02/15/2017 por Marcelo Paz Soldan
Cinco libros fundamentales

Cinco libros fundamentales


Cinco libros fundamentales
Por: Ricardo Aguilar

La colección de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB) presentará las próximas semanas cinco nuevos títulos de los 200 que tiene programados publicar en todo el proyecto. En estas nuevas publicaciones — de las 12 que estarán disponibles, aproximadamente, para el primer semestre de 2017— se abarcan los campos del conocimiento histórico y estético. Los nuevos títulos son: la novela Cuando vibraba la entraña de plata, de Enrique Viaña; Antología del cuento en Bolivia, compilada por el escritor Manuel Vargas; Cartas para comprender la historia de Bolivia, epístolas de personajes históricos reunidas por Mariano Baptista Gumucio; en un solo volumen dos narraciones de largo aliento: Siringa, de Juan Coímbra, y Arreando desde Mojos, de Rodolfo Pinto; y Poesía completa, del tarijeño Roberto Echazú. Con estos nuevos volúmenes ya se han publicado 15 de los libros de la colección de las obras escritas fundamentales del país.
Uno de los libros que van a aparecer próximamente es Cuando vibraba la entraña de plata, de Enrique Viaña, una novela publicada por primera vez en 1948 y leída en la actualidad en círculos académicos, porque con el tiempo ha quedado relegada a lo que Blanca Wiethüchter llamó el “olvidadero” de la literatura nacional. Esta reedición invita a redescubrir una novela que ficcionaliza el español del Siglo de oro, más exactamente el hablado en el Potosí de finales del siglo XVI y principios del XVII. Pero en este Potosí colonial de ficción irrumpe lo indígena, que aparece no solo en el lenguaje quechua que se escucha en el discurso de algunos personajes, sino guiando el hilo de la narración.
En el estudio introductorio a la obra, preparado por Alba María Paz Soldán, se lee que en esta novela “el misterio es un efecto de los acontecimientos centrales, pero radica en la presencia y en los saberes indígenas que inciden sobre la dirección de la trama e intervienen en el desarrollo del relato: misterios que nunca se llegan a descifrar”. Paz Soldán concluye que la escritura pone en relación “dos inicios, dos umbrales de la novela”: “el de una literatura escrita en castellano y el de esta ciudad desde la que nace la cultura propiamente americana y, después, la nación boliviana”. Viaña, asistente junto a Gamaliel Churata y Carlos Medinaceli a las primeras reuniones del grupo de intelectuales Gesta Bárbara, es sin duda un representante central en Bolivia del modernismo, una tendencia literaria que marcó la escritura de casi todo el siglo XX.
El escritor Manuel Vargas ha preparado una Antología del cuento en Bolivia que, con más de 700 páginas, probablemente sea la más representativa realizada hasta el momento sobre el género.Los criterios de selección aplicados son el cronológico, el temático y el de las corrientes literarias. El resultado de estas taxonomías a la que recurre Vargas — quien recalca que las obras literarias siempre tienden a exceder las clasificaciones— es el siguiente: Tradicionalistas, románticos, modernistas ( finales del siglo XIX y principios del XX); Realistas, naturalistas, costumbristas (inicios del siglo XX); Vanguardistas: la magia, el sueño, la violencia (mediados del siglo XX); Entre la tradición y la modernidad: otros espacios, nuevos lenguajes ( fines del siglo XX); Los contemporáneos: (Realismo sucio, fantástico, intimista comienzos del siglo XXI).
“Cada uno de estos capítulos tiene muchos vasos comunicantes. Es así que cuentos con diferentes lenguajes y manejos narrativos —con elementos de fantasía, humor, sátira, denuncia social— pueden estar en cualquiera de ellos y, por tanto, en diferentes épocas”, escribe Vargas en la introducción. Concluye el antologador que más allá de la “pertenencia a viejas o nuevas escuelas o corrientes literarias”, lo importante es buscar textos que “nos sorprendan y nos digan algo nuevo, constituyéndose, en las distintas épocas o momentos, en aportes y no en repeticiones de lo ya dado”.
El extenso compendio de cartas de personajes históricos realizado por Mariano Baptista Gumucio, titulado Cartas para comprender la historia de Bolivia, nos ofrece la oportunidad de conocer nuestra historia desde el discurso directo de sus protagonistas y desde su propia intimidad. ¿Puede haber un mayor quebrantamiento de la intimidad que leer una carta que no está dirigida a nosotros? En este volumen el lector actúa como un voyeur, se inmiscuye en la comunicación íntima de personajes históricos que la mayoría de las veces habla de asuntos públicos.
Los títulos que da Baptista a las cartas hablan de contenidos fascinantes, como La muerte de Linares (De Mariano Baptista Caserta a Tomás Frías, 1861), que cuenta la miseria de los últimos años del dictador José María Linares. Otras cartas son: Los indios se nos echaron encima.., de Mariano Melgarejo al empresario chileno José Santos Ossa, relatando su fuga de La Paz en 1871; Ocupamos las cuatro esquinas de la plaza para defendernos de la indiada, de Mamerto Urriolagoitia (padre del presidente del mismo nombre) a su esposa Corina narrando un episodio de la Guerra Federal en 1899; ¿Por qué no fuimos al Chaco?, una carta abierta de 1934 escrita por los primeros comunistas y antibelicistas José Antonio Arce y José Cuadros Quiroga al director del periódico La Noche; Ya no es hora de conversar, reúnete con nosotros y vamos a derrocar a Villarroel, de Carlos López Arce a José María Salinas (1946), solo por mencionar algunos títulos.
Otro de los libros que la BBB publicará próximamente ofrece una muestra de la literatura sobre Beni, presentando dos obras: Siringa. Memorias de un colonizador del Beni (1946), de Juan Coímbra, y Arreando desde Mojos (1983), de Rodolfo Pinto Parada. Ambas pueden ser consideradas parte de la tradición realista de la literatura boliviana, si bien la primera es contemporánea al realismo y la segunda, tardía.
Las dos se relacionan con los intentos del hombre por domar la naturaleza hostil y sacar provecho de ella, y plantean varios cuestionamientos sobre esta relación de conflicto. Mientras que en la literatura de las minas se insiste en la imagen de penetrar y herir la tierra, en Siringa se habla de cómo se laceran los árboles que “lloran” el caucho. “Pero ahora recogía en su vasija la dolorosa sangría de los pobres árboles desgarrados”, se lee en la página 136 de esta edición, el nombre del “árbol de oro”, tal como llama el narrador a la planta de la goma.
Claudia Bowles, autora del estudio introductorio de este volumen, escribe: “Sin embargo, la esperanza del enriquecimiento inmediato y el espíritu emprendedor atribuido a la idiosincrasia regionalista —en el caso de Siringa—, así como el deseo de engrandecer la patria —en Arreando desde Mojos— acicateaban a estos hombres para enfrentar lo desconocido y arriesgarlo todo”. En ambas narraciones la naturaleza es una alteridad hostil y se sufre el aislamiento de la región del Beni respecto del resto del país.
Poesía completa, del tarijeño Roberto Echazú, es el quinto volumen de los que van a salir ahora, y el primero que la BBB dedica a este género literario. El tomo abarca los 15 libros publicados en vida por el poeta entre 1961 y 2006, más una sección dedicada a sus poemas póstumos.
“La obra entera de Roberto Echazú está marcada por preguntas recurrentes: la pregunta por la muerte, la pregunta por el olvido y la memoria, la pregunta por la soledad”, dice Vilma Tapia, autora del estudio introductorio de este libro. Algunos de los 15 poemarios incluidos en esta recopilación son: 1879 (1961); Akirame (1966); Provincia del corazón (1987); Morada del olvido (1989); La sal de la tierra (1992); Camino y cal (1997); Sobre las hojas del otoño (2006). La editorial Nuevo Milenio ya publicó el volumen Poesía completa, de Roberto Echazú, en 2001, y ahora la reedición de la BBB incluye los poemas posteriores a esa fecha, por lo que se puede decir que es la primera publicación que contiene la obra completa del poeta.
“Por el poder” (Poema III del libro ‘1879’, de Roberto Echazú)
Por el poder
sensato
de la debilidad;

por el poder
obstruido
de las fuerzas;

por el poder
de las negaciones;

por el poder
del pudor
en los enfermos;

por el poder
de la inocencia
en la mejor ignorancia;

por el poder
de la fealdad;

por el poder
de la servidumbre
en la vieja injusticia;

por el poder
de la verdad;

por el poder
de una caricia:

una multitud
sonriente.

Fuente: Tendencias