Cinco claves literarias desde Camino Island
Por Marcelo Paz Soldán
Bartolomé Leal, autor que ha publicado con Nuevo Milenio durante muchos años y a quien tengo en alta estima, me recomendó la novela Camino Island de John Grisham (Vintage Books, 2017). Me sugirió leerla porque aborda el fascinante mundo editorial y el de los libros raros, esas codiciadas primeras ediciones. Aunque busqué el libro sin éxito, este año mi hermana, durante una visita a nuestra mamá en Cochabamba, me lo trajo desde Estados Unidos.
Como lector ávido de textos que despierten mi curiosidad, comencé Camino Island y quedé gratamente sorprendido. La novela relata la historia de un librero que también comercia con libros raros y que, entre otros tesoros, posee las primeras ediciones de las obras de F. Scott Fitzgerald, robadas de la Biblioteca de Princeton. A medida que una compañía de seguros intenta descubrir si él realmente las tiene, los giros de la trama se despliegan de forma magistral.
Hablando de Fitzgerald, me divierto recordando una escena de la película Ted, que juega humorísticamente con su nombre. Aunque divertida, es un desvío que dejo para quienes disfrutan de referencias culturales pop.
Volviendo al libro, no tengo la intención de realizar una crítica literaria ni de convencer a alguien de leerlo. Mi propósito es otro: explorar las cinco claves que Camino Island presenta sobre la escritura, cuando los protagonistas, Mercer y Cable, conversan sobre lo que un escritor debería tener en cuenta. Estas son las recomendaciones de Cable:
- Evitar los prólogos. Grisham considera que los prólogos son artificios innecesarios para captar al lector y recomienda comenzar directamente con el primer capítulo.
- No abrumar con personajes al inicio. Introducir a veinte personajes en el primer capítulo es confuso; cinco son suficientes. Es preferible desarrollarlos de forma gradual.
- Evitar palabras innecesariamente complejas. Un lenguaje claro y accesible es más efectivo que uno recargado de términos rebuscados que puedan frustrar al lector.
- Utilizar comillas en los diálogos. Este recurso estilístico aporta claridad y mejora la lectura, facilitando la identificación de las voces de los personajes.
- Eliminar el exceso. Los escritores tienden a escribir de más; es crucial recortar párrafos y escenas innecesarias para mantener la narrativa concisa y efectiva.
Estas recomendaciones son interesantes, aunque sé que algunos escritores podrían no estar de acuerdo con todas ellas. Desde la perspectiva de nuestra editorial, cuatro de estas sugerencias son prácticas y válidas. Sin embargo, el uso de comillas en los diálogos no es un estilo que empleemos habitualmente. Este punto, en particular, me lleva a reflexionar si deberíamos reconsiderarlo en futuras ediciones.
Nota: Las ideas aquí compartidas están inspiradas en las recomendaciones de John Grisham para escritores novatos, publicadas en diversos medios, como Lecturalia y están en la novela en la pág 238. Espero que estas claves sirvan como una invitación no sólo a leer Camino Island, sino también a reflexionar sobre las decisiones creativas que subyacen en el oficio de escribir.
Fuente: Nuevo Milenio