El legado de Antonio Paredes-Candia
Por: Manuel Córdova Sánchez
Junto a su padre, don Antonio Paredes-Candia (1924-2004), iba de ciudad en ciudad con el objetivo de culturizar a la gente. Hasta el día de hoy ese legado sigue en pie. “El gitano Antonio está llegando con su k’epi de libros”, es el recibimiento que recuerda don Huáscar Paredes-Candia, motivándolo a seguir con la tradición de vender libros de la extinta editorial ISLA.
Don Huáscar nació en 1948 en la comunidad Machalaya y sólo conoció a su padre a sus 8 años de edad, cuando fue a buscarlo con la convicción de mostrarle todo cuanto sucedía en el ámbito cultural que se desarrollaba a su alrededor y también transmitirle el amor hacia nuestro país y su cultura tan diversa.
En un puesto en la avenida 6 de Marzo está don Huáscar que, a pesar de su enfermedad, logra cada día con amor, empatía y gusto mostrar a la población las decenas de títulos que aún le quedan. Se muestra orgulloso cuando le compran un ejemplar sobre las tradiciones y costumbres de diferentes partes de Bolivia. Don Huáscar siempre está abierto a una buena charla en que muestra sus conocimientos sobre libros o las conversaciones que tuvo con personajes como Tristán Marof, José Ortega Leytón, Jaime Saenz o Guillermo Lora.
Como su padre, él siente la misión de incentivar la lectura de libros en la ciudad de El Alto, expandiéndose con las ferias de libros en Pucarani, Achacachi, Batallas y otras poblaciones. “Hay que seguir luchando y batallando para llevar la cultura por todo lado”, afirma don Huáscar, que no se deja llevar por la piratería ni el plagio, llevando su esfuerzo y constancia para reeditar algunos libros que su padre le dejó heredados.
Fuente: Rascacielos