Emilio Martínez y su literatura X
Por:Darwin Pinto
Emilio Martínez se entrevista a sí mismo en su libro Ciudadano X que, como su nombre lo indica, es en verdad una incógnita en muchos sentidos. La obra, que trata sobre las influencias que padece el actual Gobierno boliviano por parte de monopolios extranjeros que pretenden dominar el posible futuro mercado legal de drogas, ha sido sustentada, según el autor, por información de revistas, periódicos en papel y digitales, la internet, entrevistas y charlas de café off the records, es decir que no se puede revelar el nombre de sus interlocutores, lo cual (el anonimato de las charlas) es válido en este caso, dado el tema que toca.
—¿Quién es este ciudadano X?
—Es un personaje literario que fusiona voces de muchos protagonistas del proceso político boliviano de los últimos años. Lo he ido construyendo con una acumulación de off the records y conversaciones. Hablamos de información acumulada desde 2005 hasta ahora. El trabajo de escritura lo comencé hace poco menos de un año.
—¿Cuál es el eje del libro?
—La relación entre todo el proyecto de Evo con poderes fácticos, nacionales e internacionales, con grupos de poder y con ONG…
—En el libro hay una tesis sobre el financiamiento del actual Gobierno por el magnate George Soros. ¿Cuál es la relación del Gobierno con este especulador mundial que, según tu libro, saldría ganando si se legaliza la droga?
—Esa relación está comprobada. Hay varias ONG que han participado en la construcción del proyecto de Evo Morales desde 1994, cuando no era ni diputado. Hay una ONG que se llama Coca 90, dirigida por un británico, Anthony Hennan. Una de sus principales fuentes de financiamiento es el Open Society Institute, que es de Soros y que financia unas 50 ONG en todo el mundo, muchas de éstas están dedicadas a promover la despenalización de las drogas.
Hay varios nexos con Evo, hay muchas fuentes de prensa internacional que han apuntado a esto y están citadas en el libro. Incluso se sabe de una cena que tuvieron Soros, Quintana y Morales en Nueva York, un día antes de que Evo hablara ante la ONU promoviendo la despenalización de la coca. Nos queda la duda de que si la despenalización de la coca que promueve el Gobierno formaría parte de la agenda mayor de Soros, que apunta a la despenalización de la cocaína.
—Si tuvieras que encasillar el libro en un género, ¿en cuál sería?
—Es un transgénero, es un cruce entre periodismo y literatura. Es la primera vez que cruzo las dos vías por donde venía mi escritura.
—¿Cómo imaginas al ciudadano X?
—Una persona mayor, usa gafas, fuma, a veces toma café o whisky.
—¿Con quién conversa en su diálogo y en qué escenario?
—Con un periodista. Es mi álter ego. El escenario varía, a veces es un café, Viru Viru, en la Monseñor Rivero, un restaurante de El Prado de Cochabamba o la plaza 24 de Septiembre.
—Las fuentes de los datos son clave en cualquier libro para ver el peso y la credibilidad de un escrito. Me refiero a fuentes de verdad, además de las revistas y los periódicos digitales que mencionas en el libro como fuentes. En el trabajo de recopilación de información, ¿hiciste labor de campo, fuiste a Chapare, estuviste en ese tipo de lugares?
—En el libro hay muchas citas reveladas por Tomás Eloy Martínez o Álvaro Vargas Llosa. Mis fuentes son entrevistas, conversaciones informales, investigación de prensa (revistas, periódicos, agencias de noticias) y mucha internet.
—En el libro dices que hay escribas del Gobierno que falsean la verdad. ¿Tienes identificados a esos biógrafos oficiales?
—Álex Contreras.
—Otra parte de tu libro dice que estos biógrafos oficiales afirman que Evo estudió secundaria en el colegio Marcos Beltrán Ávila de Oruro, pero en tu libro el ciudadano X dice tener información de que Evo sólo cursó pocos años de primaria y que eso lo confirma Eloy Martínez… Además de lo que dice el escritor argentino, ¿tienes pruebas reales de que es falso que Evo haya estudiado secundaria en ese colegio? ¿Fuiste al colegio, hablaste con la directora Alicia Luna para confirmar ese dato que figura en otras biografías? Ella muestra las notas de cuarto medio de Evo a quien se las pida. Yo las he visto…
—Tengo una fuente testimonial de una persona de Oruro que conoció a Evo desde la infancia.
—En tu libro dices que los biógrafos “generosamente” pagados por el Gobierno o por PDVSA han creado la leyenda de un Evo que corre tras las primeras faldas que se le cruzan, o sea, una especie de “latin lover aymara”… Es una versión que está en Un tal Evo (libro escrito por el autor de esta entrevista). ¿Tienes pruebas de que los biógrafos que escribieron eso han sido pagados?
—Es obvio que si Álex Contreras escribe la biografía de Evo… Sé que Pablo Estefanoni ha escrito algo también y que tenía una oficina en el Palacio Quemado. No me refiero a Un tal Evo. Confieso que no lo he leído.
—Sorprendiste a todos dejando la literatura por la política en este libro. ¿Cuándo tomaste la decisión de cruzar la barrera?
—Más que cruzar la barrera, eran dos caminos paralelos que se fusionaron. Esta realidad supera todas las ficciones.
Fuente: www.laprensa.com.bo