Carta a los Reyes Magos
Por: Pedro Shimose
Queridos Gaspar, Melchor y Baltasar:
Quiera Dios que al recibo de la presente se encuentren gozando de perfecta salud en compañía de sus camellos. Cuando vengan, será mejor que viajen en el trineo de George Soros, disfrazados de Santa Claus, o en el avión de Hugo Chávez, disfrazados de Papá Noel. No hay otra, porque los indigenistas no quieren a los camellos ni a los perros, sobre todo si son negros. Pero si vienen a camello, cargados de regalos, es posible que, tal como está la cosa, los nacionalicen nomás llegar con la ayuda del Ejército que, además de panadero y repartidor de bonos, para eso está, según el Gobierno.
Mucho me temo que ustedes lleguen con retraso. El Gobierno (que nos quiere tanto) se les adelantó, pues acaba de regalarnos una nueva Constitución para que juguemos a sacarnos la mugre hasta que llegue el referéndum y las 36 naciones originarias canten el ‘Himno al Cocasuyo’, en medio del flamear de las wiphalas y las salvas de fusilería de los ponchos rojos de Achacachi y los ‘talibanes’ de El Alto (ahora dicen que van a mirar al microscopio nuestro ADN, para comprobar si somos originarios puros como García Linera. Les cuento esto para que traigan consigo el respectivo certificado sanguíneo, además del pasaporte, la visa consular y el tributo de chicha para la ch’alla del Año Nuevo indigenista, o sea, el Año de la Víbora, que eso quiere decir katari, en aimara).
En contra de lo que piensan muchos cumpas del oriente boliviano, creo que aún no hemos tocado fondo, porque cuando toquemos fondo, cambas y chapacos adoraremos a la Pachamama y al dios Inti. A partir de entonces, nos entenderemos en aimara y todo será lindo. Un originario como el de Orinoca nos enseñará a bailar joropo y nos seguirá regalando discursos en aimara como el del otro día, en Llallagua, tan clarito que hasta lo entendió Danielle Mitterrand, que habla francés.
No les pido pegas porque sé que ustedes no son del Gobierno; sólo les pido una ayudita para mi parienta. Como saben, mi originaria se ha ido a las Europas, a ganarse la vida por allá y me ha dejado plantado con los velatacuses que no paran de llorar y pedirme euros. Mi mujer se fue a Suiza porque dice que para qué esperar 15 años para parecernos a Suiza, como ha dicho el Presidente. Por eso se ha ido a Suiza, jurándome por la virgencita de Cotoca que me mandará remesas mensuales de lo que buenamente pueda ahorrar, aunque el Banco Central se quede con el 1{1daedd86537fb5bc01a5fe884271206752b0e0bdf171817e8dc59a40b1d3ea59} del sudor boliviano. Mi ‘emigranta’ tiene la intención de llevarnos con ella, petacas y todo, una vez que paguemos la hipoteca del viaje al Primer Mundo. Y todo para empezar una nueva vida en Suiza ya que Bolivia no nos ofrece una nueva vida, sino una nueva Constitución.
A estas alturas del partido, ni siquiera el fútbol nos da alegrías. Hasta Venezuela nos gana por goleada y eso que jugamos en La Paz desde hace 100 años. Vivimos a las patadas, entre insultos, amenazas, movilizaciones, desfiles y perros degollados, echándole la culpa al entrenador cruceño. Y por si fuera poco, estamos hasta las pelotas de tantos ‘pénales’ sin pitar, cansados de que nos metan goles de ‘ófsai’, con la ayuda del árbitro venezolano, los ‘liniers’ cubanos que saben mucho de béisbol pero entienden poco de fútbol y el cuarto árbitro iraní que ni siquiera ve el partido porque se la pasa leyendo el Corán.
También les pido que sigan mandándonos ‘observadores internacionales’ para fregarnos más y ayudarnos a superar la vaina, echándole más leña al fuego. Y ya que mandamos soldados bolivianos a defender la paz en Haití, sería chévere que Haití nos mande soldados para defender la paz en Bolivia.
En espera de sus siempre gratas noticias, los saluda Su Seguro Servidor, Johnny Chori Sichori, Presidente del Movimiento Social Salsipuedes. // (Artículo escrito a bordo de un callapo a la deriva), 04/01/2008.
01/04/2008 por Marcelo Paz Soldan