Fabiola Morales. Inocencia interrumpida
Por: Adhemar Manjón
La cochabambina Fabiola Morales irrumpió este año en el mundo literario boliviano con un primer libro de cuentos, titulado La Región Prohibida (Nuevo Milenio), que sorprendió a muchos por la calidad de los mismos. Son ocho historias en las que la autora va desentrañando conflictos tales como la dificultad de asumir el paso a la vida adulta, las relaciones de pareja o la pérdida de los padres. Brújula le hizo una entrevista para conocer un poco más acerca de su obra.
¿Una constante de tus cuentos es la huida, escapar de un lugar a otro o simplemente huir hacia la locura. Crees que es así? Si lo es, por qué escogiste este tema como hilo de tus cuentos?
Mis personajes temen el enfrentamiento, porque de alguna manera intuyen que éste significaría hacerle daño a los demás. Temen también repetir los errores anteriores, suyos o extraños, por eso huyen. En realidad esté hilo conductor fue saliendo, en el conjunto de los relatos, de manera natural; no fue forzado, ni previamente pensado, se dio así, de pronto fueron los personajes —y no yo— quienes encontraron sus propias coincidencias.
En el cuento La Región Prohibida uno de los personajes le hace esta pregunta a otro: “-¿Vos cuándo eras chico, eras consciente del término familia? ¿cuándo mirabas a tus padres no te daban ganas de ser como ellos… quiero decir cuándo crecieras?”. Esta pregunta podría resumir el sentimiento de pérdida de la inocencia de tus personajes.
Sí, yo quería hablar— especialmente en el cuento de La Región Prohibida— de cómo los padres tienen, también, un papel dicotómico: protectores y verdugos de la inocencia de sus hijos. Está si que es una constante premeditada en la mayoría de mis relatos. Personajes que tienen y se cuestionan constantemente su pasado, su relación con la familia.
Tu cuento Me harás una calaca tiene un eco que recuerda a Roberto Bolaño. ¿Cuánto influyó en vos este escritor chileno?
«Me harás un calaca» es bolañiano por varias razones. Descubrí a Bolaño— como muchos— después de su muerte. Me llamó la atención el tono de sus historias, el hecho de que en ellas hubiera siempre referencias a Chile, México y Barcelona que eran los lugares en los que él había vivido y en los que se había formado y que de alguna manera lo obsesionaban.
Roberto Bolaño fue un migrante en el D.F. y un migrante en Barcelona, tal como lo fui y lo soy yo. Para más inri Bolaño vivió durante años a menos de cien metros de donde está ubicada hoy, mi casa en Barcelona.
Así pues quería escribir sobre México, sobre mi vida en el DF, y ciertas cosas que allí pasaron, y me pareció que la mejor manera era hacerlo en esa clave, un poco como un tributo a Bolaño y a sus «detectives salvajes».
¿De qué manera creés que afecte a tu escritura el hecho de que lleves algunos años alejada del país? Viviste un tiempo en México y ahora estás en España.
Toda experiencia de vida afecta, para bien y para mal. Me pasa muchas veces que mezclo en mi lenguaje verbal los modismos aprendidos en las regiones donde he vivido; esto en la vida cotidiana no es un problema pero, a la hora de escribir es un lastre pues necesito de toda mi concentración para no transgredir ciertas fronteras.
También está el hecho de que migrar es para cualquiera un hecho traumático, se puede llevar el shock en el inconsciente o a flor de piel, pero nadie escapa de él; nadie escapa a ese enfrentamiento con lo desconocido. La otredad del basto mundo.
¿Los problemas de pareja son otro tema que abunda en tus cuentos. ¿Qué tan difícil es abordar estos temas en la literatura sin caer en clichés?
Escribir sobre los problemas de pareja es como escribir sobre sexo, nunca sabes exactamente cómo debes hacerlo para que no suene falso, o soez o demasiado visto.
Creo que escaparle al lugar común es una obsesión para cualquier autor. Uno se está preguntando siempre cuál es el siguiente paso, cómo hilvanar la trama, porque sabes que un solo pie en falso y toda tu historia puede caer en el fango de lo ya visto.
¿Por qué tardaste tanto en publicar un libro? Te lo pregunto porque leí que en el año 2001 ya ganaste un concurso literario con un cuento.
Soy ingeniera, mi espacio cotidiano está bastante alejado del mundo literario. Llevo una vida bastante poco «literata», el tiempo que no le dedico al master en Creación Literaria que estoy haciendo me la paso trabajando como consultor en una empresa informática.
Por estas y otras razones mi aprendizaje también ha sido lento— sigue siéndolo—. Necesité quedarme sin trabajo y pasarla muy mal durante un año— con las obsesiones y las inseguridades propias— para poder sentarme a escribir todo lo que llevaba dentro, ordenarlo, corregirlo y finalmente armar lo que sería La región Prohibida.
El año pasado tu cuento Pájaros que migran hacia el este fue finalista del concurso Cosecha Ñ que organiza la Revista Ñ de España. ¿Qué significó para vos este hecho?
La verdad no fue gran cosa, era un concurso virtual, fue solo que alguien, quizá un becario, se leyó mi cuento y le gustó. Ten en cuenta que se enviaron más de tres mil cuentos y salieron finalistas cerca del diez por ciento. El resto lo hizo la gente que votó y eso sí que fue un logro para mí, ver el apoyo que tenía.
Cuando estuviste en Bolivia, planeabas dar un taller sobre literatura Gonzo que al final no ocurrió. ¿Qué es lo que te atrae de la literatura Gonzo? ¿La practicaste alguna vez?
En el fondo creo que todos practicamos la literatura gonzo. Estamos viviendo experiencias y relatándolas constantemente. Las redes sociales son el mejor ejemplo de ello. De pronto un ciudadano común se convierte en reportero on-line en twitter y la gente lo sigue, lo lee, y cree a pie juntillas en la veracidad de la información que esta persona proporciona.
Y esta «vivencia» puede llegar a tener resultados funestos como en México donde los narcos han asesinado a más de un twittero.
Me interesa el hecho de que en la literatura y el periodismo gonzo de pronto los límites de la ficción y la no ficción se desdibujan, se plantea un panorama nuevo, una salida para aquellos que creen que la literatura o el arte están agotados.
¿Cómo ves la literatura boliviana actualmente? Nómbrame algunos escritores bolivianos que hayas descubierto recientemente
Yo veo que en Bolivia los autores están comenzando a escribir realmente lo que quieren y no solo lo que deben, o lo que se supone que deberían escribir. Existen, cada vez más, nuevas voces con registros diversos; creo que eso ayudará a que el público lector se alimente, crezca y se amplíe.
Al vivir lejos me es difícil estar al día con las novedades pero últimamente me he leído a: Iván Gutiérrez; a Javier Rodríguez que tiene una crónica maravillosa, sobre la cumbia, en el libro de Bolivia a toda Costa; a Sebasthian Antezana, Paula López o Cecilia Romero y ahora mismo tengo en la mesita de noche un libro de Guillermo Augusto Ruiz.
Fabiola Morales Franco nació en Cochabamba en 1978. residió en México y actualmente vive en Barcelona, España, donde está realizando el Master en Creación Literaria en la Universidad Pompeu Fabra. En el 2001 ganó el Primer premio en el concurso de relatos Casablanca en Cochabamba. Relatos suyos han aparecido en el periódico Opinión, el blog Ecdótica y las revistas virtuales de Eñe (España) y Otro cielo (Argentina). Entre sus escritores favoritos están: William Faulkner, Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar, Roberto Bolaño, Amy Hempel, Raymond Carver.
Fuente: El Deber