08/18/2008 por Marcelo Paz Soldan
El despertar de la medusa

El despertar de la medusa

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Envolventes relatos de Eduardo Scott Moreno
Por: Jackeline Rojas

¿Acaso una advertencia? Quienes poco conocen sobre los mitos griegos es posible que no caigan en la alarma invocadora que sugiere el título de esta obra.
¿El despertar? ¿Nada menos que de Medusa? ¿Cuán petrificados nos quiere el autor, Eduardo Scott Moreno, de estos cuentos al colocarnos a nosotros, los lectores, ante la aterradora mirada de la figura de una mujer fatal?
Breves cuentos escritos sin grandes artificios, apenas una palabra, una frase envolvente para atrapar la curiosidad y seguir situaciones que incitan el planteamiento de dudas que, de una u otra manera, se deben resolver ahí, en esas mismas páginas, ni antes ni después.
Bajo el título de El despertar de la Medusa, el también Premio Nacional de Novela presentó hace unos días su libro de relatos.
Las letras, en la pluma de Scott Moreno, se transforman en una especie de crucigrama, un juego matemático, un reto al lector, una especie de competencia para crear diversas posibilidades que concreten el desenlace lógico.
Y es ahí donde el elemento sorpresa muerde, al igual que las serpientes venenosas en la cabellera de Medusa, la lógica manejada, hasta entonces, por el lector que desencadena en el asombro.
En pocas palabras, se trata de una narrativa singular, que intenta ser más objetiva y descriptiva.
No llega a la intima fibra porque no tiene el objetivo de conmover, apenas si, el de provocar diversas reacciones y sensaciones en el lector, intentar que éste reinvente cada uno de los cuentos que integran la obra.
La simplicidad en el uso del lenguaje no deja de lado la complejidad de las situaciones presentadas, en cada una de sus páginas, lo que tampoco sugiere una narrativa poco seductora.
Al contrario, el autor usa el “Enigma”, como principal elemento de atracción, complicidad, cuestionamiento y finalmente un reto para todo aquel que quiera atreverse a abrir el libro e intente evadir El Despertar de la Medusa.
Fuente: Los Tiempos