Guillermo Lora y Juan de la Rosa
Por: Wilson García Mérida
(Datos & Análisis).- “Quien no ha leído Juan de la Rosa que no se considere revolucionario”, escribió don Guillermo Lora a propósito de la novela de Nataniel Aguirre, cuyo descendiente directo José Aguirre Gainsborg, pensador cochabambino, había fundado tras la guerra del Chaco el Partido Obrero Revolucionario (POR).
Guillermo Lora entendió, como los Aguirre, que los hechos bellamente relatados en Juan de la Rosa bien los pudo escribir Máximo Gorki, el poeta épico de la revolución rusa. Y quien ha leído Juan de La Rosa habrá sabido también leer, comprender y valorar el majestuoso significado del monumento a las Heroínas de la Coronilla, concebido según la novela.
Mucho antes de erigirse esta múltiple escultura, la colina de San Sebastián era un lugar de constantes romerías por parte del pueblo que nunca olvidó a sus mártires de 1812.
Allí existían apachetas recordando a las víctimas de Goyeneche y fue en el centenario de la matanza cuando un grupo de nobles intelectuales cochabambinas a la cabeza de la maestra Sara Ugarte de Salamanca, organizadas en la “Sociedad de Señoritas Patrióticas 27 de Mayo” e integrada por mujeres como Adela Zamudio, Lola Taborga de Requena, María Quiroga de Montenegro y Mercedes Anaya de Urquidi, hicieron un frente común con la “Sociedad Hijas del Pueblo” -conformada por las “chifleras” descendientes de las Heroínas- para impulsar la construcción del monumento.
Aún estaban frescos y muy vigentes algunos de los nombres de los combatientes que, en la víspera del Corpus Christi de 1812, se enfrentaron a los matones de Goyeneche (quienes realizaban abusivos allanamientos agrediendo a niños y mujeres en sus propios hogares). La acción de ellas tenía el propósito de proteger a las tropas de Estéban Arze que se hallaban, clandestinos, rearticulando sus fuerzas tras la derrota de Pocona.
Encabezadas por la anciana invidente Manuela Gandarillas y la esposa de Estéban Arze, Manuela Rodríguez, las madres cochabambinas bajo un lema tan doméstico y aguerrido a la vez: “¡Nuestro hogar es sagrado!”, se reunieron en la Catedral y se dirigieron en romería hacia la colina tras recibir la bendición de la Virgen de la Mercerd, con el fin de bloquear la entrada de Goyeneche que venía desde Tarata tras buscar infructuosamente a Estéban Arze.
El monumento de la Coronilla es una singular y bella escultura narrativa, un texto esculpido, que cuenta esta historia según la versión de Juan de la Rosa; pero adolece de una omisión: aún no tiene grabados los nombres de las víctimas de aquella heroica jornada que nuestros abuelos recordaban como el día de “Corpus Triste”.
Las víctimas de aquel desigual combate figuran en la siguiente lista difundida por Gabriela Taborga:
• Manuela Gandarillas
• Manuela Rodríguez
• Las hermanas Juana y Lucía Ascui
• Rosa Soto (la muchacha que inspiró el título de la novela de Nataniel Aguirre).
• Las hermanas Parrilla (cuyos nombres no han podido ser establecidos)
• Mercedes Tapia
• María Pascuala Oropeza
• Manuela Saavedra de Ferrufino
• Lucía Alcocer León de Chinchilla
• María Isabel Pardo de Vargas
• María Teresa Bustos y Salamanca de Lemoine
• María del Rosario Saravia de Lanza
• Luisa Saavedra de Claure.
La mayoría de ellas fueron esposas, madres o hermanas de combatientes perseguidos que acompañaban a Esteban Arze, el revolucionario y libertario que don Guillermo Lora supo admirar y venerar desde su elevada talla intelectual.
Puede descargar el libro completo Juan de la Rosa de Nataniel Aguirre del siguiente link: https://ecdotica.com/biblioteca/Juan-de-la-Rosa.pdf
Fuente: https://ecdotica.com