Camila Urioste: ‘Alicia es, más que un álter ego, muchos álter egos’
Por: Miguel Vargas
Alicia es, una vez más y como en sus otras creaciones literarias, el personaje central a partir del cual Camila Urioste edificó Soundtrack, la novela galardonada este año con el Premio Nacional de Novela. Urioste encuentra que toda nueva producción de un autor no es sino el reflejo de lo escrito antes.
— ¿De qué manera surgió Soundtrack como novela?
En diciembre del año pasado comencé a escribir este texto, que no sabía bien en qué desembocaría, lo único claro que tenía era la estructura: un glosario. Yo tengo al menos tres novelas empezadas y nunca terminadas, en algún momento simplemente era demasiado difícil continuar escribiendo. En este caso lo que me costaba no era seguir escribiendo, sino detenerme. Cuando terminé el primer borrador leí lo que había escrito y descubrí que había una historia, y que el hilo conductor eran la música, los instrumentos, y la relación con los hombres de la vida de este personaje, Alicia. En los siguientes borradores profundicé estos conceptos en el texto. Fue un proceso muy lúdico y muy intenso que disfruté mucho, pero también fue un alivio terminarla y regresar al “mundo”.
— ¿Cómo fue la construcción de los personajes?, ¿fue diferente que en el campo teatral?
Absolutamente. En el teatro mis personajes se construyen por su voz, por las palabras. Jamás los imagino físicamente, ni escribo siquiera las acciones que realizan en el escenario. Todo eso, para mí, es el campo de creación de los actores y el director. Yo los creo desde la palabra hablada. En este caso, es al revés. El personaje principal, Alicia, es la única que se crea realmente solo desde la palabra, pues el texto es su voz hablándole a una segunda persona. Los demás personajes se configuran desde la imagen y el silencio.
— La versatilidad entre la poesía, la dramaturgia e incluso el guion televisivo son una característica en su escritura. ¿Cómo han nutrido estas vertientes esta novela?
Yo creo que todo lo que uno escribe contiene todo lo que uno ha escrito antes. Si yo escribiera hoy un poema, aun si tuviera solo dos líneas, ese poema contendría todos mis poemas, todas mis obras de teatro, toda la novela que lo precede. Soundtrack está configurado por todo lo que he escrito antes.
Técnicamente, la novela funciona también como un monólogo, pues es una voz que le habla a otra persona. Creo que eso es más una incapacidad mía que una decisión consciente. No soy capaz de escribir si no es en una voz que habla a alguien que escucha. Así como en el teatro. Mis poemas tienen la misma característica. Así, el teatro atraviesa toda mi obra. El guion televisivo y cinematográfico es completamente otro proceso. Se trata de uno colaborativo, que he disfrutado enormemente justamente porque implica trabajar codo a codo con otros escritores que tienen otras sensibilidades y otras fortalezas.
— Alicia le acompaña desde que ganó el Premio Nacional de Poesía y se ha paseado por sus obras de teatro, ¿cómo ha influido este nombre/personaje/álter ego en esta novela?
Alicia es el personaje principal. Como siempre. Y más que un álter ego es muchos álter egos. Alicia es como una muñeca de papel que se desbanda en muchas y me permite hablar desde lugares distintos, voces que no soy yo pero a las que conozco muy bien. Las Alicias de mis obras escritas pueden decir cosas con las que no concuerdo, contradecirse y contradecirme. Solo puedo dejarlas hablar sin juzgarlas, sin traicionar su voz.
— ¿Qué le ha aportado cada género a su carrera?
El guion de cine y televisión me ha aportado trabajar personajes y situaciones absolutamente ajenas a mí, a mi mundo interior, y ponerme al servicio de una historia más grande, más ambiciosa. También el trabajo colaborativo con artistas a los que admiro y que se han convertido en hermanos, como Gory Patiño. La poesía es el centro del mandala, la espiral siempre presente, la esencia. Atraviesa todo. El teatro me ha aportado la voz viva. En el teatro es que he encontrado mi voz particular. Además, el teatro me ha permitido el placer incomparable de mirar las caras de los espectadores mientras ven una obra mía, ver su risa, o su aburrimiento, o las miradas de complicidad que intercambian con sus acompañantes durante la obra. Es un espectáculo en sí, y un enorme privilegio, que otros géneros no te permiten.
— ¿Cree que hay una literatura femenina?, ¿la suya lo sería?
Aquí, quien lo dijo mejor recientemente en una entrevista fue Magela Baudoin, a quien admiro mucho. Le hicieron la misma pregunta y respondió que hay que dividir este tema en el campo político y el campo literario. En el político debemos decir que las mujeres estamos en desventaja en cuanto a publicaciones y visibilización de nuestra escritura. No nos sirve de nada fingir que no es así. Pero en el campo literario, la literatura escrita por mujeres es literatura. Punto. Los hombres no escriben literatura masculina, entonces ¿por qué se sigue hablando de literatura femenina? Lo que yo escribo es escritura. Y ya.
— Hay temas y exploraciones recurrentes en su escritura, ¿cómo ha sido su evolución?
Pues supongo que han evolucionado como lo he hecho yo. Uno de los principales temas de mi escritura es el tiempo, la memoria. Me obsesiona el hecho de que, en realidad, solo hemos vivido lo que podemos recordar, que es tan poco. Los momentos olvidados es como si hubiéramos estado dormidos. Es muy poderoso darse cuenta de pronto que estás vivo. Que es hoy. Que esta persona a tu lado está, ahora mismo, a tu lado. Esos momentos de lucidez se convierten en recuerdos que te conforman. Por otro lado, la muerte. Por otro lado ser mujer siguiendo un compás interno, preguntándote todo, dudando de todo. A medida que yo evoluciono, estos temas, que son los que me mueven, también evolucionan, se complejizan. Disfruto mucho seguirlos explorando.
— Dejando modestias aparte, ¿qué es lo que más ha disfrutado de escribir este texto?
El proceso de escritura fue muy particular, nunca había vivido algo así. La estructura me llevaba a encontrar puntos de encuentro entre distintas partes del texto, no podía esperar cada noche a llegar a casa para escribir todo lo que había imaginado en el día, no podía esperar a que llegara el fin de semana para encerrarme a solo escribir. Esto durante nueve meses, que es mucho tiempo para un proceso tan intenso. Me reí mucho de Alicia, con ella. Además, disfruté de escuchar. Mis oídos estaban como antenas durante todo el proceso, captando todo, todo lo que pudiera servir.
— ¿Qué expectativas tiene del lector de su novela?
Mi lector ideal entrará a jugar conmigo en este texto. Se dejará llevar. Marcará su propio ritmo de lectura. Se reirá conmigo. Se dejará conmover, como yo misma me conmovía por momentos escribiendo. Será como un juego de telepatía, en que nuestras mentes se encontrarán superando las barreras del tiempo y la distancia.
Fuente: Tendencias