Por Marcelo Paz Soldán
Editorial Nuevo Milenio, en coedición con la editorial española Páginas de Espuma, incluye en su catálogo el libro de Edmundo Paz Soldán La vía del futuro [Editorial Nuevo Milenio {Bolivia}/ Páginas de espuma {España}, 2021]. Los ocho cuentos arman mundos diferentes y ocurren en distintos lugares del planeta –incluso hay uno ambientado en la Estación Espacial Internacional–, pero están relacionados entre sí.
Se trata de un libro de ciencia ficción bajo la premisa de que en la actualidad estamos viviendo la era de la Inteligencia Artificial (IA), parte imprescindible de nuestras vidas que se ha vuelto invisible de tan ubicua que es. Hasta hace un tiempo atrás los softwares hacían lo que se les ordenaba que hicieran sin modificar su comportamiento; en la actualidad pueden hacerlo sin la intervención humana, adaptándose y tomando decisiones por cuenta propia. Algunos cuentos se preguntan qué ocurre en la “caja negra” de las máquinas, independientes del ser humano. ¿Están comenzando a soñar las máquinas? No se han independizado, pero han comenzado a dar pasos propios.
A través de la IA, los programas han comenzado a comunicarse entre sí, evolucionando de manera permanente. Los programas están ubicados en cualquier parte del mundo y interactúan entre sí sin necesidad de que se encuentren en el mismo lugar; pueden estar en los Estados Unidos, Argentina, Bolivia o en cualquier estado o distrito o ciudad. Si en algún momento los programas son más inteligentes que las personas, ¿podemos pensar que las personas estaremos supeditadas a éstos? El libro de Edmundo es un constante cuestionamiento de ello. En todo caso, ya muchas de nuestras actividades están dirigidas por las máquinas, desde los GPS que usamos para orientarnos en las ciudades hasta las apps que sugieren posibles relaciones de pareja o lo que veremos o leeremos en el fin de semana.
El cuento que abre la antología y que da título al libro, “La vía del futuro”, trata de Tony Kasinsky, quien crea una iglesia dedicada al culto de la IA. El formato es el de una investigación periodística en la que se intenta develar el misterio detrás de Kasinsky y la iglesia. En el cuento “Bienvenidos al nuevo mundo”, volverá aparecer la adoración al Dios de la IA. En el cuento “Yo, robot” de Isaac Asimov (1950), un reportero investiga si los robots son capaces de matar por cuenta propia preguntándose qué tanta autonomía tendrá hasta el punto que haya que reportar su comportamiento.
En “El señor de la palma”, que transcurre en el trópico de Cochabamba, Paz Soldán introduce dos elementos nuevos: la criptomoneda, conocida como “Bitlletes”, con la que son remunerados los trabajadores de una plantación de banana y el holograma con el que el Señor de la Palma se comunica con sus empleados: puede bailar y tocarse con ellos. El cuento puede leerse como una crítica de la filosofía neoliberal del emprendedurismo, y como la forma en que el capitalismo usa las nuevas tecnologías para crear nuevas formas de explotación laboral. Con la aparición de la tecnología en medio de la selva y la precariedad laboral, este cuento se ha convertido en representativo de una nueva etapa en la narrativa de Paz Soldán.
En “Mi querido resplandor” la pregunta gira en torno a si existe vida extraterrestre. En Entre Ríos, Argentina, existe una zona para avistamiento de ovnis y Paz Soldán la explora a partir de las formas que toman las relaciones sentimentales en esta época, en este caso a partir del encuentro entre tres personas.
En “La muñeca japonesa” se presencia como la IA va evolucionando en distintos modelos hasta llegar a una en la que un importador de juguetes, Chavo, se enamora hasta confesarle lo que siente por ella.
“El astronauta Michael García” ocurre en el espacio y muestra los desvaríos psíquicos que podrían ocurrir lejos del planeta, a partir de los logros de un americano de ascendencia mexicana que llega a la estación espacial ISS y se vuelve muy popular gracias a las fotos que toma desde el espacio.
En “Las calaveras” las personas se preparan a enfrentar la realidad a través de simuladores, pero cuando les toca vivirlo en carne propia se dan cuenta que la realidad es mucho más compleja.
En “En la hora de nuestra muerte”, Jennifer, la encargada de la policía monitorear las actividades en su distrito, descubre un patrón en el comportamiento de muchos adictos que se inyectan hasta morir de sobredosis. El cuento trabaja el tema de la epidemia de muertes de sobredosis en los Estados Unidos a partir de una perspectiva original: todo está mediado por una pantalla. La tecnología actualiza nuestros sueños y pesadillas: este es una suerte de cuento de fantasmas en la aldea global de las cámaras de circuito cerrado que nos persiguen a todas partes.
En “Bienvenidos al nuevo mundo” un profesor universitario da drogas a sus alumnos para que estos puedan soportar de mejor manera la presión en una universidad hiperavanzada que cuenta con un acelerador de partículas. Este cuento cierra el libro y lo condensa, mostrando nuevamente que la precariedad laboral puede instalarse en los extremos: aquí, la desolación de un mundo en que las humanidades van desapareciendo y las ciencias dominan nuestra forma de entender el mundo. En este paisaje, no es raro que los estudiantes sueñen con irse a otra realidad, a otra dimensión.
La vía del futuro podía haberse titulado El futuro ya está aquí. Este es un libro en el que Paz Soldán explora, a través de la ficción, el presente y la relación que tendremos con las máquinas. La vía del futuro será fundamental en la ciencia ficción boliviana y latinoamericana, en la literatura a secas; varios de estos cuentos están destinados a convertirse en clásicos, y Nuevo Milenio se enorgullece de publicarlos.
Fuente: Editorial Nuevo Milenio