06/09/2023 por Sergio León

El Mundo compartido de Jorge Zabala

Por Maurizio Bagatin

“El pasado define el presente cuando la humanidad no es dueña aún de su propia historia” - Jorge Zabala -

El personaje

Desplazaba a muchos por su tremenda libertad. Recuerdo haber compartido con Jorge Zabala unos cuantos cafés en el Carajillo y en el Metrópolis, boliches bohemios de fin de siècle cochabambino. Allí llegaba buscando tertulia, sin provocar directamente pero siempre estimulando con su disposición al humor inglés. Otro instinto de su libertad sin pertenencia alguna. Muchos ahora intentan armar un rompecabezas imposible de su personalidad, de sus miles posibilidades, un Zelig que retornó al pueblo grande después de una incomparable formación para aquellos años.

Facetas culturales

Su último libro, Hojas del adivino, es un viaje caleidoscópico adentro de la hoja sagrada y es la visionaria percepción de un maudit más químico que Rimbaud. Tremendo libro. Inclasificable por sustancia y alteridad, riquezas en los espacios de pausa que nos ofrece y por la elegante investigación que demuestra. Bolivia es la historia de sus recursos naturales y la coca, además de haber sido empleada para sojuzgar a los nativos, es el elemento esencial del dominio contemporáneo. Jorge Zabala está a la altura de los cronistas desvelando el martirio sin fin de esta tierra.

Exorcismos

No hay lectura que se le escape. La radiografía cultural que Jorge Zabala nos ofrece es ante litteram para una época que sigue columpiándose entre dictaduras y democracias; el nuevo que no aparece y el vejo que no muere, en un país que nunca podrá matar al caudillo, eliminar a sus resentimientos y a su vanagloria; son perfiles que habrían engatusado a Guy Debord. Política, revolución, artes, religión, sexo y anarquismo pincelados como un Roland Barthes criollo, libre de la nouvelle vague y de cualquier estereotipo académico. Más Oscar Wilde que Charles Baudelaire. Ética y estética andaban de acuerdo, porque la belleza no puede estar sola; creo que Jorge Zabala veía en la cultura la construcción de la acción humana, el antiguo dran griego como única oportunidad del ser humano.

Mundo compartido

Sus personalísimas lecturas se reprodujeron en los textos que escribió. No creo hayan sido críticas, sus textos eran más bien análisis microscópicos de cuanto su metabolismo cultural, y su inteligencia, le ofrecían. Y nos regaló algo inédito por aquel tiempo. El cine de Bertolucci, los comics de Pat Tourret y Jenny Butterworth, un cuadro de Kandinsky eran emociones, y lo fueron también los breves análisis de la sociedad en la cual le tocó vivir. Solo que Jorge Zabala intentó siempre estimular lo imposible, incomodar Hegel para describir el mundo andino, utilizar siempre fines ironías para provocar la razón y hacer poesía.

Triste solitario y final

No hizo a tiempo en conocer el mundo que había anticipado. Una obra reunida es lo mínimo que se merece. Andando como flâneur sin herramientas, vemos la ominosa metamorfosis de la ciudad, y como metáfora de todas las urbes sudamericanas, me contaron que Jorge Zabala estaba de cara a la pared en la esquina de una casa céntrica de Cochabamba, unos amigos pasando por ahí se pararon y le preguntaron si se encontraba bien, y Jorge, un poco Cioran y un poco Diógenes, les dio esta explicación: “Le estoy dando la espalda a esta ciudad. No quiero darle el gusto de mirarla”.

Mayo 2023

Fuente: sugieroleer.blogspot.com/