Decálogo del crítico
Por: Mauricio Rodríguez
En el Canon occidental, de Harold Bloom se reduce a la literatura Latinoamericana a un puñado de autores. Entre ellos está Cabrera Infante: colega de universidad de Harold Bloom cuando escribió el Canon Occidental. No es justo decir que Cabrera Infante es un mal escritor. Tampoco es justo obviar a Cortázar, Piug, Rulfo, Roa Bastos, Quiroga, Vargas Llosa, Fuentes, Parra, Lihn. No importa: Harold Bloom se ocupa de sus escritores (de habla inglesa). Pregunta: ¿Cuál es la labor del crítico en Bolivia? Se me vienen algunas respuestas.
1. El crítico, haya salido de Carrera de Literatura o no, tiene el deber (si es posible de rodillas) de leer literatura boliviana.
2. Crítico que trabaja para algún periódico: abstenerse de escribir reseñas sobre novelas que no llegan al país. Abstenerse de escribir loas sobre autores belgas. Sobre autores suecos puede decir algo pero sin exagerar.
3. Pecado (en el sentido cristiano): El crítico no deberá escribir reseñas, ensayos o algún artículo sobre escritores extranjeros conocidos. Ellos ya tienen suficiente. En sus países natales ya se ocupan de escribir sobre sus novelas, cuentos, poemas, memoriales. Ejemplo a no seguir: «Borges: una nueva lectura de la lectura que hizo un crítico argentino», «Cien años de soledad: la visión de un crítico boliviano que jamás leyó lo que se dijo de esta novela pero que escribe de ella como si hubiese leído todo».
4. El crítico debe escribir sobre literatura boliviana aunque sea un descreído. Luego podrá hablar sobre autores suecos pero sin exagerar.
5. Repensar el punto número 1. Regresar a leer el punto número 4.
6 El crítico no escribe para el autor. Puede escribir para exorcizar sus problemas que tuvo con su padre cuando le profetizaron que se acostaría con su madre. Puede escribir, con cierto dejo de tristeza, para la posteridad sabiendo que la posteridad no existe.
7. El crítico intenta crear lectores, no hijos ni engendros.
8. El crítico rumia en silencio la lectura. Adora los múltiplos de tres. Lee más de nueve veces antes de escribir sobre la obra del autor.
9. El crítico odia los números primos. También los autores belgas.
10. El crítico sabe que aún no hay una verdadera crítica en Bolivia. No se arredra. Piensa. Y lee (ver punto 1). Luego escribe.
Fuente: Ecdótica