04/07/2008 por Marcelo Paz Soldan
Carlos Valverde, actor de teatro en Justo en lo mejor de mi vida

Carlos Valverde, actor de teatro en Justo en lo mejor de mi vida

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En lo mejor de su vida. Carlos, el actor
Por: Juan Pablo Rodríguez

La pasión con la que Carlos Valverde habla sobre Justo en lo mejor de mi vida es auténtica. Sus grandes ojos verdes, su potente voz y su típica manera de narrar las cosas, se concentran para convencerme de que está feliz con lo que hace. “A veces me digo: y si no voy un viernes a la tele, pero fijate vos que nunca he pensado en faltar al teatro”, dice, mientras se balancea libremente en el sillón de su oficina, con la misma coreografía que utiliza en su programa de televisión.
Y es que Valverde, desde hace cinco meses, ha encontrado un nuevo romance: el teatro, aunque todavía es cauteloso con declararse enamorado. “Me decidí a actuar porque la obra es excepcionalmente buena, no existe otra motivación, si René (Hohenstein, el director) me hubiera invitado para interpretar otra obra, tal vez no lo hubiera hecho”, afirma Valverde, visiblemente conmovido.
No es para menos, ya que Justo en lo mejor de mi vida ha sobrepasado las 40 presentaciones, con un récord en la asistencia del público: 2.200 personas en cinco meses en cartelera. Todo un logro para un género que por mucho tiempo ha permanecido marginado del interés colectivo.
Cuando se le pregunta a qué le atribuye el éxito, no duda en responder: “Yo diría que van por Carlos Valverde, hoy en día mi nombre es un gancho y está bien que así sea, pero al final, el público se queda con la obra”. Es conciente de que ha creado una figura llamativa y hasta cierto punto, comercial. Sin embargo, no es mezquino a la hora de rendirle elogios al argumento de la argentina Alicia Muñoz (no confundir con la ex ministra de Gobierno). “La obra es mucho más que Carlos Valverde o que la actuación de Carlos Valverde”, agrega.
En la trama, el analista representa a Enzo, un hombre de mediana edad, esposo y padre de una típica familia latinoamericana de clase media, que en un momento especial se ve forzado a reflexionar y cuestionarse sobre muchos aspectos de su vida, ya que puede observar desde afuera los efectos que su comportamiento han ocasionado en sus seres queridos.
“Son cosas muy cotidianas las que posee la historia, todavía me emociono en algunas escenas. Hay momentos en los que pienso en mis hijas y soy capaz de llorar”, afirma Valverde, que a sus 50 años se dio el lujo de debutar en el teatro.
“No soy actor, pero vivo las cosas que hago y seguramente eso le da cierto valor a mi actuación”, sostiene.
El multifacético radialista vio Justo en lo mejor de mi vida en Mar del Plata (Argentina) hace cuatro años. “Me impactó, me gustó mucho. Recuerdo que actuaba Luis Brandoni, un actorazo, y Daniel Miglioranza, es decir, con muy buenos actores argentinos”, recuerda.
“Yo llegué acá (Santa Cruz) y lo encontré a René y le dije: ¿Sabés qué? Tenés que hacer esa obra, es espectacular”. Durante un año y medio lo ‘jodía’ cada vez que me lo encontraba. Hasta que le dije, búscala y si hay que poner plata para comprar los derechos, yo me asocio con vos y los compramos. El teatro aquí no es rentable, nadie gana plata con eso, pero había que traer esa obra. Y cuando la encontró me dijo: quiero que vos actués”.
Fue así que Valverde, sin habérselo propuesto antes, decide incursionar en el teatro. “Primero le dije que no, ¿cómo se te ocurre? pero en 20 segundos le dije: probame. Nunca había actuado antes, pero la obra me convocaba”, señala.
La primera vez que subió al escenario, lo hizo frente a personas que el elenco invitó para que lo criticaran. “Hicimos cuatro presentaciones gratuitas. Cuando terminabámos había un silencio que después se transformaba en un aplauso muy tímido y luego se convirtió en uno mucho más fuerte. Entonces dijimos: oye, nos está saliendo bien”.
¿Cómo no creerle si lo dice con convicción? Valverde es exactamente como lo vemos en la tele o como lo escuchamos en la radio. Es de esas personas que te impresiona con su personalidad y no cambia en lo más mínimo, esté donde esté o haga lo que haga. “La naturalidad en el escenario me la permitió René y los actores que están conmigo. Cuando quiero cambiar alguna cosita, pido permiso para realizarlo. Ellos son más actores que yo, los respeto mucho. Ellos me han incentivado para que yo haga mis propias adaptaciones”, comenta, refiriéndose a Jorge Urquidi, Cindy Ruiz, Sandra Elías y Arturo Lora, sus compañeros del elenco de la compañía Casateatro, dirigidos por René Hohenstein.
Con toda la pasión con la que Valverde comenta sobre su experiencia en el teatro, es difícil reprimir las ganas de ir a verlo. El tipo le pone ganas, además, no lo olvidemos, el tipo es Carlos Valverde.
Fuente: www.eldeber.com.bo