónica, política, relato periodístico, episodios de intriga… y el desnudo completo y la desmitificación de un país y un momento: la Transición.
Con una colección de artículos hace lo propio el imprescindible Martin Amis con el II-S. De artículos también, aunque de otro origen, motivo y estilo, pero también mordaces e irónicos, son los del mexicano Jorge Ibargüengoitia, reunidos en Revolución en el jardín.
En el terreno de la novela, pero todavía con la memoria –la individual insertada en la colectiva– como gran tema, destaca sobre todo el francés Patrik Modiano, de quien Seix Barral ha recuperado este año su mejor obra, Dora Bruder, y de quien Anagrama lleva dos años recuperando todo lo demás. En Anagrama sigue Paul Auster, que con Invisible demuestra que, felizmente, ha dejado atrás el bache que atravesó en esa década que dejamos atrás.
Las novelas de Belén Gopegui siguen siendo un seguro de calidad, y Deseo de ser punk significa un nuevo paso adelante en una de las carreras más exigentes y comprometidas de la narrativa española. En español, pero desde Bolivia –vía EEUU, donde reside–, hay que celebrar la irrupción de Edmundo Paz Soldán. Aunque no es su primer libro, el arriesgado Los vivos y los muertos le asciende definitivamente de categoría.
Arriesgado y transgresor fue en su día En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica), de Elizabeth Smart, uno de los rescates más emocionantes del año. Por último, la editorial Impedimenta, todo un estandarte de calidad, nos regaló, entre joyas, El libro de prometeo, un inclasificable recuento de fascinantes historias acerca de los no menos fascinates autómatas.
Fuente: Rolling Stone. España. Edición enero 2010.